«No deberíamos subestimar estos movimientos por su ínfimo nivel intelectual ni por su falta de teorización. Sería una enorme falta de visión política pensar por eso que no van a tener éxito.»
Veinte años después del final de la Segunda Guerra Mundial, el NPD, un partido neonazi alemán, obtuvo un éxito sorprendente en las urnas. En ese contexto, Theodor W. Adorno dio una conferencia en la Universidad de Viena, invitado por la Asociación de Estudiantes Socialistas de Austria. Desde nuestra encrucijada actual, el interés de esta charla es mucho más que histórico.
En ella analizó los objetivos, recursos y tácticas del nuevo radicalismo de derechas de su época. Contrastándolo con el "viejo" fascismo nazi, analizó las razones para semejante recepción positiva. Este libro de Adorno es como un mensaje en una botella lanzado cincuenta años atrás cuya lectura tiene un inestimable valor en nuestro presente.
Los conocidos como Cuadernos negros son una especie de diario filosófico que contiene las anotaciones que Martin Heidegger fue haciendo en paralelo a su magisterio académico y a sus obras publicadas. En estas notas se enlazan las reflexiones más estrictamente teóricas con referencias a la situación personal y profesional del filósofo y a acontecimientos tanto históricos como del día a día. Pocas publicaciones filosóficas han suscitado en los últimos tiempos tanta expectación, interés y controversia como estos textos privados de Martin Heidegger. Él mismo había contribuido anticipadamente a su notoriedad al designarlos como la «coronación» de sus obras completas e indicar que debían ser los últimos en ver la luz. Pero, sobre todo, se esperaba que la edición de estos Cuadernos negros aportara las pruebas irrefutables del antisemitismo de Heidegger y de sus simpatías por el régimen nacionalsocialista. ¿Cómo es posible que quien probablemente fuera el pensador más importante del siglo XX empleara su genio especulativo en hacer una fundamentación ontológica del holocausto? Esta primera entrega, que recoge los cuadernos de los años 1931 a 1938, constituye una fuente imprescindible para contextualizar y valorar la implicación de Heidegger en el nacionalsocialismo, que él concibe desde una metapolítica encuadrada en la historia del ser. Pero, además, ayuda a plantear la cuestión general de la relación entre las fuerzas históricas, la condición existencial del hombre como individuo y como comunidad, la filosofía y la política.
Los Cuadernos Negros, especie de diario filosófico, enlazan las reflexiones más estrictamente teóricas con referencias a la situación personal y profesional de Martin Heidegger, así como a acontecimientos tanto históricos como cotidianos. Representan en este sentido un estilo de escritura y meditación filosófica extremadamente singular.
La presente traducción de Ser y tiempo es el fruto de veintitrés años de trabajo. El traductor tuvo sus primeros contactos con Martin Heidegger en 1961, permaneciendo en estrecha relación con él. Entre 1973 y 1975 concluyó la primera versión del texto, que el propio Heidegger conoció y aprobó. En 1988 preparó una segunda versión, esta vez en reuniones con Friedrich-Wilhelrn von Herrmann, editor de Heidegger, y con el apoyo de Hans-Georg Gadamer y Max Müller. Finalmente, una tarea de cinco años con un equipo multidisciplinario de especialistas daría como resultado, en 1995, la tercera y definitiva versión. Con todo, más allá de su historia, la traducción de Ser y tiempo de Jorge Eduardo Rivera C. constituye un hito para la filosofía actual.
Sin el pensamiento de Martin Heidegger (1889-1976) la filosofía del siglo xx sería incomprensible. La mayoría de sus obras son ya auténticos clásicos convertidos en objeto continuo de meditación y discusión. Sus estudios sobre distintos filósofos y poetas han abierto novedosas perspectivas que han enseñado a mirar la tradición de un modo radicalmente diferente al habitual, y no deja de sorprender su capacidad de forjar nuevos conceptos y de conferir sentidos más profundos a las nociones más usuales. De Martin Heidegger han sido publicados en esta misma Editorial Los problemas fundamentales de la fenomenología (2000), Interpretaciones fenomenológicas sobre Aristóteles (2002), El concepto de tiempo (2006), ¿Qué significa pensar? (2008) y Tiempo e historia (2009).
El tiempo es un tema de reflexión tan apasionante como escurridizo. Si no nos lo preguntan, todos sabemos qué es, pero, como advirtió san Agustín, si tratamos de definirlo, acabamos enredados en complejas paradojas. Nuestra vida se mueve en una leve franja de tiempo presente, con un pasado, que ya no es, a sus espaldas, y un futuro, que aún no es, por delante. Proust elogió la capacidad del arte para resucitar momentos pretéritos de nuestra vida; los existencialistas alabaron la conciencia de nuestra finitud como forma de autenticidad; los biólogos hablan de un tiempo interno que regula funciones vitales sin nuestra intervención consciente y Albert Einstein definió el tiempo como la cuarta dimensión. Safranski explora de forma atractiva y accesible la multiforme experiencia humana del tiempo y descubre en su inexorable transcurso un rasgo esencial de la condición humana.