No hay una sola definición de la muerte, ni una sola interpretación, aunque sí un hilo conductor basado en nuestra compresión científica de la realidad mortal. Podría decirse que no hay una, sino muchas muertes. El físico, biólogo e investigador ICREA Ricard Solé nos plantea una aproximación a algunas de estas extinciones: desde la muerte térmica del universo y de los sistemas inanimados hasta la de las ciudades y civilizaciones, los océanos o los robots, pasando por la de nuestro propio cuerpo y mente. Porque, escribir y reflexionar acerca del fin de la vida nos permite comprender mejor la naturaleza de ese principio básico e inevitable, que ha dado forma a nuestra cultura y moldeado nuestros miedos desde que surgió la conciencia y nuestra capacidad de imaginar el futuro.
Habitamos, según Jürgen Habermas, un «tiempo de transiciones» que solicita la intervención del pensador versado en la lectura de lo político, de sus claroscuros, incertidumbres y perspectivas de futuro. Muestra de ello es el presente conjunto de conversaciones, intervenciones y conferencias, continuación de la serie de sus «Pequeños escritos políticos», que revelan al filósofo preocupado por articular, a partir de la comprensión de la vida política, las herramientas conceptuales que fomenten la dignidad ciudadana y la conformación discursiva de una esfera pública. Las reflexiones de Habermas abarcan desde la cambiante situación de la política interior alemana (aún en tránsito desde Bonn a la república de Berlín) hasta los riesgos y retos de las transformaciones del Derecho internacional clásico en un derecho de ciudadanos del mundo, pasando por el debate sobre el futuro de Europa y la forma de su Constitución. Después de transitar por cuestiones como la corrupción política, la memoria histórica y el Holocausto, el conflicto de Kosovo o el euroescepticismo, el libro concluye con una conversación entre Jürgen Habermas y Eduardo Mendieta («Un diálogo sobre Dios y el mundo») que trata de la globalización y las nuevas formas de la conciencia religiosa en una era de universalismo ecuménico.
El tiempo es un tema de reflexión tan apasionante como escurridizo. Si no nos lo preguntan, todos sabemos qué es, pero, como advirtió san Agustín, si tratamos de definirlo, acabamos enredados en complejas paradojas. Nuestra vida se mueve en una leve franja de tiempo presente, con un pasado, que ya no es, a sus espaldas, y un futuro, que aún no es, por delante. Proust elogió la capacidad del arte para resucitar momentos pretéritos de nuestra vida; los existencialistas alabaron la conciencia de nuestra finitud como forma de autenticidad; los biólogos hablan de un tiempo interno que regula funciones vitales sin nuestra intervención consciente y Albert Einstein definió el tiempo como la cuarta dimensión. Safranski explora de forma atractiva y accesible la multiforme experiencia humana del tiempo y descubre en su inexorable transcurso un rasgo esencial de la condición humana.
El arte contemporáneo goza de actualidad. Apenas hay ciudad que no tenga un centro dedicado a él. Existen multitud de cátedras y proyectos de investigación destinados a estudiarlo. Pero ¿qué significa exactamente el concepto de arte contemporáneo y a qué contemporaneidad hace referencia? Con este libro, Juliane Rebentisch se propone introducir, desde una teoría del arte entendida como proyecto crítico, un debate aún en curso sobre cuestiones que son fundamentales tanto a nivel teórico-artístico como estético. Sirviéndose de herramientas teóricas que provienen de la filosofía, de las disciplinas particulares de la ciencia del arte, de la crítica, de los curadores y de los artistas, su objetivo es contribuir al desarrollo de un concepto normativo del arte contemporáneo.
Este trabajo es uno de los más influyentes en el debate sobre la postmodernidad.
Teoría de la postmodernidad es la versión castellana, adaptada y preparada por el propio Jameson, de Postmodernism, or the Cultural Logic of Late Capitalism, recopilación de ensayos a los que el autor dio forma definitiva en 1991.
En este trabajo, uno de los más influyentes en el debate sobre la postmodernidad, no sólo nos encontramos un análisis de la dimensión sociopolítica de diversos fenómenos culturales de la postmodernidad (arquitectura, cine, vídeo, música, artes plásticas, literatura) y de las nuevas formas de percepción del espacio y el tiempo que éstos han introducido, sino también una discusión sobre nuevos movimientos sociales, la dinámica del mercado mundial y los dilemas de algunoas perspectivas teóricas, como la del crítico Paul de Man.
¿Cómo puede establecerse hoy un nuevo tipo de dictadura? Onfray identificó siete vías: destruir la libertad; empobrecer el lenguaje; abolir la verdad; suprimir la historia; negar la naturaleza; propagar el odio; aspirar al Imperio.
Cada uno de estas vías se compone de acciones concretas:
- Para destruir la libertad, hay que: asegurar la vigilancia perpetua; arruinar la vida personal; suprimir la soledad; regocijarse en las celebraciones obligatorias; uniformizar la opinión; denunciar el crimen de pensamiento.
- Para empobrecer el lenguaje, hay que: utilizar un nuevo lenguaje; emplear un doble lenguaje; destruir las palabras; oralizar el lenguaje; hablar una sola lengua; acabar con los clásicos.
- Para abolir la verdad, hay que: enseñar ideología; utilizar la prensa en beneficio propio; difundir noticias falsas; producir realidad.
- Para abolir la historia, hay que: borrar el pasado; reescribir la historia; inventar la memoria; destruir los libros; industrializar la literatura.
- Para negar la naturaleza, necesitamos: destruir el impulso vital; organizar la frustración sexual; higienizar la vida; procrear médicamente.
- Para propagar el odio, necesitamos: crear un enemigo; fomentar la guerra; psiquiatrizar el pensamiento crítico; acabar con el último hombre.
- Para aspirar al Imperio hay que: formar a los niños; administrar a la oposición; gobernar con las élites; esclavizar mediante el progreso; ocultar el poder.
¿Quién puede decir que no estamos ahí?