Vivimos un tiempo de aceleración generalizada. Creímos que la paralización global que supuso la pandemia permitiría una pausa, una reflexión y un cambio de ritmo. Pero no fue así. La inercia era demasiado fuerte. Al fin y al cabo, la aceleración es un patrón rítmico que se asentó en Occidente en los inicios de la Modernidad: entonces el discurso religioso asoció la lentitud al pecado capital de la pereza, mientras el discurso económico encumbró la rapidez en la producción y en los intercambios comerciales como símbolo de progreso y eficacia social. Así, la historia de la Modernidad es la historia de una discriminación: al erigir la velocidad como modelo latente pero absoluto de las virtudes sociales, las sociedades modernas inventaron un «vicio», la lentitud, es decir, la supuesta incapacidad de algunos individuos para «seguir el ritmo de los tiempos». A partir de esta idea, este ensayo lleva a cabo un estudio fascinante de la violencia simbólica que el sistema ejerce sobre todos nosotros. Laurent Vidal rastrea así la génesis de los lentos —esos individuos marginados por la maquinaria del progreso—, pero además desvela el modo en que estos han ido apropiándose de distintas estrategias vinculadas a la lentitud para subvertir la apisonadora de la Modernidad, resistiéndose a adecuar su propio ritmo orgánico, emocional e intelectual a las exigencias productivistas del sistema capitalista, yendo en contra del tempo impuesto primero por los relojes y los cronómetros y más tarde por otras tantas herramientas de control social. Así, al inventar nuevos modos de acción basados en las rupturas del ritmo dominante, los lentos nos ofrecen una visión diferente, y cada día más necesaria, de la emancipación. Combinando el rigor erudito de un gran historiador con la sensibilidad de un magnífico escritor, este ensayo abre nuevos horizontes para repensar nuestra relación con la libertad en un mundo donde la existencia ordinaria queda tantas veces asfixiada por el ritmo impuesto por todo tipo de 'gadgets' y 'apps'.
Esta joya inedita en español, con todos los ingredientes de una buena novela, sigue la vida de grupo de artistas en el Londres victoriano.
"Brillante. Muy original en su forma y en su montaje narrativo de escenas cruzadas".
Julian Barnes
"Un experimento jamás superado en el arte de la biografía".
The Guardian
Junio de 1846. Mientras Londres languidece bajo una ola de calor (la insolación ataca, la carne se pudre y el hielo es un bien muy codiciado), un glamuroso círculo de escritores y artistas pasan el verano bebiendo, cenando y opinando.
España es casi una isla. Si hubiera una línea de puntos por los Pirineos y cortáramos, nos convertiríamos en isleños. Incluso los habitantes de las provincias del interior lo serían. Esta así insularidad ha marcado y marca la historia de España.
Tras más de tres años de investigación, Noemí Sabugal despliega en Laberinto mar un retrato inolvidable de nuestro país a través de sus costas. Mezcla de memoria, ensayo y crónica, Sabugal viaja al norte para hablar con los últimos cazadores de ballenas y con familias que siguen jugándose la vida en el mar. En el sur, explora las mismas costas que vieron partir a descubridores de nuevos mundos. Traza, en varias latitudes, una historia dolorosa de naufragios y migraciones, y otra de mitos fenicios, griegos y romanos escondidos bajo las aguas antiguas del Mediterráneo, repletas hoy de microplásticos y de amenazas para las praderas de posidonia. Un mar que es de quienes lo escriben y lo pintan, de los poemas de Carmen Conde a las playas de Sorolla.
Basándose en los testimonios de los historiadores y cronistas árabes de la época, Amin Maalouf relata la historia de las cruzadas tal y como las vieron y vivieron en el otro campo, es decir, en el lado musulmán, punto de vista olvidado hasta la publicación de esta obra. Las cruzadas vistas por los árabes abarca el periodo comprendido entre la llegada de los primeros cruzados a Tierra Santa en 1096 y la toma de Acre por el sultán Jalil en 1291, dos agitados siglos que dieron forma a Occidente y al mundo árabe y que aún hoy siguen condicionando sus relaciones.
La serie informalmente titulada «Historia Universal Asimov» reúne las obras dedicadas por el gran novelista y divulgador científico a la evolución política, cultural y material de la humanidad, Los Estados Unidos desde 1816 hasta el final de la Guerra Civil cubre el decisivo período inicial de la nación llamada a convertirse con los años en una de las mayores potencias del globo. Unos tiempos marcados, entre otros problemas, por la cuestión de la esclavitud, la construcción de la democracia, la colonización de los pioneros, las relaciones con los indios, la anexión de Texas y la desigualdad de intereses económicos entre el Norte y el Sur que acabaña desembocando en la Guerra Civil de 1861-1865.
"La decadencia de Occidente" se editó por primera vez en España en 1923. Oswald Spengler había comenzado a escribir esta obra cuando la Primera Guerra Mundial interrumpió su tarea, y claro, la extendió, en varios sentidos. Ortega firma el prólogo de la edición española y escribe, casi de paso hacia otra reflexión: «… la guerra mundial, que no ha sido tan mundial como se dice…»; con ello se hace eco del punto de vista/palanca que el autor propone como explicación de su trabajo: Occidente no lo es todo y, además, se acaba. Y lo demuestra. Spengler maneja una ingente cantidad de información: baraja números, música, catedrales e hipótesis científicas con lo mágico, el sino y las eternas preguntas sin respuesta del hombre; sitúa su luz sobre los hechos en ángulos distintos de los acostumbrados y alumbra diferentes aspectos de las mismas cosas. Para él la historia está habitada de seres/culturas que nacen, crecen, se multiplican y mueren. Un monumental intento de establecer de establecer una filosofía de la Historia que establezca un marco global de comprensión de los hombres y las sociedades en el transcurso del tiempo.