En 1839 los rumores sobre unas extraordinarias ruinas de piedra enterradas en las selvas de Centroamérica llegaron a oídos de dos de los exploradores más intrépidos del mundo.
Cautivados por las noticias, el diplomático norteamericano John Lloyd Stephens y el artista británico Frederick Catherwood —ambos ya conocidos por sus aventuras en Egipto, Tierra Santa, Grecia y Roma— zarparon del puerto de Nueva York en una expedición a las inhóspitas selvas de los territorios actuales de Honduras, Guatemala y México.
Lo que descubrieron cambiaría drásticamente el entendimiento de Occidente respecto a la historia humana.
Esta extraordinaria biografía nos ofrece una visión profunda de la Antigüedad tardía y de Justiniano, un hombre que, desde los comienzos más humildes, llegó a gobernar gran parte del mundo conocido y alcanzó una consideración casi divina. Un emperador que infundía un significado espiritual incluso a las tareas más mundanas. Un administrador excelente y obsesionado con los detalles. Un hombre, ya en la mediana edad, capaz de cambiar la ley para poder casarse con una bailarina de la que se enamoró, y que gobernó acompañado de la emperatriz Teodora durante más de veinte años. Un brillante estratega militar que nunca estuvo en primera línea.
Se enfrentó a retos como el cambio climático, las luchas culturales e identitarias o la primera pandemia mundial de la que se tiene constancia, y muchas de las soluciones que encontró siguen teniendo sentido en la actualidad. Su legado nos rodea y está patente en el mundo de hoy, desde un sinfín de monumentos entre los que cabe destacar la hermosa Santa Sofía, hasta nuestro sistema jurídico, a través de la codificación del Corpus Iuris Civilis, pasando por su contribución a la cultura, a la cristiandad y al islam. En esta obra maestra, Sarris nos muestra que, con toda su complejidad y contradicciones, Justiniano fue, en muchos sentidos, un emperador sorprendentemente moderno.
KL es una obra decisiva, un empeño ambicioso, destinado a convertirse en unclásico de la historia del siglo XX.
Nikolaus Wachsmann ofrece en esta obra histórica de referencia una crónica equilibrada, completa y sin precedentes de los campos de concentración nazis, desde sus comienzos en 1933 hasta su extinción —hace setenta años— en la primavera de 1945. Sobre el Tercer Reich se ha investigado más a fondo que sobre casi cualquier otro período de la historia y, sin embargo, no ha existido hasta ahora ningún estudio del sistema de campos de concentración que revisara exhaustivamente su prolongada evolución, la experiencia cotidiana de quienes vivieron en ellos —tanto verdugos como víctimas— ni la de todos aquellos que estuvieron en lo que Primo Levi denominó «la zona gris».
Con KL, Wachsmann cubre esta ostensible laguna en nuestra comprensión de los hechos. Su obra no es solo la síntesis de una nueva generación de investigaciones académicas —la mayoría sin traducir y desconocida fuera de Alemania—, sino que además saca a la luz sorprendentes revelaciones sobre el funcionamiento y el alcance del sistema de los campos de concentración, descubiertas tras años de estudio en los archivos. Este minucioso repaso de la vida y la muerte dentro de estos recintos, donde Wachsmann asume una perspectiva más amplia y muestra las diversas formas que fue adoptando aquel sistema a tenor de los cambios acaecidos en las esferas política, legal, social, económica y militar, nos permite contemplar un retrato unitario del régimen nazi y sus campos, inédito hasta hoy.
Agricultura, tejeduría, cerámica, metalurgia, altares y sacrificios, escritura, ciudades y Estados constituyen las etapas que las civilizaciones del Viejo y del Nuevo Mundo recorrieron en el mismo orden. En Mesoamérica, el paralelismo también incluye una serie impresionante de técnicas y desarrollos culturales, desde los sellos cilíndricos hasta el moldeo a la cera perdida, desde la introducción del cero hasta figurillas de terracota de animales montados sobre ruedas. ¿Son itinerarios preestablecidos por nuestro acervo genético o son el resultado de antiguos contactos? ¿No puede extraerse acaso de esta pregunta una tesis sólida que esclarecería nuestras esencias históricas?
