En 2022 publiqué Los días de la Revolución, buscando indagar en la etapa revolucionaria del Río de la Plata a principios del siglo XIX. Este nuevo volumen viene a ser la continuación de ése. Los dos libros, y los que planeo agregar en el futuro, están concebidos como una clase de Historia, o como un conjunto de clases, que te permitan conocer y comprender mejor el proceso histórico que condujo a la formación de la Argentina a lo largo del siglo XIX. El arco temporal de este libro recorre el lapso comprendido entre dos batallas: la de Cepeda en 1820 y la de Caseros en 1852. En ambas ocasiones se derrumban grandes estructuras políticas: el Directorio y la Liga de los Pueblos Libres en Cepeda y la Confederación Argentina liderada por la Buenos Aires de Juan Manuel de Rosas en Caseros. Te propongo analizar juntos estas tres décadas de una Argentina "en formación", porque en la primera mitad del siglo XIX ese país todavía no existe del todo. Ni en 1820, aunque se vayan delineando algunos de sus aspectos, ni tampoco en 1852, aunque sus elementos constitutivos sean cada vez más claros y visibles. Elegí como título Los días de la violencia porque entre 1820 y 1852 la violencia de los enfrentamientos políticos alcanza niveles desconocidos antes, y muy poco frecuentes después.
Te preguntarás por qué me pongo a escribir un libro de Historia cuando todos los míos anteriores son ficciones, es decir, historias inventadas.
Y es que antes de empezar a escribir ficción estudié Historia. Obtuve mis títulos de profesor y de licenciado y me dediqué durante muchos años a enseñar en la universidad y en escuelas secundarias. De hecho, sigo enseñando. ¿Por qué, además, quise escribir un libro?
En las últimas décadas la investigación histórica se ha renovado mucho en la Argentina, con preguntas nuevas y aproximaciones mucho más ricas y diversas que antes. Y sin embargo esos trabajos no han conseguido, en general, abrirse paso en el sentido común más o menos compartido por la sociedad. Al contrario: siguen muy vigentes, en esa "agenda pública", discursos históricos moralizadores, que no se proponen comprender sino juzgar y que simplifican nuestra perspectiva con anacronismos y visiones épicas que dificultan nuestra posibilidad de entender ese pasado colectivo.
Por eso es importante que los que enseñamos Historia hagamos lo posible por facilitar el encuentro entre el trabajo académico más serio y actualizado y la sociedad a la que ese trabajo está destinado. Creo que esa es una de las principales funciones de quienes nos dedicamos a la docencia.
En Los días de la Revolución, mi primer libro de Historia, vas a encontrarte con una posible explicación del proceso revolucionario que sacude y derrumba el Virreinato del Río de la Plata entre 1806 y 1820.
La Argentina no "nace" automáticamente de ese proceso. Al contrario: es producto de una larga, accidentada y compleja evolución. Pero es cierto que algunas de las claves de esa construcción hunden sus raíces en esos tiempos revolucionarios, en esas personas, en esas circunstancias y en esas peripecias. Y aquellos años de principios del siglo XIX, cuando el Imperio Español estalla en pedazos, habitan también en nosotros, en lo que somos en el siglo XXI. Este libro es una invitación a explorar juntos esos vestigios cargados de significado.
Eduardo Sacheri
Durante la posguerra las presas políticas —condición que nunca se les reconoció oficialmente— fueron algo más que simples cautivas: tuvieron que soportar un asedio humano premeditado que alcanzó una crueldad extrema: el concepto de redención se manifestó con toda su crudeza en los presidios de mujeres. En Irredentas el profesor Ricard Vinyes relata con una profusión de datos hasta ahora inéditos el poco conocido universo de las cárceles femeninas durante la dictadura del general Franco.
Los elocuentes testimonios, en primera persona, de las propias protagonistas, desvelan un colectivo de mujeres que, pese al sufrimiento inflingido por un sistema penitenciario brutal, se esforzaron por conservar lo único que las mantenía vivas: su identidad humana y política.
¿Envenenó Salieri a Mozart?
¿Fue Elizabeth Báthory la verdadera condesa Drácula?
