La Madre Teresa fue una de las mujeres más admiradas del siglo XX, y su recuerdo sigue inspirando labores caritativas por todo el mundo. Ella creía que la más grande necesidad de un ser humano era amar y ser amado. En 1948 fundó los Misioneros de la Caridad para trabajar directamente con los más pobres de Calcuta. A consecuencia del esfuerzo de una mujer adentrándose por los barrios bajos de Entally, los Misioneros de la Caridad crecieron hasta convertirse en una organización que operaba comedores, clínicas, hospicios y albergues en 139 países, sin ningún costo para el gobierno ni para quienes atendía. En 2016 se convirtió en Santa Teresa de Calcuta.
“Mientras gozaba de su compañía, yo era lo mejor que podía ser. Vi la bondad que era capaz de vivir, como si su santidad se me pegara un poco. Hace un cuarto de siglo que se ha ido y aún me siento huérfano”. —Jim Towey
La Madre Teresa fue una de las mujeres más admiradas del siglo XX y su memoria continúa inspirando a muchos alrededor del mundo, pues incluso una santa puede amar los chocolates, hacer bromas o regañar al presidente de los Estados Unidos. Esta fue la mujer a la que Jim Towey conoció a mediados de los noventa — cuando era congre-sista y abogado de alto nivel—, la que iluminó el vacío que había en su vida. Durante más de una década, Towey viajó frecuentemente con ella, gestionó encuentros con políticos y donantes de Estados Unidos, y manejó muchos de sus asuntos legales y personales.
Amar y ser amado es su recuento de esos años, un libro en el que veremos la dimensión más humana de la Madre Teresa, pero sobre todo su extraordinaria devoción a Dios y a sus hijos más pobres.
La frontera entre México y Estados Unidos, que se extiende a lo largo de casi 3400 kilómetros desde el Pacífico hasta el Golfo de México, es una de las zonas de mayor intercambio comercial, con un continuo flujo de personas y mercancías. Pero desde hace unos años, esta región, que el autor denomina Améxica, es también el escenario de una guerra en la que se enfrentan entre sí los cárteles de la droga más mortíferos –como el de Sinaloa o los Zetas–, numerosas bandas dedicadas al tráfico de seres humanos o armas, y las diversas policías fronterizas y cuerpos militares de elite de ambos países. Desde 2006 hasta 2010, este conflicto ha provocado en México más de 24.000 muertos y en la actualidad ha alcanzado insólitas cotas de crueldad, con decenas de cadáveres decapitados y expuestos en la vía pública, hallazgos de fosas comunes masivas, inmigrantes clandestinos extorsionados y asesinados y víctimas de secuestros torturadas y ejecutadas.Durante varios meses, el periodista y corresponsal de guerra Ed Vulliamy visitó las zonas más violentas de Améxica: Tijuana (sede del cártel de Sinaloa), Ciudad Juárez (cuya tasa de criminalidad es la más elevada del mundo) o los desiertos de Sonora y Arizona (donde el narcotráfico se está haciendo con el control de la emigración clandestina a Estados Unidos). Periodistas amenazados, activistas, líderes indígenas, antiguos patrulleros y familiares de víctimas ofrecen en esta crónica el descarnado testimonio de este infierno contemporáneo.