Santa Catalina de Alejandría e Hipatia de Alejandría fueron dos portentos de sabiduría, valentía y lucidez, que desafiaron el orden establecido esgrimiendo su convicción de que salvaguardar la razón, la libertad y la justicia es necesario para que cualquier civilización sea digna de llamarse así. La primera es emblema de fe y virtud; la segunda, de erudición científica y filosófica. Ambas figuras son una sola en las tradiciones cristiana y pagana, y comparten el mismo fatídico destino: fueron asesinadas a causa de la intolerancia religiosa.
En un recorrido apasionante y muy personal, Ana Rossetti reflexiona sobre las vocaciones y principios de estas dos mujeres, y entreteje sus vivencias con el devenir histórico de la primera gran ciudad cosmopolita y el declive de su esplendor. La autora abunda en las entretelas de la escena sociopolítica de la época y en sus personajes más relevantes, aportando así una perspectiva reveladora, de profundo calado espiritual, que nos permite comprender mejor la deriva de las célebres alejandrinas hacia su trágico final. Somos un cuerpo herido es un ensayo amplio y riguroso, a la vez que reivindicativo, con el que la autora constata, una vez más, su formidable capacidad para entrelazar erudición y narrativa.
Esta obra se centra en la vocación y faceta periodística de Ortega mediante las múltiples colaboraciones que llevó a cabo con rotativos como El Imparcial o la creación de la Revista de Occidente. El balance final evidencia que, en la circunstancia orteguiana, el periodismo fue determinante tanto en la forma como en el fondo de su filosofía.
«La filosofía es la actividad disruptiva de la razón y ésta se encuentra en el límite de todo pensamiento científico.»
La obra filosófica, histórica, ensayística y periodística de Luis Villoro se ha extendido a lo largo de más de siete décadas, y transcurre por las corrientes más importantes de la segunda mitad del siglo xx: el existencialismo, la filosofía de lo mexicano, la fenomenología, la filosofía analítica, el marxismo y el multiculturalismo. La lista completa de sus publicaciones es extensa y se ocupa de una diversidad de temas sobre metafísica, epistemología, ética, filosofía política y filosofía de la religión; por lo mismo, resulta relevante contar con una guía para empezar a leer su obra o adentrarse más en su pensamiento.
Si El sofista es uno de los diálogos de Platón que más ha atraído a estudiosos y amantes de la Filosofía, ello está motivado tanto por su contenido y relevancia en el conjunto de la obra platónica, como por la influencia que, hasta nuestros días, ha ejercido en la conformación de importantes conceptos del pensamiento occidental. El diálogo, que plasma el desafío que representa "cazar" al sofista mediante las redes de la dialéctica, llega a la conclusión de que éste es un imitador que se mueve con total libertad en el ámbito de la falsedad y la apariencia, en contraste con el sabio y el filósofo, dedicados a la búsqueda de la verdad.
Si bien David Hume (1711-1776) suele ser conocido y valorado principalmente por su obra filosófica, él se consideró siempre un escritor y como tal destacó entre sus contemporáneos. Su amplio abanico de intereses y sus vastos conocimientos le llevaron a ocuparse en sus obras de carácter moral -en su sentido etimológico: referido a las 'costumbres' o 'hábitos'- de cuestiones más humildes, pero a menudo presentes en la vida cotidiana (los caracteres, la superstición, la avaricia, el divorcio, la conformidad...), que iluminó con su experiencia y un buen juicio excepcional. En esta selección de sus Ensayos morales, todos ellos de amena lectura, Hume se revela como un pensador muy adelantado a su época que defiende, por ejemplo, un matrimonio basado en la igualdad, o bien opiniones en torno al suicidio y la inmortalidad del alma muy discordantes con el sentimiento religioso común en su época.
El presente volumen pretende hacer accesible al lector contemporáneo las propuestas éticas de los estoicos antiguos, siguiendo la reconstrucción de los fundadores de la escuela del Pórtico que elaboran Ario Dídimo, Diógenes Laercio y Hierocles. Esta recopilación contiene la traducción castellana, a partir de una revisión crítica del texto griego, de las tres exposiciones tradicionales de las éticas estoicas, compuestas por Ario Dídimo, filósofo de la corte del emperador Augusto, en su Epítome de ética estoica, probablemente la descripción más precisa sobre la figura del sabio y sus virtudes, junto al «doxógrafo» Diógenes Laercio, en el libro VII de sus Vidas de los filósofos ilustres, y Hierocles, autor de un tratado intitulado Elementos de ética, donde ofrece una presentación de la doctrina clásica de la familiaridad, acompañada de varios ejemplos extraídos del comportamiento animal. Los estoicos se interesan no solo por la teoría moral, sino también fundamentalmente por la práctica moral.