Soldado azul. Las cosas que llevaban en el macuto los hombres que lucharon la Guerra Civil es una recopilación de textos patrióticos, revolucionarios, motivadores y ejemplarizantes que los dos ejércitos españoles de la Guerra Civil proporcionaban a los combatientes para enardecer su moral. Desde devocionarios católicos a cartillas antifascistas, desde credos militares a decálogos de milicianos, desde himnos marciales a las canciones más populares, todo está recogido en estas obras, que rescatan, ordenan y presentan al lector actual los textos que leyeron los soldados de 1936. Una pequeña joya que nos permite acceder sin intermediarios a la prosa propagandística de nuestra guerra civil.
La cultura del pueblo en la antigua Roma.
Las historias de Roma suelen hablarnos tan solo de las élites dirigentes y de su cultura. Este libro, por el contrario, se refiere al pueblo romano: a la masa de 50 a 60 millones de artesanos, trabajadores, campesinos, mendigos o esclavos que formaban el 99 por ciento de la sociedad y que compartían una cultura integrada por sus estrategias de vida y por sus formas de entretenimiento, en ocasiones netamente subversivas. Jerry Toner nos introduce en este “mundo al revés” y nos guía por terrenos fascinantes, y hasta ahora mal estudiados, como el de la salud mental en unos tiempos llenos de tensiones o el de la historia sensorial, en un intento de reconstruir un mundo de sentidos, olores y sensaciones que separaba al pueblo de la élite, y que es también muy distinto al nuestro.
Para todo gobernante, como para todo jefe militar, es imprescindible conocer las circunstancias concernientes a sus antagonistas y adversarios (reales o potenciales), con el fin de neutralizar cualquier amenaza y afianzarse en el poder. Sin esa información, las probabilidades de que un gobierno sea derrocado, o de que un general sufra una severa derrota, aumentan de forma exponencial. De ahí que las actividades y servicios de inteligencia hayan sido una constante a lo largo de la historia.
A pesar de la importancia fundamental de este fenómeno, su existencia ha sido a menudo soslayada en lo que respecta a las sociedades del pasado. Sea por la dificultad que entraña la frecuente escasez de fuentes, por el temor a pecar de anacronismo o debido a inconscientes prejuicios idealistas, manuales y monografías acostumbran a negligir el tratamiento del papel desempeñado por las actividades de espionaje y contraespionaje en la Antigüedad.
Seis mil años de pan. Su historia sagrada y profana fue publicado originariamente en inglés en 1944 y sigue siendo hoy en día, pese a los años transcurridos, una obra que no ha perdido actualidad y ha sido a menudo reeditada. Se trata de una monumental historia del pan, el alimento del hombre más difundido y antiguo, a lo largo de más de 6.000 años, contada bajo todo los puntos de vista posibles: el histórico, el cultural, el religioso, el tecnológico… Incluso la cábala y el misticismo encuentran su lugar en estas páginas informadísimas y sutiles por vez primera presentadas al lector español. Heinrich Eduard Jacob (Berlín, 1889-1967) fue un periodista y escritor alemán especialmente activo durante los años de entreguerras. Cultivo exitosamente la narrativa y el teatro la biografía y estuvo también muy interesado por el música y cine. A causa de sus actividades antinazis fue detenido e internado, tras la anexión de Austria, donde residía, en los campos de concentración de Dachau y Buchenwald y le fueron confiscadas todas sus pertenencias. En 1939, gracias a su esposa, consiguió llegar a los Estados Unidos, país en el que vivió y trabajó hasta 1953 en que regresó a Alemania.
«Este es sobre todo un libro de experiencias humanas», nos dice Max Hastings, autor de libros tan valiosos como Armagedon, Némesis y La guerra de Churchill, que ha querido culminar su carrera como investigador de la historia de la Segunda guerra mundial con una ambiciosa visión global, que se aparta de las que se han publicado hasta ahora por el peso que da a las experiencias vividas. “Hombres y mujeres de un buen número de naciones –nos dice- se han afanado por buscar palabras con las que describir lo que vivieron”.
Valiéndose de estos testimonios de quienes participaron en la guerra en los más diversos escenarios del planeta, Hastings enriquece el relato de bombardeos, batallas y crímenes de guerra con una dimensión humana que los transforma.
La historia de cómo un siervo de Dios se convirtió en un ídolo para las élites que dominan el mundo. Túnicas negras, velas, sacrificios humanos, abusos a menores... Si por algo se caracteriza la historia del satanismo es por la acumulación de tópicos. Sin embargo, la realidad es muy distinta. La creencia en la existencia de una especie del dios del mal es hija del clima político que vivieron los judíos en el periodo que transcurre entre la redacción del Antiguo y el Nuevo Testamento, y que llega a su máximo apogeo con la aparición de una nueva religión fundada por un tal Jesús de Nazaret. Desde entonces y hasta hoy, serían los cristianos los verdaderos creyentes en el maligno, aunque algunos grupos han intentado reescribir su biografía y apropiárselo. La religión, la política, la literatura, la filosofía, la música o el true crime fueron moldeando la creencia del satanismo como la definición del mal, que consiguió volverse contra sus creadores y acabó alumbrando, en los años sesenta, la Iglesia de Satán.