Durante años hemos leído, como si fueran la transcripción fiel de su palabra, las conocidas conferencias pronunciadas por Michel Foucaulten 1983 en la Universidad de California en Berkeley. Pero se trataba sólo de piezas parciales, de resúmenes. La presente edición incluye, por primera vez en versión completa, esa serie de conferencias, que constituyen en realidad un seminario sobre el concepto de 'parresia', término griego que significa "decirlo todo", y sus relaciones con la verdad y el coraje. A este corpus se suma una extensa conferencia pronunciada en Grenoble en 1982, inédita en español.
¿Cuál es el sentido, exactamente, de "decirlo todo"? ¿Equivale a hablar de cualquier cosa, sin moderación y sin freno, sin hacer una selección? Interrogando textos de la Antigüedad griega y latina, Foucault traza los usos y los contextos históricos de una práctica discursiva que se apoya en el derecho y la libertad de expresar una verdad, aun a riesgo de generar ira, rechazo o represalias. Así, dentro de un programa de historia del pensamiento -ya madurado en sus estudios sobre sexualidad, locura y castigo-, señala el peso ético y político de la 'parresia', en la medida en que está en las antípodas de la adulación o la demagogia y pone en juego la valentía de quien, para bien de su comunidad, se atreve a enunciar públicamente verdades que pueden resultar desagradables.
El hombre es un ser temporal, pero participa de la eternidad y es constantemente educado por ella. Los discursos reunidos en este volumen meditan sobre algunas de las principales enseñanzas que lo eterno -o sea, el bien- imparte al hombre. Estas enseñanzas han de ser creídas, pues lo eterno no se deja atrapar en las redes del entendimiento humano. Dicho con la maravillosa imagen empleada aquí por Kierkegaard: El bien enseña al que se esfuerza, le ayuda, pero sólo como lo hace la madre amorosa cuando enseña al niño a andar solo: la madre está a una distancia tal que en realidad no puede cogerlo, pero tan pronto como este se tambalea, ella se inclina rápidamente como si lo fuera a agarrar.
Como continuación de la primera entrega de la Biblioteca Clásica Gredos dedicada a los discursos de Cicerón, este volumen completa sus famosas Verrinas, los alegatos que en el año 70 a. C. condenaron a un destacado miembro de la nobilitas por su vergonzosa gestión en el gobierno de Sicilia. Para el gran orador, este juicio supuso un gran salto adelante en su vida pública y política. Para la literatura, estos textos son un hito de la prosa latina, no solo por su despliegue retórico, sino también por su exquisitez literaria. Publicado originalmente en la BCG con el número 140, este volumen presenta la traducción de la segunda parte de las Verrinas de Cicerón, realizada por José María Requejo.
En el tercer volumen de los discursos de Cicerón puede apreciarse la evolución de sus habilidades oratorias a lo largo del tiempo. Se incluyen algunos de los discursos más notables de su primera época, centrados en casos de derecho civil de carácter privado, y también otros posteriores de hondo calado político, pronunciados cuando su autor ya era toda una celebridad en Roma. En todos ellos, Cicerón despliega sus recursos retóricos hasta convertirse en figura central del proceso, sea cual sea su finalidad, pero también ofrece una oportunidad única de conocer de primera mano algunos mecanismos del derecho y la política romanos.
Los siete discursos de Marco Tulio Cicerón reunidos en este volumen están marcados por el exilio del orador (58-57 a. C.). Debido a las pugnas políticas que se producían en el Senado entre la oligarquía (de la que era partidario Cicerón) y la facción democrática (liderada por Julio César), los sucesos precipitaron salida del primero de Roma, tras el éxito de los movimientos para aislarlo de su más acérrimo adversario: Publio Clodio. A su vuelta a la capital, Cicerón volvió a ejercer como letrado y en sus discursos y alegatos la sombra del exilio y de la época turbulenta que estaba viviendo la ciudad está siempre presente. Los seis primeros textos los pronunció entre septiembre del 57 y mayo del 56 a. C. El último, En defensa de T. Anio Milón, del año 52, está íntimamente relacionado con los anteriores, ya que Milón fue el asesino de Clodio.
De entre los discursos de Marco Tulio Cicerón, algunos de los reunidos en este volumen se cuentan entre los más sobresalientes. Aquí encontramos el celebérrimo grupo de las Catilinarias, que tienen un extraordinario valor político, por el contexto grave en que se pronunciaron, y sobre todo un valor literario sin parangón en la prosa latina. También se encuentra su defensa a Sexto Roscio Amerino, la primera causa importante que le dio fama, así como su famoso alegato a favor de la ley Manilia y de Pompeyo, o la defensa de Lucio Murena, en un momento de crisis de la Republica tras la conjuración de Catilina.