Una de las ensayistas más brillantes y radicales de nuestro tiempo aborda los grandes retos y dilemas del presente a través de una colección de artículos, perfiles y conversaciones. Aparecen en estos textos temas como el feminismo, la cultura queer, los conflictos raciales, las transformaciones sociales pendientes, la violencia, el cambio climático, las sexualidades alternativas, la transgresión y la perversidad.
En los ensayos Maggie Nelson aborda la obra de nombres punteros del ámbito intelectual, literario y artístico en Estados Unidos y otros países. Así, nos encontramos con perfiles de figuras que van de Judith Butler y Eve Sedgwick, dos de las fundadoras de la teoría queer, a Prince; de Natalia Ginzburg y Hervé Guibert a la artista británica Sarah Lucas o la norteamericana Carolee Schneemann; del escritor Ben Lerner al artista Nayland Blake y su exposición No hay agujeros erróneos. También hay luminosos análisis sobre obras de cine de vanguardia como The Deadman, un provocador mediometraje basado en un texto de Bataille, o los experimentos de Matthew Barney y de la animadora de origen iraní Tala Madani.
Entre las conversaciones destacan las que mantiene con Björk, con la estudiosa del feminismo Jacqueline Rose y con la poeta lesbiana Eileen Myles, que fue muy importante en su formación, al igual que la cantante Lhasa de Sela, fallecida demasiado pronto, y a la que dedica un sentido homenaje.
Debió de haber sido un hermoso momento entre un hombre y su perra, pero Philip Womack hizo una broma acerca de Cerbero, el sabueso tricéfalo del infierno, y a Una, su querida lurcher, todo eso le sonó a chino… o a griego. Acto seguido se lanzó a perseguir una ardilla y y Womack se quedó preguntándose qué más desconocía Una sobre las grandes civilizaciones del pasado.
Los griegos y los romanos suponen los cimientos de gran parte de lo que leemos, escuchamos y vemos en la actualidad, desde los pasteles horneados de Juego de Tronos hasta los lotófagos del reality show Love Island (La Isla del Amor). En esta singular introducción del mundo clásico, Womack nos guía, junto con Una, por una rauda odisea: aprenderás a distinguir a Odiseo de Edipo, a Políxena de Polidoro… y luego podrás enseñárselo a tu perro, aunque quizá la historia de los perros de caza que despedazaron a su amo es preferible dejarla para otro día.
La obra «Biblia», mostrando con claridad las bases bíblicas de cada doctrina; lo que nos enseña la Biblia hoy acerca de los diferentes temas del cristianismo, y manteniendo al mínimo el uso de términos técnicos, nos hace ver cómo debemos comprender y aplicar a la vida cada una de esas doctrinas. Es un libro de lectura obligada para comprender los pasajes más destacados de las Escrituras, su Canon, el hecho de que toda la Biblia es la Palabra de Dios, y que sus enseñanzas fueron escritas para ser entendidas, la necesidad de las Escrituras y su suficiencia: contienen todo lo que Dios ha considerado necesario revelarnos. Escrito en un tono amistoso, «Biblia» apela tanto a las emociones y al espíritu como al intelecto, ayuda a superar ideas erróneas, a tomar mejores decisiones y a crecer espiritualmente.