Tras doce años de apasionada investigación in situ de los diversos conceptos matemáticos, geométricos y simbólicos del templo de Luxor, en el Alto Egipto, Schwaller de Lubicz fue descubriendo, poco a poco, la antigua sabiduría sagrada de la milenaria cultura egipcia, plena de significado espiritual, que va desarrollándose puntualmente en cada uno de los aspectos del edificio.
En la primera parte de este libro, constituida por textos inéditos, se enseñan los elementos indispensables para comprender el significado de los números y las claves esotéricas de su lenguaje simbólico, indispensable para adquirir un entendimiento intuitivo de la religión egipcia.
La segunda parte se compone de fragmentos de la obra capital del autor, Le Temple de l’homme (1957-1958), en la que los fundamentos de esta antigua ciencia sagrada sobre el ser humano y el universo ocultan el denominado «milagro egipcio», una manera de ser y de pensar de la que nos separan dos mil años de tradición griega. De ahí que el misterio de Egipto necesite de una auténtica reeducación espiritual, como la que Schwaller de Lubicz nos proporciona en el presente volumen.
Un busto de Adriano, con atuendo militar, expoliado en Santaella (Córdoba), y la intervención arqueológica en el lugar del expolio, son los motores de El militar y la hiedra. La obra explora la relación del mundo militar romano, y del emperador de origen bético en particular, con Dioniso y su emblema, la hiedra, planta sacra en la mitología de este dios luminoso y sombrío. El inédito Adriano de Santaella lleva una hoja de hiedra colgada en el peto de su coraza: detalle novedoso en la retratística imperial romana. ¿Elemento decorativo o testimonio de la relación de Adriano, emperador filoheleno y curioso de todo hermetismo, con el culto mistérico de Dioniso? La autora trata de responder a este interrogante, y para ello examina la presencia simbólica de la hiedra en diversos contextos, especialmente el militar. Ilustra la cuestión con una abundante y bella iconografía, apoyada por testimonios arqueológicos, epigráficos, textos de autores clásicos y literatura mitográfica.
A mediados de junio de 1940, la esvástica alemana ondeaba prácticamente en toda Europa occidental, a la vez que el país podía presumir de sólidas alianzas con Italia y España. Sin embargo, Gran Bretaña, lejos de avenirse a un tratado de sumisión pacífica, pudo plantar cara en la conocida como batalla de Inglaterra y preservar su libertad de acción. Para España, este hecho llegó a ser definitivo, marcando un claro viraje en el posicionamiento de Franco, al socavar la frágil confianza que Hitler le ofrecía.
Antonio J. Candil nos ofrece un exhaustivo trabajo, amenamente narrado, sobre los detalles que pusieron sobre el tapete un exceso de confianza y cierta descoordinación dentro del Alto Estado Mayor germánico. Nos presenta una certera visión sobre lo acaecido durante el verano de 1940, permitiendo al lector comprender la posterior evolución de la Segunda Guerra Mundial a partir de la «no derrota» del Ejército británico y las nefastas consecuencias que para Alemania va a tener la sobrestimación de su Fuerza Aérea, a la vez que un incomprensible desinterés por el control militar del canal de la Mancha. La detallada secuencia de decisiones ayuda a entender las causas por las que la guerra se acabará convirtiendo en un conflicto global, en lugar de ceñirse solo a suelo europeo.
Impulsado por la energía que abunda en la escritura de Vaneigem, este libro se propone «rastrear la huella de lo vivo bajo el oscurantismo religioso e ideológico», en este caso de una Edad Media que tantas veces se nos ha transmitido «sumergida en la fe cristiana como la sardina en el aceite». En dirección contraria a este postulado, este trabajo recupera la historia del «Libre Espíritu»: el movimiento herético que llevó la religión hasta su disolución en la afirmación inmediata del goce y de la vida sin más mediación que la libre voluntad. Para ello el autor procede a realizar un vasto recorrido que arranca del siglo y llega hasta el , y en el cual se recupera la estela de una corriente insospechada: el milenarismo joaquinista, la herejía valdense, los llamados amaurianos, la multitud de comunidades de beguinas y begardos que abrazaron el «Libre Espíritu», los Homines Intelligentiae, algunos sectores de los taboritas, los llamados eloístas (proletarios despreciados por Lutero) e incluso los alumbrados de Sevilla.
