Puede que hoy sintamos más intensamente bajo nuestros pies el temblor de la destrucción de los monumentos. Movimientos como "Black Lives Matter", las justas reclamaciones de los descendientes de pueblos colonizados o las luchas por la memoria histórica tras las dictaduras del siglo XX han exigido reparaciones simbólicas que a menudo pasan por intervenir, retirar o demoler estatuas de personajes y acontecimientos heroificados por una sola versión de los hechos. Sin embargo, como nos invita a reconocer aquí Mauricio Tenorio, el subir y bajar de los monumentos es tan viejo como la propia historia. La auténtica novedad reside en el flamante monumento de nuestra era: el "selfie", la imagen que, gracias a la magia de las redes sociales, pretende congelar el gesto de destrucción como un acto monumental que rinde honores a la verdadera justicia y al definitivo progreso, y que ofrenda los escombros del presente en los altares de un futuro mejor, más ético y puro. Pero basta meter las manos en el barro del pasado para convencerse, con el autor, de que la historia no es sino una sucesión de infamias, y nada en ella nos indica que el porvenir tenga la capacidad de conjurar sus males. Frente al gesto reductor y estéril de la destrucción, Mauricio Tenorio propone buscar refugio en la ironía para alumbrar, con una buena dosis de autocrítica, la posibilidad de una relación con la historia que permita hacer cuentas con aquello que incomoda políticamente, mirándolo cara a cara. Repensando nuestros usos del discurso histórico y del espacio público, y, sobre todo, desmitificando sus poderes, tal vez podamos ofrecer a nuestra generación y a las que vengan algo más que ruinas.
El desarrollo de la gobernabilidad de los asuntos públicos mundiales forma parte ineludible de la responsabilidad humana; una tarea imperecedera que hoy más que nunca, en plena era global y con tantos problemas y amenazas sobrevenidas, espreciso reactivar. Es hora de actuar! Sólo así conseguiremos garantizar a nuestras sociedades y las futuras generaciones una vida más segura, sostenible, saludable, justa, libre y humana.Este libro responde a un gran desafío: iniciar una Gran Transición que permita llevar la política al escenario global y dotar a la Tierra de una arquitectura institucional acorde con las necesidades objetivas del conjunto de la Humanidad, superando el agotado e inservible modelo de gobernanza actual al que tratamos resignadamente de acomodarnos. Un libro necesario que plantea la creación de un Gobierno Democrático del Planeta al mismo tiempo que invita a todos los ciudadanos a una búsqueda conjunta de las soluciones, haciendo uso para ello de su legítimo derecho de autodeterminación.
Cómo los mongoles occidentales dieron forma a la primera globalización
Los mongoles son célebres sobre todo por una cosa: la conquista. Pero, en realidad, sus logros fueron mucho más allá de la guerra. Durante tres siglos, la Horda de Oro, la porción occidental del Imperio mongol que surgió tras la muerte de Gengis Kan, tuvo tanta influencia en el mundo como en otros tiempos la tuvo Roma, y dejó tras de sí un profundo legado en Europa, Rusia, Asia Central y Oriente Próximo, perceptible incluso hoy.
Marie Favereau nos sumerge en la épica historia de la Horda, que vertebró el intercambio de gentes e ideas a través de su extensísimo territorio. Su singular régimen político, con el poder repartido entre el kan y la nobleza, recompensaba a los administradores y diplomáticos hábiles y fomentó una economía próspera, organizada e innovadora que impulsó el auge comercial euroasiático de los siglos xiii y xiv. Desde su capital en Sarái, en el curso inferior del Volga, la Horda proporcionó un modelo de gobierno para Rusia, influyó en las costumbres y la estructura estatal de todas las culturas islámicas, difundió sofisticadas teorías científicas y practicó la tolerancia religiosa.
La Horda es la primera historia completa de uno de los imperios más influyentes de la historia, que, para muchos, sigue siendo un gran desconocido.
Finalista del Premio Cundill de Historia
Mejor Libro del Año para el Financial Times
Mejor Libro del Año para el Spectator
Mejor Libro del Año para Five Books