¿Fueron los líderes políticos los que determinaron el turbulento siglo XX o fueron simplemente hijos de su tiempo?
¿En qué medida el turbulento siglo XX europeo estuvo dterminado por las acciones de los líderes políticos? ¿Fueron ellos los que configuraron el siglo o fueron hijos de su tiempo?
El siglo XX fue testigo del ascenso de gobernantes que dominaron una gran variedad de instrumentos de control, persuasión y muerte. En el contexto de profundos cambios sociales y despiadadas guerras, estos dirigentes de algún modo obtuvieron la capacidad de hacer lo que desearan sin importar las consecuencias para los demás. ¿Qué tenían estos líderes y la época en la que vivían que les permitía un poder tan ilimitado? ¿Y qué hizo que esa época llegara a su fin?
De manera convincente y lúcida, Ian Kershaw nos propone una serie de ensayos interpretativos sobre la manera en que algunas personalidades políticamente insólitas obtuvieron y ejercieron el poder, desde los que operaron a gran escala como Lenin, Stalin, Hitler o Mussolini, hasta los que tuvieron un impacto más nacional como Tito y Franco, pasando por otros nombres fundamentales del siglo XX como Churchill, de Gaulle, Adenauer, Gorbachov, Thatcher y Kohl.
Un estudio apasionante del más célebre de todos los poemas épicos, de la mano de uno de los principales clasicistas de nuestros tiempos
La Ilíada de Homero, el famoso poema épico ambientado en las orillas de una Troya asediada, explora la divina cólera del héroe Aquiles y cómo esta causó infinitos daños a griegos y troyanos. A pesar de haber sido compuesto hace más de 2600 años, las historias sobre pérdida y duelo, amor y venganza, bajo una vigilancia ineludible por parte del caprichoso panteón griego, siguen siendo un tema fascinante que ha trascendido al imaginario común. Sin embargo, grandes interrogantes prevalecen sobre este enigmático poema: ¿dónde, cómo y cuándo se compuso?
Combinando la pericia detallada de un historiador con la sensibilidad poética de un verdadero maestro de épica, Lane Fox aborda estas cuestiones con gran erudición basándose en otros poemas heroicos compuestos en diversas partes del mundo y en las pruebas cada vez más numerosas y convincentes proporcionadas por la arqueología.
En este homenaje soberbiamente escrito tras cincuenta años de lectura e investigación, Lane Fox nos ofrece un magnífico recorrido por la Ilíada, revelando porqué el poema ha perdurado durante siglos y miles de lectores aún acuden a él año tras año.
A finales del siglo VIII, los vikingos irrumpieron en la escena internacional con brutales incursiones y matanzas, pero esa es solo una parte de la historia. A lo largo de la Edad Media, los nórdicos navegaron a multitud de lugares, donde no solo saqueaban, sino que también comerciaban, exploraban y colonizaban nuevas tierras, se encontraban con razas desconocidas y se embarcaban en peregrinaciones y cruzadas.
Así, hacia el norte, viajaron a los yermos de la Escandinavia ártica; hacia el sur, al corazón políticamente turbulento de la Cristiandad medieval; hacia el oeste, a través de los mares salvajes, hasta Groenlandia y los confines del continente norteamericano; y hacia el este, por las vías fluviales rusas, comerciando con plata, pieles y esclavos.
Con la ayuda de magníficas ilustraciones a todo color, Eleanor Rosamund Barraclough nos invita a explorar este mundo mediante las historias que los vikingos contaron sobre sí mismos en las sagas, donde los hechos históricos se entremezclan con la más desbordante fantasía, y en las que troles, dragones y pueblos míticos comparten páginas con exploradores, comerciantes y reyes.
Al incorporar los últimos hallazgos arqueológicos y documentales, Más allá de las tierras del norte es una obra fundamental para comprender la visión que los nórdicos tenían del mundo y de su lugar en él.
Eric R. Wolf reconsidera la historia en cuanto ha sido decidida no sólo por los grandes acontecimientos, los movimientos religiosos y políticos y las inclinaciones o necesidades económicas, sino también por esos testigos y víctimas involuntarios de los grandes cambios o evoluciones del acontecimiento humano.
En esta obra Visser dirige su sagaz mirada a cómo ponemos los alimentos sobre la mesa y a la forma en que los comemos. Explora ese momento revelador, vistoso y complejo en que nos reunimos para comer, y ofrece al lector ejemplos que van de los antiguos griegos a los modernos yuppies, de los caníbales a los fieles en la eucaristía, de las cenas formales a los pícnics. Este libro se detiene en los distintos rituales que nos han acompañado a la hora de comer: cómo y por qué se dispone de una determinada manera a los invitados; cómo, y cuánto, se les sirve; qué comemos con ellos y cómo los despedimos. Nos permite comprender cosas como por qué los tenedores, que tardaron ocho siglos en convertirse en los utensilios habituales que hoy en día esperamos encontrar junto al plato, nos brindan un ejemplo fascinante de la evolución de las reglas sociales.
Cuando comemos juntos, llevamos nuestra cultura con nosotros, con toda la carga de posibles placeres y peligros que ello entraña. A lo largo de la historia, los modales a la mesa han sido una forma de contención y han servido para domesticar los aspectos más primitivos del comportamiento humano (especialmente de los varones). Al mostrarnos por qué actuamos de determinada manera llegado el momento de comer, Visser despliega la historia de la relación que hemos mantenido con nuestras necesidades más perentorias y con nuestros símbolos más poderosos, pues la mesa es el espacio donde expresamos, además de nuestro lugar en la sociedad, nuestras intenciones más íntimas.
Cuando Felipe II encomendó en 1567 el gobierno de los Países Bajos a Fernando Álvarez de Toledo, III duque de Alba, el experimentado militar, de sesenta años de edad, se puso en camino hacia Bruselas con un cometido claro: castigar a los rebeldes que se habían alzado contra el rey el año anterior, perseguir la herejía protestante y modernizar las finanzas del país. Alba tuvo que bregar con burgomaestres y abades díscolos, con una población que observaba con temor a los soldados españoles veteranos llegados con el duque, y con las incursiones de los mendigos del mar, piratas empleados por Guillermo de Orange, el principal líder de los rebeldes huidos al extranjero. El descontento de la población ante las políticas defensivas y fiscales del duque de Alba se agravó por una serie de catástrofes naturales en forma de inundaciones y malas cosechas, y desembocó en 1572 en la revuelta masiva de Flandes desencadenada por la conquista de la ciudad holandesa de Briel el 1 de abril de aquel año por los mendigos del mar. La rebelión se extendió con rapidez de norte a sur de los Países Bajos y enfrentó a Alba al mayor desafío con el que se había topado hasta ese momento.