Los estudiosos persisten en su escepticismo sobre las posibles pruebas de contactos precolombinos entre América y otros continentes y los exiguos heterodoxos no han presentado aún pruebas dignas de su respaldo. Este revelador y revolucionario ensayo aborda el problema con una nueva herramienta extraída de la geografía matemática: el examen de las coordenadas transmitidas por Claudio Ptolomeo constata que asignó a la Tierra unas dimensiones erróneas y permite demostrar que, en la Antigüedad, los océanos no constituían una barrera insalvable, eliminando de base la concepción determinista de la historia.
¿Confundió Ptolomeo las islas Canarias con las Antillas Menores del Caribe? ¿Era Hiparco su fuente? ¿Habían descubierto los cartagineses aquellos lugares ignotos antes que nadie? ¿Qué consecuencias tuvo la conquista del Mediterráneo a manos de Roma en el conocimiento científico de entonces? Y, sobre todo, ¿cuál es la trascendencia real de la cuestión? El físico, matemático e historiador italiano Lucio Russo emprende en La América olvidada un apasionante viaje al encuentro de las claves de nuestra civilización.
En 1765, la Compañía de las Indias Orientales derrocó al joven emperador mogol y puso en su lugar un gobierno controlado por mercaderes ingleses que extorsionaba impuestos merced a su ejército privado. Fue este el momento que señaló la transformación de la Compañía de las Indias Orientales en algo muy distinto a una empresa: una corporación internacional pasó a ser un agresivo poder colonial. Durante el siguiente medio siglo, la Compañía continuó extendiendo su poder hasta que prácticamente toda la India al sur de Delhi era controlada desde un despacho londinense. Un periodo de caos, corrupción y violencia denominado por sus contemporáneos como la Anarquía. William Dalrymple, autor del aclamado El retorno de un rey, cuenta en el libro La anarquía. La Compañía de las Indias orientales y el expolio de la India cómo el Imperio mogol, que había dominado el comercio y la manufactura mundiales, y que poseía recursos casi ilimitados, se derrumbó y fue reemplazado por una corporación multinacional enclavada a miles de kilómetros al otro lado del mundo. Una corporación que respondía a unos accionistas que jamás habían estado en la India y que no tenían la menor idea del país cuya riqueza les reportaba jugosos dividendos –no es coincidencia que, como indica en las primeras líneas del texto, una de las primeras palabras del hindi incorporadas al inglés fuera loot, «saqueo»–. A partir de fuentes inéditas, Dalrymple narra la historia de la Compañía de las Indias Orientales como nunca se ha hecho: una historia sobre los devastadores resultados que puede tener el abuso de poder por parte de una gran corporación, y que resuena amenazadoramente familiar en nuestro siglo XXI de todopoderosas empresas transnacionales.
En este novedoso y apasionante libro, Sarah Parcak nos desvela la evolución, los principales descubrimientos y el futuro de la arqueología espacial, un área de conocimiento en vías de expansión que está dando lugar a hallazgos extraordinarios sobre antiguas civilizaciones de todo el mundo.
Utilizando imágenes por satélite, la autora nos demuestra que su campo de estudio permite localizar y cartografiar estructuras y yacimientos arqueológicos que de otro modo quedarían ocultos. Se trata de una mirada desde el espacio que no solo nos revela la importancia de lo inexplorado, sino que logra desmontar conceptos que se creían inamovibles con respecto a sitios o épocas fundamentales de la historia al descubrir asentamientos, caminos, fortalezas, centros ceremoniales desconocidos hasta ahora o situados en lugares donde pocos arqueólogos se habían aventurado.