Star Wars ya pertenece al selecto grupo de los mitos universales, de las grandes historias de la humanidad: la importancia de la saga imaginada por George Lucas solo puede medirse con la misma vara que utilizaríamos para calibrar la importancia de la Ilíada, de ciertas obras de Shakespeare, de la Biblia o incluso de personajes como Santa Claus o Mickey Mouse, a los que Darth Vader no envidia nada en cuanto a conocimiento universal. Star Wars es mucho más que una serie de películas y una engrasada máquina de merchandising: también es un complejo producto de cultura popular cuyas interpretaciones nos pueden explicar la historia y el mundo actual, y nos plantean con eficacia los grandes temas que importan al ser humano: el amor, la guerra, la familia, el poder, el sacrificio. Al menos, así lo entiende Cass R. Sunstein, una de las mayores autoridades en derecho en Estados Unidos, antiguo miembro del gabinete del presidente Obama durante su primer mandato, y secretamente fascinado por los acontecimientos que sucedieron, hace mucho tiempo, en una galaxia muy lejana. Para Sunstein, Star Wars es una fuente de interpretación inagotable para temas como la infancia, la paternidad, el Lado Oscuro (esto es, las tentaciones y las malas decisiones), la rebelión y la búsqueda de la paz interior. Es un obra con la que podremos entender mejor por qué el pueblo se rebela contra sus líderes, por qué prolifera el terrorismo o hacia dónde puede ir la economía. Sunstein parte de la idea de que en el mundo de Star Wars hay un bien supremo –el derecho a elegir libremente–, y que es nuestra libertad la que nos empuja a actuar de manera correcta.
Desde la antigüedad greco-egipcia y durante muchos siglos, se atribuyó a Hermes Trismegisto una revelación filosófica y un mensaje espiritual trascendental. Como un profeta pagano, algunos hombres del Renacimiento creyeron reconocer en él al padre de una sabiduría primordial e inmemorial muy anterior al cristianismo. La autora reconstruye en este libro la identidad polimorfa de Hermes, el mensajero divino, y pone de manifiesto la importancia de hermetismo en la historia de pensamiento occidental. Una pormenorizada introducción de los diferentes aspectos del pensamiento hermético, su historia y la influencia que este ha tenido en grandes mentes de la filosofía, las ciencias y la literatura.
En diálogo y contraste con pensadores como Nietzsche o Hegel, de la mano de autores como Milan Kundera, Walter Benjamin o José Ortega y Gasset, que en sus teorías de la novela han meditado sobre las relaciones entre literatura y filosofía a partir del horizonte abierto por la crisis de la modernidad, este libro traza una genealogía más matizada de ambas esferas, destacando sus afinidades electivas. Por sus páginas desfilan Don Quijote, Gargantúa, Tristam Shandy, Wilhelm Meister, Gregor Samsa y Tomás y Teresa, los personajes de La insoportable levedad del ser; pero también los metarrelatos y la risa de Dios, la teodicea y el nihilismo, el Bildungsroman y la novela picaresca, la teoría viquiana del mito y el humanismo retórico, la vanguardia y la pintura de Friedrich, el posmodernismo y la nostalgia estética, apuntando así a un sustrato hermenéutico común, motor del pensamiento contemporáneo.
Cómo el conocimiento se abre paso incluso en las circunstancias más extremas y cómo el saber puede ayudarnos y sanarnos.
Lee, el hermano de Andy West, entró y salió de prisión durante bastante tiempo, su padre tampoco fue trigo limpio y su tío también pasó al otro lado de la ley. Pero Andy decidió cruzar las rejas para enseñar filosofía. Su
experiencia nos acerca a la dureza la vida carcelaria y la rutina de los funcionarios, al mismo tiempo nos ofrece una perspectiva de cómo se ven los criminales a ellos mismos y como los contempla la sociedad.
Una obra intima que entrelaza con fuerza un relato sobre la importancia de la filosofía y el pensamiento crítico en los centros penitenciarios con la historia de su propia familia, creando unas memorias intelectualmente
apasionantes sobre la libertad y la coacción.
«Cada vez son más los científicos que nos prometen que la revolución de la longevidad llegará mañana, que nuestros nietos podrán vivir ciento cincuenta años o más, aún jóvenes y con buena salud física y mental. Este libro hace balance de estas investigaciones, separa la ciencia de la fantasía y plantea la pregunta fundamental: ¿por qué vivir tanto? Este es el tema principal de este libro, que, ante esta pregunta, examina las dos concepciones existentes pero opuestas de una vida feliz. La primera, que procede de los siglos pasados y que la psicología positiva ha vuelto a poner de moda, nos invita a decir «sí a la realidad», a resignarnos al orden natural de las cosas para aceptar con serenidad la vejez y la muerte. En cambio, las filosofías modernas abogan por una espiritualidad completamente distinta: la prolongación de la vida con buena salud podría ofrecer a la humanidad la oportunidad de ser por fin menos estrecha de miras, menos violenta y, por qué no, más sabia que en el siglo XX». «Me parece genial llegar a vivir 300 años, hay tantas mujeres que amar, hay tantos libros que leer». Luc Ferry
Cómo el arte, la literatura y la filosofía pueden llevarnos más allá de los límites de nuestro yo y hacernos descubrir quiénes somos en realidad.
Como una experiencia capaz de barrer nuestra rutina, como una fractura olvidada, la aventura puede encender nuestros deseos silenciados. En un adictivo cuerpo a cuerpo con algunos textos fundamentales de la cultura occidental y las lecturas más originales de la contemporaneidad, Pietro Del Soldà pone en diálogo nuestros problemas cotidianos con las Historias de Heródoto, las intuiciones del sociólogo Georg Simmel con la Odisea de Kazantzakis, el teatro de Sartre con el Platón más autobiográfico y la sabiduría irónica de Montaigne. En un fascinante diario de viaje a través de los siglos y los continentes, el autor nos muestra cómo los griegos defendieron sus ideales de libertad en el campo de batalla de Maratón; en Sudamérica, seguimos los pasos de Alexander von Humboldt, precursor de una idea de la naturaleza que no podemos no hacer nuestra; en Praga, asistimos al estreno del Don Giovanni de Mozart, que, con sus aires de libertad y rebeldía sedujo y escandalizó al público; y en el desierto norteafricano andamos tras las huellas de la escritora y aventurera Isabelle Eberhardt. La aventura de la que nos hablan estas historias es el principal antídoto contra el conformismo y la tiranía del Yo. Como nos advierte este apasionante ensayo, la aventura se asoma «al aquí y ahora, nos inquieta y nos atrae. No podemos prepararnos para vivirla, no hay introducción posible a ella porque es una apertura radical a la imprevisibilidad del instante que no puede ser planeada».