Para Winckelmann, la belleza del arte trasciende el tiempo y el espacio, por eso es tan importante que tengamos las herramientas adecuadas para comprenderlo. Estas páginas, que se publicaron por primera vez en Dresde en 1764, son un recorrido por las de la continuidad del arte a través de distintas civilizaciones completamente novedosa. manifestaciones artísticas del mundo antiguo partiendo de la idea de que, como la vida, han sufrido un proceso evolutivo. Pasando por egipcios, etruscos, persas y romanos, se detiene a analizar en profundidad el arte de los griegos, lo que proporcionó una visión de la continuidad del arte a través de distintas civilizaciones completamente novedosa. Su ojo crítico con lo que se venía haciendo hasta la fecha y su atención al detalle convirtieron esta en una obra de referencia e inspiración para grandes artistas y teóricos como Goethe o Schiller; aún hoy, continúa siéndolo para todo aquel que se acerque al estudio del arte clásico.
Tito Livio es el único de los grandes historiadores de Roma que se mantuvo alejado de la vida pública. Eso le permitió dedicarse varias décadas a escribir su gran obra Historia de Roma (Ab urbe condita). Este monumental proyecto constaba de ciento cuarenta y dos libros, de los cuales solo se conservan treinta y cinco. La parte que ha llegado hasta nosotros refleja los mejores momentos de la Roma heroica con una prosa de innegable encanto en la que se exaltan las virtudes republicanas y el amor por la libertad.
Este tercer volumen de Historia de Roma reúne los libros VIII-X, y en ellos se culmina el proceso de asentamiento del dominio romano en el centro de la península hasta llegar al Adriático. Es una conquista territorial que se desarrolla a costa de las victorias sobre los samnitas, y que, como analiza Tito Livio, también lleva consigo un aumento de complejidad en el gobierno y un cambio de paradigmas sociales de gran calado.
Tito Livio es el único de los grandes historiadores de Roma que se mantuvo alejado de la vida pública. Eso le permitió dedicarse varias décadas a escribir su gran obra Historia de Roma (Ab urbe condita). Este monumental proyecto constaba de ciento cuarenta y dos libros, de los cuales solo se conservan treinta y cinco. La parte que ha llegado hasta nosotros refleja los mejores momentos de la Roma heroica con una prosa de innegable encanto en la que se exaltan las virtudes republicanas y el amor por la libertad.
El segundo volumen de Historia de Roma recoge los libros IV-VII, que abarcan los años 445-342 a. C. Es un periodo de constante evolución que bascula, por un lado, entre las luchas contra otros pueblos (ecuos, volscos, galos, etruscos, samnitas) por abarcar más territorio o recuperarlo, y, por otro, los progresos políticos y sociales que se van afianzando en el seno de la sociedad romana.
Hay pocos temas históricos universales con tanto interés bibliográfico o cinematográfico como la unión de los pueblos itálicos bajo la hegemonía del Imperio romano. Del mito fundacional de Rómulo y Remo hasta la disolución del imperio, esta Historia de Roma contada para escépticos reúne todos los ingredientes para convertirse en uno de los libros más exitosos de Juan Eslava Galán. Con la maestría que le caracteriza, Eslava no se limita a la narración cronológica de hechos históricos. Su objetivo es entretener, y para eso dota al relato de personajes ficticios que se mezclan con los emperadores, los soldados, las mujeres, los patricios y los gladiadores reales de la antigua Roma. Por supuesto, como marca de autor, no faltan los enredos de amor, las borracheras, y las motivaciones de poder o de sexo de unos personajes que, al final y por encima de todo, se mueven por pasiones humanas.
«En nuestros días, después de subir las cuestas del Palatino y atravesar el caos de ruinas de lo que un dpia fue el palacio de los emperadores romanos, se llega a una angosta plataforma que domina el valle del Tíber. Ésta, antiguamente cubierta por tierra que traían las lluvias y por toda clase de desechos, hoy está despejada, y en el suelo aparecen los vestigios de una singular aldea que se levantaba en este lugar hace casi tres mil años. Esta aldea, que quizá comprendiera unas decenas de modestas cabañas hechas con ramas entrelazadas y sostenidas por postes de madera, es todo lo que queda de la Roma más antigua.»
Historia de Roma ofrece una serie de retratos apasionantes y veraces que iluminan en sus justos terminos a los protagonistas de aquella epoca irrepetible.
Los próceres y las personalidades de Roma no eran distintos del común de los mortales. Cesar fue un mujeriego toda su vida y se avergonzaba de su calvicie, pero eso no desmerece su grandeza militar y estadista. Augusto no dedicó todo su tiempo a organizar el Imperio, sino que parte del mismo lo ocupó en combatir la colitis y los reumatismos...