¿Qué tienen en común el papel mesiánico que Vladímir Putin confiere a Rusia y el proyecto SpaceX de Elon Musk? ¿Qué relación hay entre el interés de Google por revertir el envejecimiento y la momia de Lenin celosamente custodiada en la plaza Roja de Moscú?
La respuesta la hallamos en el cosmismo, una corriente nacida en las últimas y convulsas décadas de la Rusia imperial, cuya influencia ha atravesado la historia entera de la Unión Soviética y que aún hoy se hace sentir en los proyectos más audaces emprendidos en Silicon Valley.
El filósofo Michel Eltchaninoff realiza un apasionante recorrido por la historia y las ideas de los cosmistas, un puñado de eruditos que con sus visionarias propuestas moldearon el siglo soviético: desde el leninismo, el estalinismo o la carrera espacial hasta las corrientes ultraconservadoras surgidas tras el hundimiento de la URSS y que sirven de guía a los dirigentes rusos actuales.
A mediados del siglo XVI, Europa sufrió la mayor amenaza de su historia: el avance del imperio turco islámico. Entre las principales naciones católicas europeas hubo una que, ante tal acontecimiento, decidió dar la espalda: Francia. Jean Dumont se atreve a arrojar luz sobre esta inquietante realidad y a plantear las preguntas que se derivan de ella. El 7 de octubre de 1571 fue la fecha de la victoria de Lepanto, cuando la Europa cristiana impuso un freno decisivo al expansionismo islámico que amenazaba las puertas de Roma, Venecia y Viena. Pero más allá de este trascendental acontecimiento, cuya dramática historia se relata íntegramente, Dumont revela que la complicidad de Francia con el Islam no dejaría de desplegar sus efectos a lo largo de los siglos siguientes, hasta nuestros días, culminando en los problemas a los que nos enfrentamos actualmente. Con la precisión y la novedad de su documentación internacional, a menudo inédita, Dumont nos ofrece una gran y fascinante saga histórica, profundamente reveladora.
¿Hay alguien que no conozca y ame a Les Luthiers? No lo creemos, pero por si acaso: Les Luthiers son un grupo humorístico argentino cuya obra gira en torno a la música o que, como afirman en su propio juego de palabras, «unen canto con humor». La genialidad de sus composiciones de todo tipo (desde rock hasta música de cámara -«de cámara lenta»-) se ve realzada por el hecho de que muchos de los instrumentos (informales) que utilizan han sido concebidos y construidos por ellos mismos (de ahí lo de luthiers). Algunas de sus mejores piezas lo son no solo por la composición en sí, sino además por sus legendarias presentaciones («Falta la primera hoja», «Las majas del Bergantín» o «Himnovaciones»), sus inolvidables personajes (don Rodrigo Díaz de Carreras, Warren Sánchez, el maestro Mangiacaprini, Oblongo N'gue o Daniel el seductor) y, en especial, el cuidado y el mimo con el que se trata la vida, la obra y el modo de componer, entre otros géneros compositivos, óperas (un verdadero modus operandi) del inmortal compositor Johann Sebastian Mastropiero.
Con cariño, admiración y mucha gracia, Daniel Samper y Álex Grijelmo cuentan una historia que conecta con millones de espectadores que han reído en español (y a veces en inglés). Recopilan un buen puñado de anécdotas y fotos, relatan la evolución del conjunto y revelan sus métodos de trabajo y los secretos de sus espectáculos por medio mundo. Por el camino recogen «muchas gracias de nada», rememoran sus momentos «más tropiero que nunca» y cubren su trayectoria hasta que por fin fueron «grandes-hitos».
Y esto es. ¿Todo? Todo esto es. ¿Qué es esto? Ah, sí: ¡esto es todo!
A pesar de no gobernar el Imperio romano directamente, Livia ha sido una de las mujeres más poderosas del mundo. Esposa del primer emperador romano, Augusto, y madre del segundo, Tiberio, se posicionó de forma determinante en el centro de la política romana.
En esta biografía de Livia, considerada unánimemente la más completa desde cualquier punto de vista, Anthony Barrett recurre a las fuentes antiguas para ir mucho más allá del retrato parcial de una maquiavélica conspiradora y nos descubre a una Livia compleja cuya prolongada influencia política contribuyó a dar forma al gobierno romano, dejando sentir su ascendencia mucho después de su muerte.
Luis XIV gobernó Francia desde su dormitorio. Durante la segunda Guerra Mundial Winston Churchill gobernó Gran Bretaña desde el suyo. Los viajeros acostumbraban acostarse con extraños y familias enteras compartían la cama en muchos hogares preindustriales. Las camas era artículos caros y, a menudo, de exhibición. A Tutankamón lo enterraron en un lecho de oro; los griegos acaudalados partían al más allá en camas-comedor y a los victorianos de clase media fallecidos se les reclinaba sobre una cama en el salón.
En esta amplia historia social, que cubre los últimos 70000 años, Brian Fagan y Nadia Durrani analizan el papel infinitamente variado a lo largo del tiempo. Este era un lugar para el sexo, la muerte, el parto, la naración de historias y la socialización, así como para dormir. ¿Pero quién hacía qué con quién, por qué razones, y como era que esto podía variar increíblemente según el momento y el lugar? Es apenas en la era moderna que la cama se ha transformado en una zona privada y oculta, y en gran medida su rica historia social ha quedado en el olvido.
En este libro de memorias, el historiador Mark Mazower compone un fresco conmovedor de su propia familia que, por azares del destino, pasó por el sitio de Leningrado, el gueto de Vilna, el París ocupado e incluso por las filas de la Wehrmacht.
Su padre, hijo de emigrantes judíos rusos establecidos en Londres tras la guerra civil y la revolución, tuvo la suerte de nacer en Gran Bretaña. Max, el abuelo, había militado de joven en la organización socialista del Bund y se había enfrentado a las tropas zaristas, aunque nunca hablaba de ello. Frouma, la abuela, provenía de una familia devastada por la Gran Purga y que, aun así, logró abrirse camino en la sociedad soviética. Un siglo después de la Revolución rusa, esta historia evoca una facción socialista hoy olvidada: un colectivo apasionado, humanitario y abierto de miras. Al mismo tiempo, el libro nos habla de la felicidad que en ocasiones aguarda a los perdedores de la historia, del poder de la amistad y de los valores que permitieron que el hijo de Max y Frouma sintiera Inglaterra como su verdadero hogar.
En Lo que no me contaste, Mazower se adentra en la historia de su familia que es, a la vez, la de los avatares de la Europa del siglo XX para dejar constancia de los sacrificios y los silencios que marcaron a toda una generación y sus descendientes.