A partir de una ingente documentación inédita del archivo personal de José Luis de Arrese durante su primera etapa como ministro secretario general de FET y de las JONS entre 1941 y 1945, Joan Maria Thomàs explica en Postguerra y Falange cómo se consolidó el partido único como fundamental brazo civil organizado del Régimen franquista.
Las páginas de este exhaustivo estudio detallan el modo en que sus líderes ejercían el mando; la violencia estructural que practicaba la organización ―que formaba parte de su ADN―; su populismo, al presentarse como auténtico y único representante del pueblo y plantear medidas «sociales» en medio de un panorama de desolación, hambre y privaciones; su voluntad de lograr la hegemonía sobre el resto de sectores franquistas (algo que jamás conseguirían); y su gran oportunismo político.
El mesianismo de los falangistas fue, en última instancia, su principal seña de identidad. Creían en su papel señero e imprescindible en tanto que proveedores de la única doctrina capaz de llevar a España a su plenitud, liderada por un jefe nacional, Francisco Franco, flanqueado por un José Luis de Arrese que acabaría arrogándose ni más ni menos que el papel de intérprete máximo del pensamiento del fundador del partido, José Antonio Primo de Rivera.
Albert Camus, Raymond Aron y Léon Blum, tres intelectuales franceses muy distintos entre sí, tienen en común la valentía de haber defendido sus convicciones frente a la visión dogmática dominante de la izquierda. Tony Judt, uno de los más prestigiosos historiadores contemporáneos, se vale de estas figuras para arrojar luz sobre los grandes dilemas morales del pensamiento político.
El firme desafío de Blum al gobierno de Vichy, la participación de Camus en la Resistencia y en la guerra de Argelia, y la oposición de Aron a la superficial aceptación por muchos intelectuales de la utópica promesa del comunismo son algunos de los ejes de este libro, cuyas ideas tienen una poderosa resonancia en el pasado y el presente de España. La crítica a políticos e intelectuales por su falta de integridad e independencia, por su servil complacencia ideológica y por falta de valentía moral y responsabilidad pública son aspectos tan vigentes a lo largo de todo siglo XX como hoy.
Tito Livio es el único de los grandes historiadores de Roma que se mantuvo alejado de la vida pública. Eso le permitió dedicarse varias décadas a escribir su gran obra Historia de Roma (Ab urbe condita). Este monumental proyecto constaba de ciento cuarenta y dos libros, de los cuales solo se conservan treinta y cinco. La parte que ha llegado hasta nosotros refleja los mejores momentos de la Roma heroica con una prosa de innegable encanto en la que se exaltan las virtudes republicanas y el amor por la libertad.
El segundo volumen de Historia de Roma recoge los libros IV-VII, que abarcan los años 445-342 a. C. Es un periodo de constante evolución que bascula, por un lado, entre las luchas contra otros pueblos (ecuos, volscos, galos, etruscos, samnitas) por abarcar más territorio o recuperarlo, y, por otro, los progresos políticos y sociales que se van afianzando en el seno de la sociedad romana.
Tito Livio es el único de los grandes historiadores de Roma que se mantuvo alejado de la vida pública. Eso le permitió dedicarse varias décadas a escribir su gran obra Historia de Roma (Ab urbe condita). Este monumental proyecto constaba de ciento cuarenta y dos libros, de los cuales solo se conservan treinta y cinco. La parte que ha llegado hasta nosotros refleja los mejores momentos de la Roma heroica con una prosa de innegable encanto en la que se exaltan las virtudes republicanas y el amor por la libertad.
Este tercer volumen de Historia de Roma reúne los libros VIII-X, y en ellos se culmina el proceso de asentamiento del dominio romano en el centro de la península hasta llegar al Adriático. Es una conquista territorial que se desarrolla a costa de las victorias sobre los samnitas, y que, como analiza Tito Livio, también lleva consigo un aumento de complejidad en el gobierno y un cambio de paradigmas sociales de gran calado.
«Crematorio frío es una obra literaria esencial y un testimonio histórico de insuperable importancia. Debería ser de lectura obligatoria».
Jonathan Safran Foer
Una joya extraviada de la literatura húngara sobre el Holocausto que ha permanecido inédita durante décadas. Un testimonio inigualable de Auschwitz.
József Debreczeni, un prolífico periodista y poeta en lengua húngara, llegó a Auschwitz en 1944 con treinta y nueve años; si hubiera sido seleccionado para ir «a la izquierda», su esperanza de vida habría sido de cuarenta y cinco minutos. «Afortunado», fue enviado «a la derecha», lo que supuso doce aterradores meses de esclavitud en una serie de campos de concentración, culminando en el Crematorio Frío —el supuesto campo-hospital de Dörnhau, donde los prisioneros demasiado débiles esperaban su ejecución.
Chamanes, héroes, dioses, licántropos, hechiceros, rituales, mitos... A lo largo de la historia, muchas son las manifestaciones de la utilización, junto con otros métodos, de sustancias psicotrópicas o enteogénicas a fin de inducir estados que posibilitaban conocimientos o experiencias imposibles de adquirir de otras maneras. Síntesis de largos años de estudio e investigación, "Las drogas sagradas en la Antigüedad" reúne y sistematiza, acompañados de un útil índice analítico, los conocimientos acumulados acerca de la materia por Carlos G. Wagner. Además de hallar un completo elenco de estas sustancias y del papel que desempeñaron en los distintos pueblos y civilizaciones de la Antigüedad -desde las sociedades arcaicas hasta otras más estructuradas-, el autor apunta asimismo a su potencial importancia para contribuir a justificar una visión del mundo y de la sociedad impuesta por las elites de turno por medio de su manipulación y control, restricción y prohibición.