Nos han contado mal la historia y nos la hemos creído. Este es el punto de partida de un sugerente ensayo divulgativo que tiende puentes entre las dos orillas del Atlántico y que ofrece una visión renovada y certera, alejada de maniqueísmos simplificadores, sobre el fertil encuentro entre culturas que cambió el mundo para siempre.
El 3 de diciembre del 63 a.C. se produjo un debate en el senado de Roma para decidir el castigo para los cinco arrestados por su implicación directa en la conjura de Catilina. Gayo Julio César y Marco Porcio Catón defendieron puntos de vista antagónicos: mientras César defendía el derecho de cualquier ciudadano a no ser ejecutado sin un juicio; Catón exigía la inmediata ejecución de los cinco detenidos para evitar males mayores. A pesar de que Catón era un recién llegado al senado y cinco años más joven que César, después de su intervención los senadores rompieron a aplaudir y la moción de Catón quedó aprobada por una mayoría abrumadora. La propuesta de César había sido aplastada. Esta discusión sería el inicio de una rivalidad mortal entre ambos que se alargaría durante diecisiete años.
Durante siglos, muchos han argumentado que la caída de la República Romana tuvo sus raíces en la corrosión institucional.
Ideado por Georges Duby, prestigioso historiador francés, este atlas histórico, obra de referencia en el ámbito de la geografía histórica y el desarrollo cronológico, se presenta en una edición renovada y actualizada, con más de 340 mapas, que incluye los acontecimientos más recientes de la historia mundial, como el Brexit, la crisis del Coronavirus, la guerra en Ucrania o la ofensiva israelí en Palestina tras los ataques de Hamás.
Los principios de la Revolución francesa siguen siendo la única base posible para una sociedad justa, incluso si, después de más de doscientos años, son más controvertidos que nunca. En El nacimiento de un nuevo mundo, Jeremy D. Popkin ofrece un relato fascinante de la revolución que coloca al lector en el meollo de los debates y la violencia que condujo al derrocamiento de la monarquía y al establecimiento de una nueva sociedad. Conocemos a Mirabeau, Robespierre y Danton, en toda su brillantez y ánimo de venganza; presenciamos la fuga fallida y la ejecución de Luis XVI; vemos mujeres exigiendo igualdad de derechos y esclavos negros arrancando su libertad a revolucionarios que dudaban en actuar según sus propios principios; y asistimos al surgimiento de Napoleón de las cenizas del Reino del Terror. Basado en décadas de estudios, A New World Begins se erigirá como el libro definitivo sobre la Revolución francesa y el inicio del mundo en que vivimos.
Los principios de la Revolución francesa siguen siendo la única base posible para una sociedad justa, incluso si, después de más de doscientos años, son más controvertidos que nunca. En El nacimiento de un nuevo mundo, Jeremy D. Popkin ofrece un relato fascinante de la revolución que coloca al lector en el meollo de los debates y la violencia que condujo al derrocamiento de la monarquía y al establecimiento de una nueva sociedad.
Entre 1958 y 1962 cuarenta y cinco millones de chinos perecieron a causa de los trabajos forzados, la violencia y la hambruna a los que fueron sometidos por el gobierno de Mao Zedong. Obsesionado con la empresa frenética del Gran Salto Adelante, su iniciativa, destinada a superar el modelo económico occidental en menos de quince años, provocó una de las mayores catástrofes humanas de la historia. Gracias a una exhaustiva labor de investigación de los archivos provinciales y municipales chinos recientemente abiertos, Dikötter da voz a las víctimas del régimen y demuestra por primera vez que el implacable destino de las personas de a pie no fue un accidente, sino el resultado directo, y en buena medida calculado, de las decisiones en las altas esferas del poder. La gran hambruna en la China de Mao abre así una nueva brecha en el muro que aún separa a la actual China, heredera del maoísmo instaurado en 1949, del resto del mundo.
A mediados del siglo XIX en Europa parecía que los principales peligros provocados por condiciones climáticas adversas eran una cuestión del pasado. El aumento de la producción agrícola y la importación de cereales permitieron a las naciones almacenar granos con mayor facilidad e imaginar que no se repetirán las terribles hambrunas provocadas por las sequías, los largos inviernos o las lluvias abundantes.