El sí-mismo ricoeiuriano es un ser que va mucho más allá de su ser mismo; aborda así el ser del otro, de la pluralidad humana y del sentido de vivir-juntos. Precisamente, en su última obra publicada en vida, Ricoeur analiza dicho vínculo en una hermenéutica que nos conduce a la odisea de sí-mismo. Esta obra, por su parte, aporta un diálogo enriquecedor entre la obra de Ricoeur y especialistas de la talla de Marcel Hénaff, Olivier Abel, Richard Kearney, Georges Taylor, Tomás Domingo Moratalla, Pol Vandevelde, Marie-France Begué y Gilbert Vincent. De esta forma, se produce un encuentro intelectual no solo desde la hermenéutica, sino que también desde la fenomenología, la filosofía del lenguaje o el psicoanálisis, entre otros
Redescubiertos en los años 1960, La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica y (en menor medida) la «Pequeña historia de la fotografía» han alcanzado el estatuto de clásicos y se han convertido en referencia insoslayable en los campos de la reflexión estética, la filosofía de la imagen, la teoría de los medios o los estudios culturales de las últimas décadas. Sin embargo, como apuntan los editores del volumen en su iluminadora introducción, sólo en conjunción con las reflexiones del propio Walter Benjamin sobre la ruptura de tradición y las transformaciones de la experiencia, así como con la vivencia epocal de su generación, marcada por la Gran Guerra, y la necesidad de responder al auge del fascismo en Europa también en los terrenos de la cultura y el arte, es como se puede abarcar cabalmente el sentido de estos textos. Además de estas dos piezas seminales, completan el libro los ensayos «Carta de París II: Pintura y fotografía» y «Experiencia y pobreza», que aporta agudísimos atisbos respecto a la relación entre el desarrollo tecnológico y la experiencia humana.
Una defensa del nihilismo como filosofía de una vida que merece ser vivida.
En estos tiempos incrédulos y desapegados, proliferan los análisis que advierten sobre el supuestamente horroroso nihilismo que domina y amenaza a nuestra civilización. Pero el filósofo Jesús Zamora Bonilla lo tiene claro: es preferible vivir en esta sociedad nihilista que en cualquiera de los lugares a los que los antinihilistas aspiran a trasladarnos.
El nihilismo no ha tenido prácticamente defensores entre los filósofos más destacados, por lo que es una filosofía un tanto huérfana. La nada nadea viene a rellenar ese hueco, para hacernos ver que la mala fama que tiene esta corriente de pensamiento no está justificada. Porque el nihilismo no es más que la negación de la existencia de valores absolutos y trascendentes (ya vengan dados por un ente sobrenatural, por una razón universal y abstracta, por la naturaleza, o por la sociedad).
Este libro explora, con un tono humorístico, divulgativo y optimista, las dos corrientes filosóficas que más han contribuido al desarrollo histórico del nihilismo: el escepticismo y el positivismo. Y presenta los cuatro pilares fundamentales sobre los que se apoya la concepción nihilista de la existencia: el ateísmo (el rechazo de la fe religiosa), el determinismo (la negación del libre albedrío), el relativismo (la aceptación de que no hay valores morales objetivos y absolutos) y el materialismo (el reconocimiento de que, en el fondo, sólo importa lo material).
Pese a su corta vida, Robert Hertz (1881-1915), discípulo de Émile Durkheim y Marcel Mauss, ha pasado a la historia como uno de los científicos sociales contemporáneos más relevantes. Este volumen reúne dos de sus ensayos fundamentales: "Contribución a un estudio sobre la representación colectiva de la muerte", en el que el autor analiza el valor y sentido social que tiene la defunción como bisagra entre el mundo físico y simbólico y la individualidad y el colectivo; y "La preeminencia de la mano derecha", donde investiga cómo las representaciones intelectuales y morales de lo derecho y lo izquierdo son categorías que prexisten a toda experiencia individual, puesto que están ligadas a la propia estructura del pensamiento social, relacionado con la evaluación que casi todas las sociedades han hecho de las manos. Prólogo de Manuel Delgado
¿Es lo común de la muerte que todos seamos mortales? No es a eso, a una propiedad consustancial y compartida entre los seres vivos, a lo que se refiere el título de este libro. La muerte en común es, por un lado, un intento de pensar en las consecuencias de perder a alguien que te constituye como persona y, por otro, de reflexionar sobre qué sucede en la comunidad cuando esto ocurre. Si, según se dice, quien no sabe afrontar una pérdida recae en un duelo patológico, ¿qué sucede en una sociedad en la que no se sabe hacer duelo? ¿Hay duelos patológicos a nivel comunitario? ¿Qué impacto tiene la pérdida de un miembro de la comunidad en el todo? ¿Es solo una cuestión 'privada' que debe resolver cada uno en su casa? ¿Qué impacto pueden tener la desaparición de los rituales compartidos y el acortamiento del tiempo que nos damos para superar esta vivencia? Para responder a estas preguntas este ensayo parte del recorrido que une en el mundo antiguo las nanas infantiles con el canto fúnebre conocido como nenia y analiza el sentido de las consolaciones para poder pensar nuestro propio tiempo y nuestra manera de afrontar la pérdida.
Este texto es una profunda interpretación del «tratado sobre la libertad» de Schelling, hecha por uno de los filósofos más relevantes del siglo xx
En este volumen se recogen las clases y los seminarios que Heidegger impartió en 1941 sobre lo que él consideraba la cumbre de la metafísica del idealismo alemán: el pensamiento de Schelling relativo a la esencia de la libertad.
Schelling define la libertad desde la distinción entre fundamento y existencia. La libertad no es ni el ser ni su manifestación, sino la diferencia entre ambos. Los eones son los despliegues existentes de sendas temporalidades de la naturaleza y del hombre como manifestaciones divinas, en los que puede tener lugar la libertad justamente en la medida en que se diferencian del fundamento.
De una forma pedagógica y reflexiva, Heidegger explica la historia filosófica de los conceptos de fundamento y existencia, desde la escolástica medieval hasta la recepción de Ser y tiempo, pasando por Leibniz y, con especial detenimiento, por los existencialismos de Kierkegaard y Jaspers.