¿Sabías que cuando un masón fallece pasa al «Oriente Eterno»? ¿O que se reúnen en logias y trabajan en templos donde celebran «tenidas» según marcados ritos y rituales? ¿Y que el integrismo religioso los acusó de realizar prácticas satánicas? Aunque la masonería esté rodeada de un aura de misterio, su historia está marcada por la presencia de algunas de las figuras más destacadas de los últimos siglos, tales como Churchill, Disney, Mozart, Franklin o Kipling. Fundada en Londres en 1717 con el propósito claro de promover la fraternidad entre hombres, la Orden se expandió rápidamente. Asociada a lo secreto, el público común ignora qué es lo que hacen en sus reuniones o «tenidas»: ¿Realizan orgías, ceremonias satánicas o deciden el futuro del mundo? Demonizada y perseguida tanto por la Iglesia como por los poderes políticos, a día de hoy sigue suscitando un morbo basado en medias verdades, prejuicios arraigados e insidiosa propaganda. Durante el mandato de George Washington se convirtió en una parte integral de la identidad de la nueva nación estadounidense.
A partir de una ingente documentación inédita del archivo personal de José Luis de Arrese durante su primera etapa como ministro secretario general de FET y de las JONS entre 1941 y 1945, Joan Maria Thomàs explica en Postguerra y Falange cómo se consolidó el partido único como fundamental brazo civil organizado del Régimen franquista.
Las páginas de este exhaustivo estudio detallan el modo en que sus líderes ejercían el mando; la violencia estructural que practicaba la organización ―que formaba parte de su ADN―; su populismo, al presentarse como auténtico y único representante del pueblo y plantear medidas «sociales» en medio de un panorama de desolación, hambre y privaciones; su voluntad de lograr la hegemonía sobre el resto de sectores franquistas (algo que jamás conseguirían); y su gran oportunismo político.
El mesianismo de los falangistas fue, en última instancia, su principal seña de identidad. Creían en su papel señero e imprescindible en tanto que proveedores de la única doctrina capaz de llevar a España a su plenitud, liderada por un jefe nacional, Francisco Franco, flanqueado por un José Luis de Arrese que acabaría arrogándose ni más ni menos que el papel de intérprete máximo del pensamiento del fundador del partido, José Antonio Primo de Rivera.
En abril de 1775, la revuelta de las trece colonias estadounidenses contra la metrópoli británica fue como un disparo que, en expresión de Ralph Waldo Emerson, se escuchó en el mundo entero: comenzaba entonces una guerra que en pocos años condujo a la independencia de Estados Unidos; a su vez, en 1789, Francia tomaba el testigo revolucionario y pronto terminó con el Antiguo Régimen y una monarquía milenaria. Los ideales ilustrados de progreso, libertad e igualdad abrían de este modo perspectivas inusitadas al género humano que solo quedaron detenidas en 1799 con el acceso de Napoleón al poder. Los avances técnicos y científicos ponían en entredicho tradiciones y viejas supersticiones; la razón reemplazaba los dogmas de la religión; los grandes viajeros traían noticias de lejanos escenarios y modos de vida exóticos; los filósofos ideaban nuevas formas de contrato social y músicos como Mozart creaban obras inmortales mientras se rebelaban contra las tutelas de los poderosos. Pero ¿qué pensaban y sentían en este acelerado periodo personajes como María Antonieta o Robespierre?, ¿qué bullía en la mente de autores como Goethe, Schiller o Mary Wollstonecraft?, ¿qué ideas tenía el presidente George Washington sobre la esclavitud?, ¿cómo se produjo el motín del Bounty en el Pacífico Sur y qué consecuencias tuvo? Esta obra extraordinaria refleja las andanzas y peripecias de innumerables personajes que protagonizaron este momento estelar de la humanidad: artistas, escritores, políticos, pensadores, aventureros, viajeros, visionarios y algunos farsantes, todos ellos contribuyeron a crear los fundamentos y valores de un mundo que es también el nuestro.
