Este libro introduce de forma sencilla al lector en el mundo de la filosofía. Cada capítulo trata un área o concepto clave, y explica y explora sus ideas y temas básicos. ¿Qué es la filosofía? ¿Puede probarse la existencia de Dios? ¿Cómo podemos distinguir entre el mal y el bien? ¿Cuándo se infringe la ley? ¿Es el mundo realmente como creemos que es? ¿Cómo funciona la ciencia? ¿Es la mente diferente del cuerpo? ¿Se puede definir el arte? Una aproximación al vocabulario y las nociones filosóficas básicas necesarias para entender la mayoría de las dificultades que plantea la lectura de textos filosóficos.
Cantar y bailar; agradecer; honrar; pasear; dormir; comer; ofrecer; hablar; tontear; leer y escribir; recordar; volver; tocar, abrazar y besar; pensar... Nacer y morir son los cabos de este recorrido por los verbos y sus honduras en los que la vida se vive y se lee con asombro. Las reflexiones que se ordenan en esta suerte de biografía filosófica es un deleite de sabiduría y conocimiento. El lector que acepte esta invitación a pensar descubrirá que la vida, en sus mínimas gestas cotidianas, se llena de significado y sentido. La travesía vital que emprende el autor conduce a pensar más allá de lo inmediato sin abandonarlo. Los infinitivos elegidos pronto se descubren como puertos en los que restaurar la curiosidad y continuar el viaje en búsqueda de la verdad. La filosofía que acompaña cada instancia visitada por el autor nunca fue más cálida y acogedora; la erudición está al servicio del entendimiento, y la brevedad al de la claridad; de ahí el título de este libro en el que cada página es un regalo porque, como señala el autor, «Saber no es solo algo que podamos tener sobre la vida, sino vida misma intensificada según un modo particular: la comprensión. Pensar lo que vivimos forma parte de vivirlo también más humanamente, más de manera plena según nuestro modo de ser».
La casa es el acontecimiento moral por excelencia. Antes de ser un artefacto arquitectónico es un artefacto psíquico que nos hace vivir mejor de lo que la naturaleza nos permitiría. Es el esfuerzo por adaptarnos a nuestro entorno y viceversa, una forma de domesticación mutua entre las cosas y las personas. Es la prolongación de lo que empezamos a hacer cuando nacemos: construir una intimidad con cuanto nos rodea. Por eso coincide con el «yo», y nos muestra que para decir «yo» necesitamos a los otros.
A partir de su experiencia en las treinta mudanzas que ha realizado a lo largo de su vida, el autor combina distintas disciplinas para analizar temas aparentemente cotidianos, como la configuración de la cocina, las camas, los pasillos e incluso los cuartos de baño, pero que, sin embargo, constituyen el telón de fondo de cuestiones fundamentales como la crianza, el sexo o los cuidados. Un heteróclito conjunto de conocimientos e historias que, con un brillante y muy personal estilo, nos orientan, en definitiva, hacia cómo ser felices, aquí y ahora, junto a los demás
G. W. F. Hegel nació en Stuttgart, capital de Suabia, en 1770. Tras haber estudiado teología en Tubinga se ganó la vida como preceptor privado hasta que en 1801 se incorporó a la Universidad de Jena bajo la protección de Goethe, a quien fue fiel toda su vida. En 1807 se liberó de la absorbente influencia de Schelling al publicar La fenomenología del espíritu y ese mismo año empezó a trabajar como redactor en un periódico de Bamberg hasta su nombramiento como rector del Instituto de Núremberg en 1809. En 1816 pasó a la Universidad de Heidelberg y dos años después a la de Berlín, ciudad donde permaneció hasta su muerte en 1831. Es uno de los más grandes pensadores universales. Zubiri decía que Hegel representaba la madurez de Europa.
El presente volumen reproduce, de acuerdo con la edición alemana de Annemarie Gethmann-Siefert y Bernadette Collenberg-Plotnikov, uno de los juegos de apuntes correspondientes a las lecciones de Hegel sobre estética o filosofía del arte impartidas en el semestre de verano de 1826. Se trata de los apuntes, tomados al dictado en clase, de Friedrich Carl Hermann Victor von Kehler, actualmente en posesión de la Biblioteca de la Universidad de Jena y cuya autenticidad no admite dudas, que tiene la ventaja de ofrecer la mayor cercanía posible a la pa- labra hablada de Hegel.
Mientras que el texto conocido de la Estética, realizado por su discípulo Heinrich Gustav Hotho, conduce a numeroso problemas y divergencias de interpretación, esta Filosofía del arte tiene la ventaja de ofrecer la reconstrucción de sus reflexiones originales sobre filosofía del arte en las lecciones de Berlín de 1826.
¿Cuál es la naturaleza profunda del deseo? ¿Por qué buscamos constantemente placer? ¿Cómo podemos escapar de la insatisfacción permanente y experimentar una alegría profunda?
«El deseo es la esencia del ser humano», escribía Spinoza, pero también puede conducirnos a una pasión destructiva, decía Platón. Su naturaleza infinita nos da el impulso vital y nos permite alcanzar un sentimiento de plenitud. En cambio, su manipulación o ausencia señala el colapso de nuestra fuerza interior. Todas las escuelas filosóficas de la Antigüedad y la mayoría de las religiones del mundo han buscado iluminarlo y cultivarlo, y así pasar de «la servidumbre de los afectos» al poder del libre albedrío. Frédéric Lenoir nos propone un manual para educar nuestra fuerza deseadora a través de la filosofía griega antigua, el budismo, y pensadores modernos como Nietzsche, Jung, Lévinas o Bergson, sin dejar de lado nociones científicas y biológicas.
El imperativo absoluto de nuestro tiempo es tener una vida feliz, pero Lénoir nos guía para que aprendamos a escuchar nuestros deseos más personales y reorientarlos correctamente hacia aquello que nos alegra. Porque la
alegría es algo más profundo que el placer y solo si prestamos atención a nuestra singularidad podremos realizarnos plenamente y liberarnos de lo superfluo.