Un ensayo audaz y revelador que convierte la sangre en una narradora poderosa de la historia, la cultura, la medicina y la identidad humanas.
Una expedición fascinante por la linfa que nos mantiene vivos, nos conecta y nos aterra. Con una mirada tan afilada como sensible, Mar Gómez Glez recorre siglos de ciencia, arte, religión y política para mostrarnos cómo la sangre ha simbolizado pureza, sacrificio, poder, identidad o redención. De las primeras transfusiones a los vampiros de Silicon Valley, pasando por los mitos religiosos, los crímenes rituales, la menstruación hasta llegar a los usos medicinales o el control biopolítico, esta obra rompe tabúes, mezcla saberes y late con la pasión de la vida.
El autor pone al descubierto una documentación secreta –clasificada como top secret por el Pentágono– con nuevos y sorprendentes datos sobre la figura y la obra de Jesús de Nazaret. Las revelaciones que aporta son tan rigurosas como desconcertantes.
Entre los siglos IV y V d. C. el Imperio romano, en franca decadencia, experimentó una serie de cambios profundos. Y quizá el más importante de todos ellos fue la creciente influencia de la fe cristiana en las esferas de poder. Tradicionalmente los filósofos habían sido quienes a asesoraban a los gobernantes de Roma, pero poco a poco los obispos y otros creyentes cristianos fueron quienes ofrecieron un nuevo marco de pensamiento antiguo en el que los vínculos entre ciudadanos fueron sustituidos por una religión común que establecía una lealtad a un autócrata distante.
Peter Brown, la mayor autoridad en la civilización mediterránea de la Antigüedad tardía, analiza en esta obra cómo la enseñanza cristiana proporcionó un modelo para un imperio más jerárquico: los antiguos ideales de democracia dieron paso a la imagen de un gobernante glorioso que mostraba misericordia a sus súbditos. El resultado es uno de los ensayos más brillantes sobre esta época tan turbulenta como fascinante.
Barcelona, 1958. La Policía detiene a la puerta de un hotel a Georges Laurent Rivara, agente de la banca suiza, que lleva años entrando al país sin que hasta entonces haya ocurrido nada. Pero esta vez es distinto. Su caída precipitará el mayor escándalo financiero internacional en lo que va de dictadura y pondrá en jaque a banqueros, empresarios, inversores y políticos en la España varada, y a la vez cambiante, de finales de los años cincuenta. El agente suizo es la historia de esa captura fundamental y de todo lo que vino despues: clientes desconcertados, multas millonarias, policías que se embolsan una buena recompensa, falangistas combativos, jueces desbordados y diplomáticos que no se creen lo que están viendo. Y es tambien la reconstrucción minuciosa, a partir de una docena de archivos suizos y españoles, de la peripecia trágica de Georges Rivara, empleado de la Societe de Banque Suisse, arrojado de pronto al centro de un huracán que le cambiará la vida. Apoyada en elementos genuinos de la novela negra, esta investigación retrata de primera mano los mecanismos de fuga de capitales en la España de mitad del franquismo, donde aún era ilegal poseer cuentas corrientes en el extranjero sin permiso del Estado. Por eso los cientos de ahorradores que se han saltado la ley deben.
Marzo de 1942, una joven maestra de jardín de infancia llamada Magda Hellinger, procedente de Eslovaquia, fue deportada al campo de concentración de Auschwitz junto con casi mil mujeres más, en el que sería uno de los primeros arribos de mujeres judías al terrible campo nazi. En muy poco tiempo la brutalidad del nazismo se volvió su realidad. Al poco tiempo, fue seleccionada para hacerse cargo del infame Bloque 10, en el que el personal médico alemán experimentaba con los reclusos.