Los textos incluidos en esta antología fueron publicados en Le Libertaire. Journal du Mouvement Social, periódico editado en Nueva Orleans y dirigido por Joseph Déjacque, quien fue testigo y enlace de primera magnitud entre el Viejo y el Nuevo Mundo. Peleón, culto y enérgico, los debates que Déjacque plantea no dejan espacio para la tibieza, aunque sabe que «uno tiene que vivir en su siglo», por lo que trata de conjugar las ideas más radicales —y con amplitud de miras— con una realidad muy poco halagüeña, por no decir descorazonadora.
La igualdad real entre sexos, el laberinto del comercio y el intercambio, el parasitismo, la propiedad de los medios de producción, las leyes, la denuncia de las diferentes formas de esclavitud y el salariado, la crítica de la autoridad y los jefecillos de tres al cuarto son algunas de las ideas que pueblan esta magnífica antología traducida y prologada por Diego Luis Sanromán.
Anarquista de primera hora (entonces todavía se hacían llamar socialistas), Déjacque ha pasado a la historia por ser quien primero utilizó el término «libertario». Pero su aportación va mucho más allá. Su obra mantiene, casi doscientos años después, una lucidez, una vigencia y una energía arrolladoras. Aunque décadas atrás se publicó El humanisferio, esta es la primera antología de sus escritos que aparece en castellano.
La furibunda crítica contra el capitalismo de rapiña de aquellos libertarios —que tenían una visión del progreso distinta a la que se profesa ahora— electrifica estas páginas. Escritos de una época lejana que, sin embargo, plantean cuestiones que siguen irresueltas y que, además, nos ponen delante de una realidad social un tanto desconocida: la de Estados Unidos a mediados del siglo xix.
Si en Los años de fuego (Renacimiento, 2020) Fernando Castillo levantaba un retablo de episodios y personajes europeos desde 1914 hasta 1991, en fervor del acero las fechas de los cinco ensayos que contiene se sitúan entre los comienzos de las dos guerras mundiales. En una introducción «sinfónica» se nos ofrece una completa lección sobre el hecho universal de la guerra, deteniéndose en las del siglo xx desde varios puntos de vista: ideológicos, históricos, militares y literarios. De Jünger y de Mussolini se exponen sus vivencias durante la Gran Guerra a través de sus obras Tempestades de acero y Mi diario de guerra, ejemplos de lo que significaron las trincheras y las nuevas armas bélicas y del profundo cambio en el orden mundial que supuso. Les siguen dos figuras menos conocidas, soldados en contiendas posteriores. Con von Salomon y Los proscritos nos acercamos a los Freikorps y a los cuerpos paramilitares tras la derrota de Alemania en 1918. García Serrano coincide con von Salomon en su aversión al liberalismo y en la exaltación de la violencia. Su novela La fiel infantería nos permite asomarnos a la Guerra Civil Española y su trayectoria da cuenta de la evolución de la Falange hasta su apropiación por el franquismo. Como es habitual en sus escritos, ya sean históricos, viajeros o artísticos, Fernando Castillo aúna su gran conocimiento de la historia, en sus facetas más recónditas, y una especial maestría en el dibujo de personajes, hechos y situaciones, y lo hace con rigor y voluntad literaria, incitándonos a la lectura de las obras comentadas. Juan Lamillar
Una vuelta al mundo a través del lenguaje y la nieve
Cada idioma tiene sus propias palabras para los mágicos e hipnóticos copos que caen del cielo. En esta exquisita exploración de la nieve, la escritora y viajera ártica Nancy Campbell, autora de la elogiada La biblioteca de hielo, profundiza en los significados de cincuenta palabras para designar la nieve.
En japonés nos encontramos con yuki-onna, una «mujer de nieve» que recorre a la deriva la tierra escarchada. En islandés tenemos hundslappadrífa, «copos de nieve tan grandes como la pata de un perro». Y en maorí hablan de Huka-rere, «uno de los hijos de la lluvia y el viento».
Desde las cimas de las montañas y los mares helados hasta los parques urbanos y las colinas desérticas, cada uno de estos cristales de nieve lingüísticos ofrece todo un mundo de mitos e historias.