El mundo al revés, de Yang Jisheng, es la historia definitiva de la Revolución Cultural, con un detalle demoledor y desgarrador.La Gran Revolución Cultural Proletaria (1966-1976), un acontecimiento político de primer orden y un punto de inflexión crucial en la historia de la República Popular China, marcó el cenit y el nadir de la política ultraizquierdista de Mao Zedong. Reaccionando en parte al "revisionismo" de la Unión Soviética, que consideraba una amenaza para el futuro del socialismo, Mao movilizó a las masas en una batalla contra lo que él llamaba fuerzas "burguesas" dentro del Partido Comunista Chino (PCCh). Esta lucha de clases a gran escala, que duró diez años, devastó la cultura tradicional china y la economía de la nación.Tras su innovadora y premiada historia de la Gran Hambruna, Tombstone. The Great Chinese Famine, 1958-1962, Yang Jisheng presenta aquí la única historia de la Revolución Cultural realizada por un académico independiente con sede en la China continental, y hace una contribución crucial para comprender la influencia de esos años en la actualidad.
Fascinante recorrido del mundo de la antigüedad clásica desde Homero a Adriano, es precisamente la presencia constante del toque humano: su capacidad de evocar figuras como Sócrates, Alejandro, Cicerón o César y de hablarnos, a la vez, de la vida cotidiana de los ciudadanos, de los últimos días de Pompeya o de los juegos del circo, en unas páginas que nos devuelven el encanto de la mejor narrativa histórica.
Novelas, películas, teatro, moda, turismo dan fe del innegable atractivo que sigue ejerciendo, pasados más de dos mil años, el mundo clásico en nuestros días. A cargo de los prestigiosos especialistas Mary Beard (Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales 2016) y John Henderson, esta breve introducción nos lleva, con un original planteamiento, a captar y distinguir las variadísimas imbricaciones de la antigüedad grecolatina y los numerosos frutos que ha alumbrado a lo largo de la historia, desde Virgilio a Poussin y Evelyn Waugh, de Demócrito a Karl Marx, de las ruinas de un templo en la recóndita Arcadia a James Frazer.
Una tercera parte de la superficie terrestre está ocupada por desiertos, lugares inhóspitos y desolados que han cautivado a la humanidad desde el comienzo de la Historia. Desde los profetas de la Biblia hasta Marco Polo, desde Lawrence de Arabia hasta Gertrude Bell, los viajeros han encontrado en estas áridas extensiones lugares malditos que debían evitarse, o cruzarse lo más rápido posible. Pero para aquellos que han hecho de los desiertos su hogar, el «espantoso vacío» descrito por los exploradores es rico en recursos y significado.
William Atkins decidió emprender una travesía por ocho grandes desiertos de cinco continentes: su viaje le llevó del Cuarto Vacío de Arabia Saudí a los lugares donde se llevan a cabo pruebas nucleares en Australia, del desecado mar de Aral en Kazajistán a las volátiles dunas del noroeste de China, de las disputadas fronteras del desierto de Sonora al desenfrenado festival Burning Man en el Black Rock de Nevada o a los monasterios ancestrales del desierto Oriental de Egipto. Atkins pone luz sobre las gentes, la historia, la topografía y el simbolismo de estos lugares extraordinarios (y a menudo conflictivos) en una obra que, galardonada con el Stanford Dolman Writing Award, está destinada a convertirse en un clásico de la literatura de viajes.