En estas memorias, Magda nos relata cómo caminó al filo de la navaja durante varios años, tratando de salvar la mayor cantidad de vidas mientras sorteaba las sospechas de las SS y corría el riesgo de ser ejecutada. A través de su fuerza interior y su instinto de supervivencia, pudo superar el horror y la crueldad de Auschwitz y construir relaciones de amistad con las mujeres bajo su vigilancia. La historia de Magda es un testimonio de cómo el espíritu humano puede salir adelante aun en las condiciones más deshumanizantes.
La historia de cómo las prácticas habituales de violencia de los imperios europeos redefinieron los contornos del mundo.
"A la rapiña, el asesinato y el robo los llaman con nombre falso gobernar, y donde crean un desierto, lo llaman paz", Tácito puso estas palabras en boca de quien defendía sus tierras ante las legiones romanas. A partir del siglo XV, los imperios europeos llevaron estas antiguas prácticas a una escala nunca vista, cimentando sus conquistas en saqueos, esclavitud y pillaje generalizados. Autoafirmándose en un derecho al uso de la fuerza unilateral, estos imperios consiguieron acumular a través de los años un poder global. En un relato que abarca desde Asia hasta América, Lauren Benton muestra cómo la violencia ejercida por los imperios definió la naturaleza misma de la guerra y la paz. Los constantes enfrentamientos y las intervenciones armadas instauraron un estado de guerra de facto perpetua en todo el mundo. Estas disputas intermitentes desencadenaron atrocidades, desde masacres repentinas hasta largas campañas de despojo y exterminio.
El kitsch ha cambiado. Lo que antes se consideraba un estilo de mal gusto, relegado al ámbito decorativo y asociado a la estética burguesa, se ha transformado en un «neokitsch» global que impregna la arquitectura, el ocio, la moda, el mundo del espectáculo e incluso la comunicación digital. Su influencia ha crecido tanto que ha dado lugar a un «kitsch de lujo», adoptado por grandes marcas y élites financieras. Expansivo y omnipresente, ya no se limita a los objetos o las imágenes, sino que configura una auténtica civilización cimentada en la lógica del exceso: la civilización del «demasiado».
La filosofía, afirmó Sócrates, es el arte de morir El entierro, con sus rituales, es la práctica cultural-simbólica documentada más antigua: todos los humanos han desarrollado técnicas para cuidar y relacionarse con los muertos. La premisa de Hans Ruin en esta obra es que podemos explorar nuestras vidas con los muertos como un a priori existencial transcultural del que emergen las formas básicas de la conciencia histórica. El cuidado de los muertos no solo es el manejo simbólico de los restos mortales, también apunta a un espacio político en el que el vínculo entre los muertos y los vivos mantiene unidas a las sociedades. No existe un ámbito social totalmente ajeno al compartido con los muertos. Aprender a vivir es aprender a habitar en este espacio de forma responsable.
La creación de la web es una historia de libertad, un espacio digital en el que todo puede estar vinculado a todo. Porque la omnivinculación es, ante todo, un ideal, un deseo de libertad. Treinta años después, se ha llegado a un límite grotesco: los muertos se niegan a descansar y se transfieren a soportes digitales; los vivos se niegan a morir y están obsesionados con perfeccionarse y permanecer. Morir es algo primitivo, lo civilizado es seguir vinculándose sin parar, a otros cuerpos, otras entidades, otros planos.
A lo largo de sesenta años, Boris Cyrulnik ha sido testigo vivo de lo que él denomina «la loca historia de la psiquiatría», que va desde la práctica de la lobotomía, el uso de camisas de fuerza mentales y físicas, las condiciones deplorables que padecían los pacientes en los hospitales psiquiátricos; luego Lacan y el psicoanálisis, hasta llegar a la tranquilidad que le ha aportado la teoría del apego, de la cual la resiliencia es su capítulo preferido, su portavoz. Este libro es el testimonio del largo viaje que ha llevado a Cyrulnik a intentar explicar, aliviar, y en ocasiones curar, el sufrimiento psicológico. Le dio «el placer de comprender y la felicidad de sanar las almas heridas».