Francis Bacon (1561-1626) fatigó su vida y agotó su salud en el desempeño de la política (en un periodo histórico particularmente turbulento), hizo contribuciones decisivas a la ciencia (pulió el método científico hasta convertirlo en el instrumento más eficaz para conocer la naturaleza), pero su aspiración secreta fue la de vincular su nombre a la literatura. Bacon no estaba tanto interesado en la ficción o en el tratado teórico, como en una forma nueva, que había puesto en circulación Montaigne: el ensayo. Una forma libre de pensamiento sobre toda clase de asuntos, comunes a los hombres, donde la imaginación del abordaje se revela decisiva. Los Ensayos fueron durante años el orgullo secreto de Bacon y su contribución más importante a las letras inglesas. Estos textos breves y concentrados, fruto de una curiosidad disparada en múltiples direcciones (la verdad, la muerte, la venganza, la envidia y el amor; pero también el disimulo, la sospecha, la ira, la fama o la conversación; y saberes prácticos como la salud, la jardinería o las negociaciones), siguen apelándonos directamente, gracias a dos grandes virtudes que les permiten sortear el paso del tiempo: una lúcida comprensión de la naturaleza humana, y una precisión casi clínica con el lenguaje. El mundo cambia, pero las pasiones siguen aquí, y leídas con varios siglos de distancia, las palabras y las ideas de Francis Bacon (una inteligencia resuelta a pensarlo todo por sí misma) siguen interpelándonos.
Un fascinante compendio de ensayos a medio camino entre la poesía y el ensayo antropológico.
Desde que se iniciara como escritor, Eliot Weinberger encontró en el ensayo un territorio inexplorado que a partir de entonces no ha dejado de investigar. Ha creado un fascinante compendio de antropología universal reduciendo la distancia entre la poesía y la narrativa hasta lo ínfimo, y así ha renovado profundamente la forma del ensayo contemporáneo. En estos Ensayos elementales el lector encontrará parte de los textos publicados a lo largo de su trayectoria, así como otros inéditos hasta la fecha.
Un conjunto de ensayos de carácter único, cuyas trabadas piezas, que a menudo se entremezclan en la configuración de otras, confluyen en una prodigiosa variedad temática —del viento a los rinocerontes, pasando por los lagartos, los aztecas, Empédocles, los Chang o las abejas— y en un imaginario cultural en el que los límites entre las mitologías orientales y las ficciones occidentales también se difuminan.
Tomando de la poesía la versificación, la metáfora y la imagen; de la prosa enciclopédica, una voz veraz y un respaldo histórico documentado; de la tradición oriental, la proliferación de elementos naturales y cierto sedimento exótico-sagrado (son comunes las matemáticas y la geometría, los pequeños rituales casi tribales), Weinberger centra su atención en las particularidades de lo humano —sus sueños, literaturas y paisajes— y es capaz de darles forma con una escritura ambigua, muy sencilla, que convierte este corpus en un ejercicio de imaginación poética superlativa.
UNA REIVINDICACIÓN DEL ESCEPTICISMO COMO DEFENSA ANTE LAS TIRANÍAS Y LOS FANATISMOS.
Filósofo inconformista e insobornable, Bertrand Russell publicó este conjunto de ensayos cuando ya había dado sobradas muestras de ser un intelectual revolucionario. En ellos, mediante el ejercicio de la duda escéptica, nos propone un planteamiento «paradójico subversivo»: transformar un mundo irracional a través de la razón, que es la que determina las acciones humanas. Russell aborda grandes temas como el psicoanálisis, la ciencia, la educación, la relación entre guerra y bienestar, el control de la información o la libertad individual, y los examina con una actitud escéptica, que se convierte también en una forma de independencia intelectual. El resultado es una obra que nunca ha perdido su vigencia.
Si bien David Hume (1711-1776) suele ser conocido y valorado principalmente por su obra filosófica, él se consideró siempre un escritor y como tal destacó entre sus contemporáneos. Su amplio abanico de intereses y sus vastos conocimientos le llevaron a ocuparse en sus obras de carácter moral -en su sentido etimológico: referido a las 'costumbres' o 'hábitos'- de cuestiones más humildes, pero a menudo presentes en la vida cotidiana (los caracteres, la superstición, la avaricia, el divorcio, la conformidad...), que iluminó con su experiencia y un buen juicio excepcional. En esta selección de sus Ensayos morales, todos ellos de amena lectura, Hume se revela como un pensador muy adelantado a su época que defiende, por ejemplo, un matrimonio basado en la igualdad, o bien opiniones en torno al suicidio y la inmortalidad del alma muy discordantes con el sentimiento religioso común en su época.
Las obras que en vida dieron fama como escritor a David Hume no son las mismas que con posteridad han consolidado su reputación como filósofo. Entre las primeras se cuentan estos Ensayos, cuya preparación y revisión ocupó a Hume durante toda su vida adulta hasta su muerte, a lo largo de sucesivas ediciones, corregidas y ampliadas personalmente por él. Las palabras de su amigo John Holme resumen bien el interés de esta obra: «Sus Ensayos son a la vez populares y filosóficos; en ellos se unen, de una manera rara y feliz, la profundidad científica y el buen estilo literario».
Qué podemos aprender de la complejidad de la pandemia para enfrentar la próxima catástrofe global.
Al tratar de abordar la complejidad del mundo, su red de causas y efectos, su radical incertidumbre, somos como los ciegos de la fábula, que intentan entender cómo es un elefante con solo tocarlo. La autora disecciona la estructura de los problemas complejos -como lo fue la última pandemia- y propone herramientas para estar mejor preparados en la próxima catástrofe global, que, tarde o temprano -asegura-, llegará.
Nos cuesta mucho entender la complejidad del mundo, la red dinámica de causas y efectos que lo constituye, su radical incertidumbre. Al tratar de comprenderla, somos como los ciegos de la fábula, que intentan saber cómo es un elefante con solo tocarlo. La última pandemia nos enfrentó de lleno a un problema complejo, y reveló nuestra natural dificultad de obtener y procesar información cambiante.
Guadalupe Nogués disecciona la estructura de esos problemas y describe herramientas para estar mejor preparados en la próxima catástrofe global, que, tarde o temprano -asegura-, llegará. Lejos de acumular respiradores, prepararnos significa mejorar la infraestructura lógica de su abordaje. Y las herramientas que propone son verdaderos superpoderes para hacerlo, indispensables en contextos salvajes e inciertos como los que nos toca atravesar.
Un libro con un enfoque científico, social y político, que pone el énfasis en el análisis de los procesos y no tanto en el de los hechos, "porque los hechos no se repiten, pero los procesos sí".