Frente a los estragos de siglos de colonialismo y devastación ecológica y social, Ailton Krenak llama la atención sobre el poder destructor del capitalismo. Si hay un futuro que imaginar es ancestral, pues ya está presente en el aquí y ahora y en lo que existe a nuestro alrededor, en los ríos, las montañas y los árboles que son nuestros parientes. Una mirada que desafía y enfrenta los supuestos que sostienen la mentalidad occidental.
La idea de futuro a veces nos asusta con escenarios apocalípticos. En otras ocasiones, se ofrece como una oportunidad de redención, como si fuera posible resolver, más adelante y por arte de magia, todos los problemas del presente. En todo caso, las ilusiones nos alejan de lo que está a nuestro alrededor. En esta nueva colección de textos, Ailton Krenak nos provoca con la radicalidad de su pensamiento insurgente, que desplaza al sentido común e invoca la maravilla. Dice Krenak: "Los ríos, esos seres que siempre habitaron los mundos en diferentes formas, son quienes me sugieren que, si hay un futuro a pensar, ese futuro es ancestral, porque ya estaba aquí".
Fundamentos de filosofía (1927) era una obra pensada para el gran público estadounidense que, sin embargo, despertó una aguerrida controversia en los círculos académicos. Su tesis clave afirma que la humanidad es el instrumento mediante el cual adquirimos nuestro conocimiento del universo (o, según Gorgias, «el hombre es la medida de todas las cosas»). De ahí, surgen varias cuestiones: ¿de qué maneras adquiere conocimiento el ser humano?, ¿es posible la formulación de leyes universales.?, ¿cómo podemos distinguir verdad y opinión? Todas las preguntas que plantea Russell abren las puertas al que es, al fin y al cabo, el más sugestivo de los interrogantes: ¿puede el ser humano llegar a conocerlo todo?
Esta obra pionera se adentra en los cimientos filosóficos de la ética ambiental como disciplina emergente. Con un análisis tan riguroso como accesible, Eugene Hargrove rastrea las raíces históricas e intelectuales del pensamiento ambiental, desde la estética del paisaje hasta las concepciones morales que han moldeado nuestra relación con la naturaleza..
A lo largo de sus páginas, se ofrece una mirada crítica a las tradiciones éticas predominantes, al tiempo que se propone la necesidad de una nueva sensibilidad moral que reconozca el valor intrínseco del mundo natural. Comprender el devenir de estas ideas resulta esencial para enfrentar los desafíos ecológicos de nuestro tiempo..
Dirigida a quienes desean entrelazar la filosofía con la urgente reflexión sobre nuestras prácticas ecológicas, esta obra invita a repensar la manera en que habitamos el planeta.
La Fundamentación de la metafísica de las costumbres es una de las obras más importantes de la historia de la ética y ejemplo paradigmático del pensamiento ilustrado. En estas páginas Kant lleva a cabo el aislamiento crítico, la elucidación y la justificación del principio supremo de la moralidad. Mediante la fórmula general del imperativo categórico y sus diferentes variaciones se expone el fundamento de la moral universal y racional que está presente en nuestra manera natural de enjuiciar y valorar las acciones humanas.
Durante el siglo XX, las controversias sobre el funcionalismo en arquitectura oscilaron entre los polos de los hechos y los valores, y la tendencia moderna a ponderar los hechos sobre los valores fue muy polémica desde el principio. La premisa que ha motivado este libro es la desaparición del término «función» en los discursos arquitectónicos actuales y su caída en el desprestigio. En su lugar, preferimos hablar de performance, traducible como «comportamiento», «desempeño» o «rendimiento». Sin embargo, performance se ha vuelto un término tan polisémico, ambiguo y polémico como lo fue el término «función» en la modernidad: es un significante vacío que debe repensarse junto a su contraparte crítica, la «representación», que es vista hoy con la más alta suspicacia.
En Free Play, Stephen Nachmanovitch propone una meditación magistral sobre cómo la improvisación se puede aplicar no solo al arte sino también a la vida y sobre cómo, al hacerlo, desbloquearemos nuestra creatividad.
«¿Cómo se aprende a improvisar? ¿O, en todo caso, cómo se aprende cualquier arte? ¿O cualquier cosa? Es una contradicción, un oxímoron. Ve y dile a alguien: “¡Sé espontáneo!”. O trata de que alguien te lo diga. Nos sometemos a maestros de música, de baile o de talleres literarios que pueden criticar o sugerir, pero lo que realmente nos piden es que “seamos espontáneos”, que “seamos creativos”. Y eso, por supuesto, es más fácil decirlo que hacerlo. ¿Cómo se aprende a improvisar? La única respuesta es otra pregunta: ¿Qué nos lo impide? La creación espontánea surge de lo más profundo de nuestro ser. Lo que tenemos que expresar ya está en nosotros, somos nosotros, de manera que la creatividad no es una cuestión de encontrar el material, sino de desbloquear los obstáculos para que fluya naturalmente.