Un libro útil y sensible sobre el duelo y la nostalgia.
¿Qué nos sucede cuando perdemos a un ser querido? ¿Cómo nos afecta el vacío que se nos abre? ¿Cómo procesamos la ausencia? ¿Cómo podemos retomar las ganas de vivir? ¿Es necesario olvidar para mirar hacia delante?
Este libro aborda el duelo y sus procesos y también la nostalgia, que es su consecuencia. El autor explica cómo podemos mantener vivo el recuerdo de la persona fallecida y al mismo tiempo mirar hacia delante para no quedar anclados en el pasado, en el dolor de la pérdida. En estas páginas se abordan los diversos tipos de duelo y los estados anímicos en que desembocan.
Una vez superado el duelo queda siempre una huella, un poso: la nostalgia, de la que el autor identifica dos tipos. Uno es la añoranza, que nos ancla en el pasado y nos impide seguir adelante. El otro es lo que denomina la nostalgia-gratitud, en la que el pasado que no olvidamos nos da fuerzas para afrontar el presente y proyectarnos hacia el futuro. Y es que las estrellas muertas siguen emitiendo luz…
Estamos constantemente fotografiando y siendo fotografiados, al tiempo que alimentamos bases de datos de aprendizaje automático con nuestros datos, que a su vez se utilizan para generar nuevas imágenes. Al analizar la transformación de la fotografía por el mundo digital –y la transformación de la percepción humana por las imágenes gestionadas por algoritmos, desde la CGI a la IA–, el presente libro investiga lo que significa para nosotros vivir rodeados de flujos de imágenes y ojos maquínicos. Con una inteligente y atractiva argumentación, Zylinska aúna la teoría de los medios y la neurociencia. Su «máquina de percepción» designa un universo técnico de imágenes y sus infraestructuras, pero también se refiere a la condición sociopolítica resultante de la automatización actual de la visión, la creación de imágenes y la imaginación.
Los textos que aquí ofrecemos, publicados por primera vez traducidos del latín al español, constituyen el primer debate en la historia sobre el derecho a la libertad religiosa. Sus protagonistas son dos ilustres exponentes, uno cristiano y otro pagano, de las dos religiones que luchaban por el control religioso y político en la época final del Imperio Romano: el famoso y culto senador romano Símaco (+397) y el obispo San Ambrosio de Milán (+402). Este debate del año 382 sobre la retirada o permanencia en la Curia, sede del Senado de Roma, del denominado Altar de la Victoria, es el más antiguo y más famoso sobre un tema que sigue siendo objeto de discusiones enfrentadas en el mundo actual, la tolerancia religiosa. Ambos interlocutores manipulan los argumentos para ponerlos al servicio de sus respectivos intereses como si de una disputa entre partidos políticos se tratase. El debate sobre la tolerancia religiosa, de incuestionable actualidad, es inseparable de la pregunta por la forma de alcanzar la verdad, si es que tal cosa es posible.
La meditación soleada es una visión y un modo de estar en el mundo. Parte de la idea de que el cosmos es una mente extendida y la materia una experiencia mental. La mente no es aquí el cerebro, sino la experiencia de la percepción, la memoria, el deseo y el lenguaje. Estos son los cuatro componentes del mundo para el empirista radical. Toda su indagación se inicia ahora, cuando percibe, recuerda y desea, mediante un lenguaje heredado que le ayuda a entender su identidad. El empirismo radical se distancia de cualquier tipo de genealogía o explicación sobre las causas que nos han traído hasta aquí (big-bangs, neolíticos, karmas o ADNs). Acepta el hecho de que somos una flecha en movimiento y trata de dilucidar adónde nos dirigimos. La meditación soleada es cultura mental. Modos y estrategias de orientarse en la mente del mundo y navegar en ella. Este libro es una metafísica de bolsillo. Síntesis de años de investigación en la que concurren los presocráticos, la fenomenología, el sufismo, el budismo, el vedanta y la filosofía de la ciencia, y que permiten ciertas intuiciones: - La percepción es una fuerza que nos atraviesa. Cuando percibimos, es otro el que percibe a través nuestro. Ese otro es el origen. Cuando estamos atentos a algo, cuando advertimos que percibimos, sintonizamos con el origen. La atención es un modo de viajar al origen. Así es como la conciencia original experimenta el mundo. - La obsesión por una vida interminable refleja nuestra incapacidad de vivir el presente. Lo eterno no es un asunto temporal. Lo eterno es un eje vertical que corta al tiempo horizontal. Lo convocamos cada vez que hacemos el origen presente. Lo eterno alienta en nosotros, es el ahora, no algo que sobrevendrá tras la muerte. - El Ser es experiencia pura. Una experiencia compartida con el origen.
AL terminar mi recorrido por las melancolías alemanas, publicado en El duelo de los ángeles (2004), se abrió ante mí un canal que comunicaba con otros territorios culturales. No resistí la tentación de continuar el viaje, aunque en forma entrecortada, por ese antiguo río negro que se interna en los territorios de la Modernidad. El resultado fue un conjunto de fragmentos que exploran ficciones e imaginaciones que emanan de la sociedad moderna cuando es inundada por humores sombríos y tristes.
Son una señal de que el mundo está entrando en una nueva época, dominada por un extraño capitalismo tardío cuyos signos apenas estamos comenzando a descifrar. A los filósofos con frecuencia les gusta reflexionar sobre la circunstancia que los envuelve. Quieren definir los parámetros de la época en que viven y para ello se apoyan en los estudios de aquellos sociólogos que también están interesados en explicar la mecánica oculta que mueve al mundo. Así, la sociedad actual ha sido definida como postmoderna o líquida. Muchos quieren entender el funcionamiento de la cultura actual y buscan darle un sentido al presente. ¿Qué significa vivir a comienzos del siglo XXI? ¿Dónde estamos? ¿Cómo se entiende nuestra época?
Este texto es una profunda interpretación del «tratado sobre la libertad» de Schelling, hecha por uno de los filósofos más relevantes del siglo xx
En este volumen se recogen las clases y los seminarios que Heidegger impartió en 1941 sobre lo que él consideraba la cumbre de la metafísica del idealismo alemán: el pensamiento de Schelling relativo a la esencia de la libertad.
Schelling define la libertad desde la distinción entre fundamento y existencia. La libertad no es ni el ser ni su manifestación, sino la diferencia entre ambos. Los eones son los despliegues existentes de sendas temporalidades de la naturaleza y del hombre como manifestaciones divinas, en los que puede tener lugar la libertad justamente en la medida en que se diferencian del fundamento.
De una forma pedagógica y reflexiva, Heidegger explica la historia filosófica de los conceptos de fundamento y existencia, desde la escolástica medieval hasta la recepción de Ser y tiempo, pasando por Leibniz y, con especial detenimiento, por los existencialismos de Kierkegaard y Jaspers.