Una emocionante novela inédita que bebe de la experiencia única del autor, testigo del dramático episodio histórico por el que miles de españoles acabaron en el campo de concentración francés de Argelès.
Emocional, bella y sencilla, esta breve novela pone el foco en los miles de españoles que llegaron a Argelès-sur-Mer, cerca de Colliure, huyendo de las tropas de Franco en 1939. La historia gira en torno a un francés, Pierre, testigo de la pavorosa retirada a Francia, que se enamora de Pilar, una española muy joven. Aunque pasan una noche juntos, al día siguiente descubre con enorme desazón que Pilar ha desaparecido. Pierre la buscará inútilmente, y en esa búsqueda se topará una y otra vez con la vida en el terrible campo de Argelès y el cruel destino que encontraron miles de españoles allí.
Basándose en las investigaciones más recientes, una concisa panorámica del Tercer Reich. Tras analizar los factores que hicieron posible el ascenso del nacionalsocialismo y la instauración de la dictadura, la parte principal del ensayo se dedica a los años que van de 1939 a 1945, un periodo en el que la historia alemana se expande hacia una dimensión europea y mundial.
Estos Cuadernos de Rusia, la obra cumbre de la literatura memorialística sobre la División Azul, los redactó Dionisio Ridruejo entre otoño de 1942 y primavera de 1943, desde el confinamiento en Ronda, a su vuelta del frente ruso. Editados de forma póstuma a finales de los años 70 del siglo pasado, ahora cobran nueva luz en esta edición crítica y definitiva, a cargo del historiador Xose M. Núñez Seixas, cuando su figura ha quedado ya situada sin vacilaciones en la historia intelectual y política española del siglo xx.
En el año 1907, el explorador anglo-irlandés Ernest Shackleton se embarcó en una nueva aventura antártica. Había iniciado su experiencia polar años antes, como tercer oficial de Robert F. Scott, con quien participó en 1902 en el primer intento por alcanzar el Polo Sur. No fue posible, pero aquella aventura volvió a atraer la atención de la sociedad británica hacia las regiones polares y cambió para siempre el rumbo de la vida de Shackleton. Tal fue su fascinación por la Antártida que nada más regresar decidió volver y, en este caso, liderando su propia expedición. El fin último volvería a ser alcanzar Polo Sur Geográfico, aunque también se llevó a cabo un extenso programa científico, que incluiría la exploración geográfica de diversas zonas de interés, como el ascenso al desconocido volcán Erebus y la localización del Polo Sur Magnético.
Este singular libro parte de un breve viaje de su autor, y de un largo periplo como lector (el viaje a otros viajes) con el que Alejandro J. Ratia teje un cuadro polifónico en el que los caminos de sus personajes se entrecruzan. Se trata de un periodo (primera mitad del siglo XX) en que convivían la exaltación del exotismo y la crítica al modelo colonial, tiempos en que viajar hasta Tahití o Bora Bora no era ya aventura alguna, nada comparado a los relatos fundacionales de Bougainville, Cook y Wallis, cuando aquel país (anticipado por fabulaciones y poemas) apareció de repente como un sueño hecho realidad, una maravilla que corría el peligro de esfumarse al tocarla. Era el destino perfecto, paraíso del sexo, donde se vivía sin trabajar y la comida brotaba de los árboles.
De la cultura tahitiana aún quedaban los rescoldos cuando recalaron por allí Stevenson, Gauguin o Pierre Loti, pero el sueño polinesio se había reconvertido ya en un mito paradójico, respecto al espíritu explorador o el impulso predatorio. El universo mítico que rodea a Tahití, como viaje de ida y vuelta, será el destino perfecto no tanto del emprendedor aventurero como del soñador disoluto, preso de la tentación de la indolencia. Pocos de los personajes retratados por Ratia se decidieron a morir allí. Todos llegaron a tiempo de abordar una arqueología de la aventura. Tahití es ese lugar al que se planea viajar para encontrarse de vuelta en casa.
Inteligentes, calculadores y amantes de los juegos, la cultura humana se desarrolla bajo la observación de los cuervos. El retrato de la más tenebrosa de las aves. Los cuervos viven por casi todo el planeta y siempre han buscado la compañía de los seres humanos. Seguían a los vikingos para después hastiarse con los restos de la batalla, y desde entonces se los asoció con la muerte. Los córvidos son magníficos observadores: establecen a su modo cálculos de probabilidades y conductas acerca de sus presas, y se van mudando a las ciudades escapando de la explotación industrializada del campo.