Hemingway necesitaba un éxito. Martha Gellhorn quería vivir peligrosamente. Barea sentía que su vida era una contradicción. Ilsa Kulcsar vivía para sus ideas. Gerda Taro y Robert Capa querían olvidarse de su pasado. Los seis, cada uno con su equipaje y su modo de mirar, llegan a Madrid y pasan por el hotel Florida, donde se reunían los periodistas extranjeros, los fotógrafos, los espías, los militares, bajo el estruendo de las bombas, en una guerra que los cambió a todos para siempre.
Hotel Florida no es un estudio académico ni una ficción. Es una reconstrucción basada en cartas, diarios y memorias, documentos oficiales, películas, biografías, historias y noticias de la época. Un gran fresco de la Guerra Civil española, día a día, personaje a personaje. Una guerra sobre la que se han escrito cientos de libros, pero ninguno como este.
Con sensibilidad, conocimiento y voluntad de comprensión de la gran tragedia de la Guerra Civil española, este iluminador ensayo reconstruye la participación de los padres de varios escritores que lucharon como soldados en la contienda, abordando unas relaciones paternofiliales que comprenden tanto la admiración personal y la afinidad temperamental, como el desapego afectivo y el conflicto ideológico. Jose Jurado Morales indaga en los recuerdos que los hijos guardan de sus padres y de los relatos que estos les contaron sobre sus vivencias en las trincheras de uno u otro bando. El libro habla de padres e hijos, de guerra y poesía, de España y sus escritores, de pasado y presente, de memoria colectiva e identidad personal, a partir de los recuerdos familiares de Joan Margarit, Jane Durán, Jorge Urrutia, Jacobo Cortines, Miguel d’Ors, Pere Rovira, Andres Trapiello, Antonio Jimenez Millán y Julio Llamazares. Nueve poetas que se han servido de los relatos heredados para indagar en sus orígenes, poniendo de manifiesto la profunda huella de un conflicto cuyas consecuencias no han dejado de proyectarse en la vida contemporánea.
En el siglo XVI, una nueva dinastía llegó al trono de las coronas unificadas de Castilla y Aragón. Desde la lejana Austria, los Habsburgo sumarían sus enormes territorios a los ya conquistados por los Reyes Católicos en América e Italia, formando el imperio más poderoso y extenso de Europa Occidental.
Durante doscientos años, los Austrias gobernaron unas veces con puño de hierro y otras con guante de seda. Se sucedieron guerras, traiciones, casamientos y amoríos secretos, mientras los tercios defendían sus posesiones europeas y los conquistadores las ensanchaban al otro lado del globo.
El Fisgón histórico, aliado con la pluma de David Nievas, desgrana en este divertida y novedosa historia ilustrada los reinados de estos poderosos monarcas y la época que les tocó vivir, analizando al detalle aquel imperio donde no se ponía el sol.
Joachim Fest reconstruye en este impresionante ensayo, centrado en los últimos días de Hitler en el búnker, unos acontecimientos que significaron el completo hundimiento de una nación, en términos históricos, políticos y humanos. La caída del Tercer Reich en 1945 supuso la culminación de una catástrofe que acabó con innumerables vidas y convulsionó la historia de la humanidad, con una magnitud jamás alcanzada hasta entonces. Lo que sufrieron y soportaron quienes vivieron aquellos tiempos no fueron sólo los inevitables horrores de la derrota. Hitler se empecinó en que su fin conllevara la destrucción de todo el país, sentenciando: «Podemos hundirnos. Pero nos llevaremos a un mundo con nosotros».
«En nuestros días, después de subir las cuestas del Palatino y atravesar el caos de ruinas de lo que un dpia fue el palacio de los emperadores romanos, se llega a una angosta plataforma que domina el valle del Tíber. Ésta, antiguamente cubierta por tierra que traían las lluvias y por toda clase de desechos, hoy está despejada, y en el suelo aparecen los vestigios de una singular aldea que se levantaba en este lugar hace casi tres mil años. Esta aldea, que quizá comprendiera unas decenas de modestas cabañas hechas con ramas entrelazadas y sostenidas por postes de madera, es todo lo que queda de la Roma más antigua.»
Uno de los experimentos científicos que marcó el siglo XIX y que contribuyó a la cartografía del globo.
En pleno siglo XIX, el explorador Georg Neumayer tuvo una intuición: los mensajes en las botellas podían ser un instrumento de correspondencia y medición oceanográfica. Así que hizo un experimento y descubrió nuevas conexiones globales. Coleccionó mensajes lanzados por capitanes, funcionarios portuarios y pasajeros; hallados por caminantes y pescadores.
De la mano de Wolfgang Struck descubrimos que se esconde bajo esta forma de recabar datos y esta extraordinaria colección: la necesidad de las civilizaciones de comunicarse y las ansias de conquista de tierras ignotas.