De la región de Calabria mucho antes del siglo XIX a las sastrerías de París; de las trincheras de la Primera Guerra Mundial al paseo marítimo de Ocean City; de Garibaldi a Joe Di Maggio; de Lucky Luciano o Sinatra al menor de los Talese: Los hijos desgrana la odisea de una familia y, a través de ella, la de millones de emigrantes italianos que llegaron a los Estados Unidos en el despertar de una época que cambiaría el mundo.
Gay Talese avanza puntada a puntada en una épica historia de lazos de sangre, amores y desencuentros, tensiones políticas y vínculos con un pasado que se desvanece y un futuro lleno de promesas.
Esta historia también empieza en un lugar de La Mancha. Allí, hace miles de años, surgió la primera sociedad hidráulica de nuestro continente. Mucho tiempo después la sed llenó esas tierras de vides, olivos y cereales. Entre ellos nació Virginia Mendoza, cuya historia personal y familiar está ligada sutil pero irremediablemente a la falta de agua. En este sorprendente libro recoge y conecta viejos y nuevos descubrimientos científicos con un sinfín de relatos heredados insólitos, emocionantes y llenos de vida que hablan de quiénes fuimos y quiénes somos hoy.
La sed nos persigue y nos impulsa, nos enseñó el arraigo y el desarraigo. Empujó a nuestros antepasados más allá de África y, decenas de miles de años más tarde, asentó a sus descendientes junto a los pocos ríos caudalosos que quedaban. Es posible que nos ayudara a inventar el pan, pero también nos hizo conocer el hambre. Asistió al origen de civilizaciones, y también a su colapso. Nos llevó a mirar al cielo, a unir estrellas, a crear dioses de la lluvia y a una curiosa convivencia entre la fe y la ciencia durante la Pequeña Edad de Hielo: mientras unos invocaban la lluvia con danzas y rogativas, otros fundaban disciplinas para predecirla, medirla y retenerla.
Escrito desde uno de los puntos menos lluviosos y más amenazados por la desertización de Europa, este libro nos conduce a un fascinante viaje por el mundo y la historia, así como por los retos a los que nos enfrentamos como especie. La sed nos une, nos divide y no ha dejado ni dejará de acompañarnos, pues somos agua en busca de agua.
Uno de los más sugestivos capítulos de la historia de España, por sus fines y logros, es el de las expediciones científicas españolas en el siglo XVIII, tanto en América, de Tierra del Fuego a California y Alaska, como en las vastas y poco conocidas aguas del Pacífico.
Desde la expedición del Meridiano de los jóvenes marinos Jorge Juan y Antonio de Ulloa, que fijó con claridad la forma y las dimensiones de nuestro planeta y dio origen al Sistema Métrico Decimal, hasta viajes a territorios desconocidos o poco explorados, para descubrir su fauna, su flora y la forma de vida, costumbres y creencias de sus habitantes.
Tal fue la importancia de los informes que aportaron esas expediciones, que se desarrollaron y ampliaron en años sucesivos con otros protagonistas; figuras como Celestino Mutis, Malaspina, Félix de Azara y tantos otros, hasta llegar a la primera experiencia de vacunación mundial que ha conocido la Historia, realizada por Francisco Javier Balmis, abierta incluso a naciones por entonces enemigas. Conquistas esenciales para el mundo que se iniciaron con el Descubrimiento de América y que hoy continúan con las expediciones organizadas por la Armada en la lejana Antártida.
«Nueva York es una ciudad de cosas que se pasan por alto», escribió hace sesenta años un joven reportero llamado Gay Talese, que pasaría el resto de su carrera desafiando su propia afirmación al prestar atención a aquellos detalles que los demás escogían ignorar y convirtiéndose así en uno de los padres del Nuevo Periodismo. Ahora, a sus más de noventa años e inspirado en el memorable personaje de Melville, Talese echa la vista atrás pararecordar a todas esas personas anónimas que definen una ciudad como Nueva York, desde el escritor de obituarios del New York Times hasta el entorno de Frank Sinatra, o el doctor Nicholas Bartha, un moderno Bartleby que prefirió volar por los aires su edificio en el Upper East Side, muriendo y matando en el acto, antes que renunciar al sueño americano. Retratos agudos de aspirantes a ricos, inmigrantes en apuros, magnates rusos e incluso un traidor durante la Guerra de la Independencia que configuran una ciudad caleidoscópica y suponen una última mirada atrás en esta obra de despedida del gran maestro en el arte de contar historias.
Este segundo volumen contiene las biografías de seis personajes que contribuyeron de forma determinante a definir el carácter de Atenas y Roma.
Historiador, filósofo y moralista, Plutarco nos legó uno de los conjuntos literarios más extraordinarios de la Antigüedad: las Vidas paralelas. Bajo este título se reúne una extensísima recopilación de biografías de algunos de los hombres más sobresalientes de la historia antigua. En estas piezas, Plutarco trasciende el relato histórico para también transmitir mensajes morales y llegar al alma de estos grandes personajes presentados siempre por parejas (uno griego y otro romano).
Impulsado por la energía que abunda en la escritura de Vaneigem, este libro se propone «rastrear la huella de lo vivo bajo el oscurantismo religioso e ideológico», en este caso de una Edad Media que tantas veces se nos ha transmitido «sumergida en la fe cristiana como la sardina en el aceite». En dirección contraria a este postulado, este trabajo recupera la historia del «Libre Espíritu»: el movimiento herético que llevó la religión hasta su disolución en la afirmación inmediata del goce y de la vida sin más mediación que la libre voluntad. Para ello el autor procede a realizar un vasto recorrido que arranca del siglo y llega hasta el , y en el cual se recupera la estela de una corriente insospechada: el milenarismo joaquinista, la herejía valdense, los llamados amaurianos, la multitud de comunidades de beguinas y begardos que abrazaron el «Libre Espíritu», los Homines Intelligentiae, algunos sectores de los taboritas, los llamados eloístas (proletarios despreciados por Lutero) e incluso los alumbrados de Sevilla.