El kitsch ha cambiado. Lo que antes se consideraba un estilo de mal gusto, relegado al ámbito decorativo y asociado a la estética burguesa, se ha transformado en un «neokitsch» global que impregna la arquitectura, el ocio, la moda, el mundo del espectáculo e incluso la comunicación digital. Su influencia ha crecido tanto que ha dado lugar a un «kitsch de lujo», adoptado por grandes marcas y élites financieras. Expansivo y omnipresente, ya no se limita a los objetos o las imágenes, sino que configura una auténtica civilización cimentada en la lógica del exceso: la civilización del «demasiado».
La filosofía, afirmó Sócrates, es el arte de morir El entierro, con sus rituales, es la práctica cultural-simbólica documentada más antigua: todos los humanos han desarrollado técnicas para cuidar y relacionarse con los muertos. La premisa de Hans Ruin en esta obra es que podemos explorar nuestras vidas con los muertos como un a priori existencial transcultural del que emergen las formas básicas de la conciencia histórica. El cuidado de los muertos no solo es el manejo simbólico de los restos mortales, también apunta a un espacio político en el que el vínculo entre los muertos y los vivos mantiene unidas a las sociedades. No existe un ámbito social totalmente ajeno al compartido con los muertos. Aprender a vivir es aprender a habitar en este espacio de forma responsable.
La creación de la web es una historia de libertad, un espacio digital en el que todo puede estar vinculado a todo. Porque la omnivinculación es, ante todo, un ideal, un deseo de libertad. Treinta años después, se ha llegado a un límite grotesco: los muertos se niegan a descansar y se transfieren a soportes digitales; los vivos se niegan a morir y están obsesionados con perfeccionarse y permanecer. Morir es algo primitivo, lo civilizado es seguir vinculándose sin parar, a otros cuerpos, otras entidades, otros planos.
A lo largo de sesenta años, Boris Cyrulnik ha sido testigo vivo de lo que él denomina «la loca historia de la psiquiatría», que va desde la práctica de la lobotomía, el uso de camisas de fuerza mentales y físicas, las condiciones deplorables que padecían los pacientes en los hospitales psiquiátricos; luego Lacan y el psicoanálisis, hasta llegar a la tranquilidad que le ha aportado la teoría del apego, de la cual la resiliencia es su capítulo preferido, su portavoz. Este libro es el testimonio del largo viaje que ha llevado a Cyrulnik a intentar explicar, aliviar, y en ocasiones curar, el sufrimiento psicológico. Le dio «el placer de comprender y la felicidad de sanar las almas heridas».
Una historia remenda y bien contada. Un thiller donde la Historia Oficial es mercancía y la gente muere, según cree, por utopías, cuando en realidad lo hace para coartada de un clero corrupto o una monarquía falsificada desde sus inicios...
¿Qué tiene la música que nos conecta de forma tan profunda con los demás? Alfred Schutz, uno de los grandes nombres de la sociología del siglo XX, tenía una respuesta sorprendente. Aunque es conocido por su trabajo en teoría social y filosofía, Schutz también dedicó parte de su vida a pensar la música como una experiencia única que nos une, que nos pone en sintonía unos con otros, incluso sin palabras.
En El talento de Mr. Ripley, la más célebre novela de Patricia Highsmith, aparece su más fascinante personaje: el inquietante y amoral Tom Ripley, figura prototípica de un género que Highsmith inventó, situado entre la novela policíaca y la novela negra, entre Graham Greene y Raymond Chandler, donde el más trepidante suspense se aúna a un vertiginoso análisis psicológico.
Mr. Greenleaf, un millonario americano, le pide a Tom Ripley que intente convencer a su hijo Dickie de que regrese al hogar. Tom acepta el encargo –de paso pone tierra por medio a posibles problemas policiales– y encuentra a Dickie y a su amiga Marga, con quienes establece una turbia relación que desemboca en el crimen y el engaño.
Con el título de A pleno sol, la novela fue llevada al cine en 1960 por René Clement, con Alain Delon en el papel de Ripley. En 1999 se estrenó un remake titulado El talento de Mr. Ripley, dirigido por Anthony Minghella y protagonizado por Matt Damon, Gwyneth Paltrow y Jude Law.
Filosofía del colapso pretende dilucidar los presupuestos filosóficos, metafísicos y aun teológicos involucrados en las narraciones sobre el colapso. Estas narraciones han alcanzando tal rango teórico que puede hablarse, sin reparos, de una auténtica colapsología. Se trata de una síntesis de vastos dominios de conocimiento científico en torno a cuestiones de gran calado como el cambio climático, el pico del petróleo o la pérdida de la biodiversidad. Frente a la tesis del progreso infinito o de la abundancia ilimitada de recursos, los colapsólogos creen desvelar una tendencia de la civilización industrial hacia el desmoronamiento. En la medida en que la colapsología también plantea la pregunta por la existencia humana bajo la hipótesis del peor escenario posible, se trata de una recuperación contemporánea del existencialismo. A este respecto, la obra propone aplicar las categorías analíticas básicas del existencialismo a la colapsología, con el fin de elaborar una hermenéutica existencial del colapso.
Los humanos somos diferentes de los otros animales. Pero ¿qué es lo que determina esta diferencia? No tiene que ver con que seamos más inteligentes o más racionales, sino con que nos emocionamos con cosas que dejan impasibles al resto de los seres vivos. La esencia de nuestra naturaleza se despliega en el lenguaje y la pasión por lo simbólico, que modulan nuestras emociones y han estado desde siempre irremediablemente unidos a la aparición de trastornos mentales específicamente humanos, como la locura. En este libro, Julio Sanjuan explora desde el surgimiento de la especie los tres aspectos diferenciales que explican nuestro enorme éxito evolutivo: creatividad individual, instinto de cooperación y pasión por los símbolos. A partir del concepto de «sincronía», plantea un modelo transversal que arroja luz sobre los orígenes de nuestras emociones y sus trastornos, y propone un lenguaje común entre los aspectos biológicos, psicológicos y sociales de sus causas y mecanismos. Si cada cerebro es único, solo desde una concepción integradora, antidogmática y flexible se puede encontrar la mejor manera de enfrentar nuestros conflictos emocionales.
¿Qué tiene que ver la literatura con los principios de la termodinámica y el concepto de entropía planteados por Rudolf Clausius en 1865?
La concepción y el estudio de la literatura suelen remitir a un sistema cerrado y estable. Eso era comprensible en el siglo XIX, pero ya no. Hoy, el estudio de la literatura entendido como exégesis textual y vidas de santos no sirve para explicar cómo y por qué sigue siendo una actividad social y cultural significativa.
Literatura, lengua y lugar se pregunta, aplicando los principios de la termodinámica, qué pasa en la confluencia de estos tres elementos en un mundo acelerado y cambiante.