Este fascinante libro, que según Jared Diamond «es una lectura indispensable para los debates sobre la historia universal, y excitante, dramático y atractivo como una novela», nos muestra cuál fue el papel de las armas de fuego en la historia, nos ofrece una nueva visión de los siglos en que China se mantuvo como la primera potencia militar y de su misteriosa decadencia posterior, que permitió el triunfo de Europa en el dominio del mundo. Una historia que concluye dando una nueva actualidad a la afirmación que hizo Napoleón: «China es un león que duerme, cuando despierte el mundo temblará». Los especialistas han señalado la importancia de las aportaciones de Andrade a los estudios sobre la divergencia entre Oriente y Occidente, y su completa renovación de los tópicos sobre la revolución militar en un libro que, nos dice Sarah C. Paine, profesora del Naval War College de los Estados Unidos, «se lee como una novela policíaca».
El mar ejerce una atracción de amplio rango para la mayoría de los hombres, imposible de soslayar, quizás imbricada a nivel del ADN mitocondrial. Navegar, como volar, siempre constituye un reto. El peligro acecha con cada minuto que transcurre dada la cuasi indomabilidad de ambos medios. Pero si a esto le añadimos la actividad humana, entonces el panorama se complica extraordinariamente. En el libro que tiene en sus manos aprenderá muchísimo sobre los enemigos de la navegación y del comercio: los piratas. El autor nos ubica en espacio y tiempo: Norteamérica, concretamente Virginia, entre la primera parte del siglo XVI y XVII. Todas las acepciones los califican como ladrones, dedicados en cuerpo y alma a ejercer el despojo y robo como forma de vida. Lo mismo atacaban una ciudad que un barco o convoy, con la esperanza del botín y preservar la vida para disfrutarlo. Un ensayo que motiva el interés por esta parte de la historia norteamericana, donde se combinan de la mejor forma posible el rigor histórico y la narrativa ágil, cercana, directa.
Karel Holemans fue un pintor flamenco que soñaba con la independencia de Flandes. Espió en España durante la Guerra Civil, en el lado republicano. En la invasión nazi de Bélgica trabajó como espía doble. O tal vez triple. Fue agente de la inteligencia alemana, estuvo casado con una agente de la Resistencia y, en secreto, era Caballero Comendador de los templarios. Se enroló en los servicios secretos alemanes para poder sacar de Bélgica los archivos históricos de la orden del Temple y evitar que cayeran en manos de la Gestapo. Llevó los archivos a Portugal y con ello salvó las vidas de 238 templarios belgas y franceses. Como pintor conoció el éxito y la pobreza, y sus obras cuelgan hoy en varios museos europeos, entre ellos, el Reina Sofía de Madrid.
Fue condenado a muerte en Bélgica y se exilió en España, donde pasó el resto de su vida. Se casó con la pubilla de una rica familia de cavistas de Sant Sadurní d’Anoia. Su suegra nunca aprobó la boda y le persiguió con una falsa acusación de bigamia que casi le cuesta la extradición y la vida. En 1974, estuvo presente como traductor en la ejecución de Heinz Chez en Tarragona, condenado por Franco a morir por garrote vil el mismo día y a la misma hora que Puig Antich en Barcelona. Su hijo Carlos ha dedicado más de diez años a desenterrar y recomponer lo que nunca contó.
Una lúcida visión del controvertido periodo entre 1808 y 1814 en la historia de España.
Cuando se estudian los complicados años desde 1808 hasta 1814 (Guerra de la Independencia) se comprueba la necesidad de rectificar buena parte del legado de no pocos historiadores del XIX. La idea de convocar Cortes parte de Fernando VII, y constituye la génesis del parlamentarismo español en su defensa ante el poder francés.
El autor trata ahora de ofrecernos una visión de conjunto de ese importante período de la historia de España, ofreciendo un mayor contexto de las Cortes extraordinarias y de las ordinarias que le sucedieron.
En Eso no estaba en mi libro de las guerras púnicas, viajamos hasta el siglo III a. C. para conocer, de primera mano, los principales acontecimientos y las grandes batallas entre dos ejércitos perfectamente adiestrados para el combate. A partir del 264 a.C., Roma y Cartago se enfrentaron entre sí, en una lucha a muerte con el único objetivo de destruir a su rival y conseguir la hegemonía en el Mediterráneo. Para ello contaron con la experiencia de valiosos generales como Aníbal Barca y Publio Cornelio Escipión, protagonistas de algunas de las batallas más memorables de todos los tiempos, como la de Cannas y Zama (que aún se estudian en las modernas escuelas militares).
Las guerras púnicas, por el volumen de los medios utilizados, así como por el espacio geográfico donde se llevan a cabo los principales hechos de armas, al igual que por los planes estratégicos y diplomáticos que persiguen ambos estados, son un conflicto prolongado que ha sido considerado por muchos como las guerras mundiales del mundo antiguo (por supuesto desde un punto de vista eurocéntrico), cuyo resultado es fundamental para comprender la historia actual. Con este libro, el lector conocerá el contexto y las causas profundas que motivaron el estallido del conflicto, se sorprenderá con los temidos corvus con los que los romanos hicieron frente a la todopoderosa armada cartaginesa y será testigo de excepción de las increíbles victorias militares de Aníbal Barca y de su épica travesía por los Alpes italianos. Un libro que, sin duda, no nos dejará indiferentes.
Hay ciudades que al nombrarlas estamos en ellas y las inventamos según la medida de nuestros deseos. José Carlos Llop ha ido a Vladivostok tantas veces como ha escrito su nombre; allí en tiempos finalizaba el Transiberiano; por ella se acuerda de Blaise Cendrars o de Miguel Strogoff, el correo del zar que, según Jules Verne, debía entregar su carta en Irkutsk y nunca llegó a Vladivostok. Puede ser una ciudad imaginaria, en la que se vean reflejados nuestros deseos, ensoñaciones y anhelos. La atmósfera literaria de estos artículos recogidos en Vladivostok, antología de sus «Terceras» publicadas en ABC entre 2006 y 2017, destaca por un estilo elegante y una ironía delicada e inteligente.