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LAS ARTERIAS DEL MUNDO

Los ríos siempre han estado ahí, junto a nosotros, frente a nosotros, incluso, como escribiera T. S. Eliot, dentro de nosotros. Quizá no somos ellos, pero sí somos en ellos. Nos han servido de caminos y de fronteras; han saciado nuestra sed y se han teñido con nuestra sangre; han movido nuestras máquinas y destruido nuestras cosechas y nuestros hogares; nos han traído la abundancia y la escasez; los hemos venerado como dioses y maltratado como esclavos; remontando sus aguas todavía salvajes, hemos viajado hacia lo desconocido, y, en la distancia, sus hermanos de las estrellas nos invitan ahora a que lo hagamos de nuevo a través de la inmensidad del espacio. Aprendimos a cultivar la tierra y apacentar rebaños, a moldear la arcilla, tejer cestos y forjar metales; construimos ciudades, acueductos y puentes; embridamos sus aguas rebeldes con canales y presas; las usamos para regar nuestros campos y mover las inmensas turbinas de nuestras centrales hidroeléctricas, y dimos en pensar que todo cuanto nos rodeaba, por supuesto, también ellos, debía estar a nuestro servicio. Pero, como el audaz aprendiz de brujo del poema de Goethe, que osa manipular fuerzas cuya naturaleza desconoce, les hemos causado un daño que quizá ya no seamos capaces de reparar, y, al hacerlo, nos hemos dañado a nosotros mismos. Como el titán Prometeo, robamos un día el fuego de los dioses, creyendo ser dignos de su poder, y se nos castiga por ello. Hemos contraído, pues, una enorme deuda de gratitud con los ríos y les debemos también una reparación. Podemos cuidarlos mejor desde ahora. Pero debemos también reconocer su papel en nuestra historia. Este libro trata de hacer eso: explorar un nuevo camino, abordando el pasado desde una perspectiva que nunca se había adoptado, situando a los ríos en el centro de los procesos históricos y reflexionando sobre el papel que han desempeñado en ellos.
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LAS AUSTRIAS

Los Habsburgo, originarios del actual cantón suizo de Argovia, casa reinante en España durante casi dos siglos, de 1517 a 1700, otorgaron siempre mucha importancia al matrimonio de las mujeres de su familia, las Austrias, como forma de extensión o consolidación de sus dominios. Desde Margarita, esposa del malogrado príncipe don Juan, hijo de los Reyes Católicos, a Mariana, defensora a ultranza de las prerrogativas de su hijo, Carlos II el Hechizado, ante los intentos de usurpación del hijo bastardo de su marido, Felipe IV; de Catalina, a la que el encierro durante toda su infancia junto a su madre Juana la Loca no le impedirá llegar a ser una prudente reina de Portugal, a Isabel Clara Eugenia y Catalina Micaela, hijas preferidas de Felipe II, que acabarían llevando a cabo una inteligente labor como soberana de los Países Bajos y duquesa de Saboya respectivamente. Y, por último, María Cristina, sufrida esposa de Alfonso XII y regente fiel a la Constitución. Estas princesas, como todas las Austrias españolas, supieron cumplir con su obligación en aras de una alta misión dinástica. En la mayoría de los casos, el precio pagado fue el de su felicidad personal.
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LAS CAMPANAS DEL VIEJO TOKIO

Esta extraordinaria obra es un elegante y absorbente recorrido por Tokio y sus habitantes. Durante más de doscientos años, desde 1632 hasta 1854, los gobernantes de Japón restringieron el contacto con el extranjero, un aislamiento que fomentó una cultura notable y única que perdura hasta nuestros días. Durante este periodo, los habitantes de la ciudad de Edo, más tarde conocida como Tokio, confiaban en sus campanas públicas para dar la hora. Anna Sherman relata su búsqueda de las campanas de Edo, explorando la ciudad de Tokio y la relación individual y particular de la cultura japonesa con el tiempo, la tradición, la memoria, la transitoriedad y la historia. A través de los viajes y de su amistad con el propietario de una pequeña y exquisita cafetería, que eleva la preparación y el consumo de café a una forma de arte, Sherman sigue testimonios cautivadores: una anciana recuerda haber escapado de las bombas incendiarias estadounidenses de la Segunda Guerra Mundial; un científico construye el reloj más preciso del mundo, un reloj que no perderá un segundo en cinco mil millones de años. Este es un libro que aborda como ningún otro la sorprendente otredad de la cultura japonesa.
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