Occidente, la idea con la que España y Portugal cambiaron el mundo.
En 1494, solo dos años después del descubrimiento de América, se firmó en Tordesillas un tratado entre España y Portugal que dividió el mundo en dos e inventó Occidente como espacio, comunidad y cultura. Nadie habría podido imaginar que una simple firma tendría consecuencias tan trascendentales y duraderas.
La invención de Occidente es la fascinante historia de cómo, entre la Edad Media y la Edad Moderna, las sociedades europeas (con españoles y portugueses a la cabeza) llevaron sus ambiciones cada vez más lejos, hacia el océano, y así crearon Occidente como una realidad más allá de la mera geografía. En este fabuloso viaje contemplaremos las primeras exploraciones de la Antigüedad y la cristalización de la idea de Occidente con las exploraciones ibéricas; además, descubriremos cómo el transcurso de los siglos ha transformado nuestra visión de Occidente. Es un relato de grandes navegantes como Colón, Magallanes, Vasco da Gama o Urdaneta, y también de acalorados debates protagonizados por geógrafos como Juan de la Cosa; es la historia de desafíos y exploraciones hacia lo desconocido: una historia al final de la cual estamos nosotros.
Tras sobrevivir a la caída del Imperio Romano de Europa Occidental en el siglo V, el Imperio Bizantino floreció como una de las fuerzas económicas, culturales y militares más poderosas de Europa durante mil años. En esta breve introducción, Peter Sarris introduce al lector en la singular fusión de la cultura política romana, la tradición intelectual griega y la fe cristiana que tuvo lugar en la capital imperial de Bizancio bajo el emperador Constantino y sus herederos. Utilizando ejemplos de la arquitectura, el arte y la literatura bizantinos, Sarris muestra cómo su legado fue reelaborado y reinventado en los siglos siguientes, frente a los desafíos y amenazas exteriores. A través del impacto de la guerra con los mundos persa e islámico en el este, Sarris explora la creatividad del arte de gobernar y la estrategia bizantinas, así como los repetidos (pero en última instancia infructuosos) intentos del imperio de conseguir la ayuda de las potencias cristianas de Europa occidental para asegurar su supervivencia.
Esta biografía magistral desnuda las capas del mito para revelar la figura histórica real.
El Cid fue quizá el guerrero más famoso de las luchas que tuvieron lugar en la Península Ibérica durante el siglo XI. Rodrigo Díaz vivió una vida muy agitada: líder militar ambicioso, exiliado y mercenario brutal, sirvió a reyes cristianos, luchó contra príncipes cristianos al servicio de gobernantes musulmanes, asaltó y mató musulmanes y, finalmente, se independizó, forjando un principado independiente. Nora Berend explora en este libro la creación de la leyenda a lo largo de los siglos y desvela quiénes participaron activamente en su elaboración. Monjes medievales, las mujeres de la familia del Cid, un dramaturgo y un historiador son algunos de los creadores del mítico Cid. Esta fascinante narración trata de explicar sus motivos y, al hacerlo, desvela las capas de la leyenda para evocar la figura histórica real ¿Cómo un hombre que luchaba indiscriminadamente contra musulmanes y cristianos pudo ser descrito, aún en vida, como un salvador cristiano enviado por Dios?
HISTORIA DE BRITANIA. De Roma a la conquista normanda Los cuatro siglos de conquista y dominio del Imperio romano en Britania dejaron una profunda huella, pero la historia de la isla cuando Roma decidió abandonar la isla, a principios del siglo v, no es menos apasionante. Primero vendrán las oleadas de anglos, jutos y sajones. De las brumas de estos combates entre britanos y sajones nacen muchos nombres que han pasado a la historia –Vortigern, Ambrosio Aureliano, Hengistm, Horsa…– y emerge, incluso, la silueta de un personaje entre la historia y la leyenda: el rey Arturo. Más adelante, a partir de finales del siglo VIII, Britania será testigo de la llegada de los hombres del norte, hoy en día conocidos como «vikingos». Estos invasores se hicieron con el dominio de prácticamente todos los reinos anglosajones; sólo Wessex resistió, a duras penas, gracias a Alfredo el Grande, cuya tarea fue continuada por sus descendientes: Eduardo el Viejo, Æthelflaed, señora de los mercios, y Æthelstan, considerado el primer rey de Inglaterra tras la batalla de Brunanburh en 938.
Con la destrucción de Cartago, Roma se quedó sin un enemigo a su altura y con el Mediterráneo convertido en una suerte de lago privado. Solo una potencia podía interponerse en su destino: la propia Roma. Los años finales de la República estuvieron marcados por las conspiraciones, las guerras civiles y la transgresión de todos los límites legales. La sangre a borbotones de las legiones y de los políticos romanos marcaron los años finales de un sistema político que colapsó antes de evolucionar hacia un imperio que dominaría medio planeta.
Los juicios de brujas nos parecen hoy arcaicos y descabellados, el mal recuerdo de una era oscurantista. Sin embargo, escuchamos con frecuencia hablar de «caza de brujas» en los medios de comunicación, y nos resulta demasiado familiar la misoginia que provocó aquellas persecuciones.
La profesora Marion Gibson toma como punto de partida trece célebres juicios a lo largo de siete siglos en Europa, África y Estados Unidos, para explorar los orígenes de esta práctica y contar una historia global de la brujería y de la caza de brujas. Indaga también en la vida de algunas «brujas», entre ellas Helena Scheuberin, Anny Sampson y Joan Wright, cuyas historias se han visto eclipsadas por las de aquellos hombres poderosos que las persiguieron, como el rey Jacobo I y el «inquisidor general» Matthew Hopkins.