¿Hay algo de verdad en la leyenda negra de la Inquisición española?
Como dijo una vez Napoleón: "La historia es una versión de acontecimientos pasados sobre los que la gente ha decidido ponerse de acuerdo".
Anotada en documentos históricos, copiada y ampliamente repetida, no se tarda mucho tiempo en conseguir que una versión de la verdad se acepte como un hecho. Pero ¿quién inventa estas falsedades y por qué ganan terreno tan rápido?
Lejos de referirse a las partes oscuras e insignificantes de nuestra historia, estas inexactitudes y mentiras absolutas tiñen la descripción de muchos personajes históricos y de los sucesos cruciales que aprendimos en la escuela. Cleopatra, Marco Polo, el capitán Cook, Juana de Arco… la mayoría de nosotros probablemente podríamos contar un hecho o dos sobre cada uno de ellos. Pero, como revela este intrigante libro, un examen más detallado de nuestra historia social y política nos muestra que, a menudo, no todo era lo que parecía, y que los planes de los responsables de registrar estos sucesos influían en lo que se informaba y en lo que se escondía.
Enigmas de la historia es un recorrido entretenido a través de los siglos, que separa los mitos de los hechos y revela los grandes misterios que rodean algunas de las partes más inexactas y engañosas de nuestro pasado.
Las escuadras de La Habana y Jamaica estaban destinadas a enfrentarse. La primera buscaba defender la flota presta a zarpar desde Nueva España con extraordinarias cantidades de oro, plata, y valiosas mercaderías, imprescindibles en España. La segunda intentaría a toda costa capturarla, cumpliendo así el designio de su almirante. El 12 de octubre de 1748, al este de La Habana, sobre la zona de Boca de Jaruco y Santa Cruz del Norte, se produjo el combate, seguramente el más importante en lo que iba de siglo en aguas cubanas. Andrés Reggio y Charles Knowles como máximos oficiales pusieron en valor lo mejor de sus conocimientos, secundados por valiosos oficiales, marineros y militares altamente capacitados en el arte de la guerra en el mar. Vencedores y vencidos son etiquetas que no siempre evidencian la esencia de una batalla y mucho menos el valor de los que la libraron. Si algo se pretende enfatizar es el coraje y el honor de los hombres que tomaron parte en el lance.
La obra fundamental sobre el origen, expansión y caída del movimiento fascista en el siglo XX.
El atractivo estético del fascismo italiano llegó a asimilarlo a las vanguardias de principios del siglo XX. Como todo nacionalismo, fue vivido por sus seguidores como una religión secular, procedente del socialismo izquierdista pero a la vez con claros antecedentes derechistas. El estudio del fascismo, de su estética, de su lenguaje, de su poder de sugestión, no ha perdido actualidad y sigue atrayendo el interés de numerosos historiadores.
Hablar con propiedad del fascismo exige conocer sus orígenes intelectuales y políticos. El auge del fascismo no llegaría a entenderse sin saber por qué Benito Mussolini acumuló tal número de seguidores y cómo supo aprovechar el descontento de todo un país con una potente mezcla de nacionalismo y populismo. Giovanni Giolitti, de la Unión Liberal y primer ministro en 1922, se encargó de hacer el resto: su debilidad política y su desacertado juicio acerca de las intenciones de Mussolini, permitieron a éste la toma del poder.
Sus mejores herramientas: la inestabilidad política de la Italia de posguerra; su discurso de unidad nacional; el hábil manejo de la propaganda, el deporte y la cultura; la utilización del mito de la mujer-madre como símbolo de seguridad e impulsora de la regeneración del país; y la apelación a los jóvenes como valerosos forjadores de una Nueva Italia. Cuando el Partito Nazionale Fascista llega al poder, aquellos jóvenes, tan movidos por las ideas de valentía y coraje, creerán haber sido los hacedores de la Nueva Italia, una nueva Roma.
La presente obra profundiza en la estructura interna del partido –que acaba identificándose con el Estado–, en su política internacional y en su pretendida vocación de imperio. El autor recuerda que el fascismo fue un fenómeno con rápida repercusión internacional y el surgimiento de grupos miméticos en Europa, América y Asia.