No cabe duda alguna de que la publicación de la Crítica de la razón pura constituye un punto de inflexión en la historia del pensamiento filosófico. Los nuevos planteamientos que ofrece la obra de Immanuel Kant conformaron toda una revolución para la filosofía en general y para la metafísica en particular. Sin embargo, hay una serie de cuestiones que Kant no trató en profundidad en su obra magna, tales como la historia de la filosofía, la supervivencia del alma tras la muerte o el principio de razón suficiente, entre muchas otras. Es importante recordar que Immanuel Kant era, ante todo, profesor. Por ello, todos esos temas fueron tratados, de una u otra manera, a lo largo de las clases que dio en la Universidad de Königsberg. Concretamente, los apuntes tomados por sus alumnos, tales como J. W. Volckmann o K. C. Mrongovius (cuyas notas se recogen en este libro), constituyen una interesante ampliación de algunos de aquellos temas que Kant, aun estudiándolos a lo largo de aquellos años, no trató en profundidad en la Crítica de la razón pura.
Hernán Zin ha trabajado como cronista durante más de veinte años en los conflictos más peligrosos de nuestro planeta. Una experiencia que le ha permitido conocer de primer mano los múltiples rostros de la condición humana: la crueldad, la barbarie, pero también la esperanza, la cooperación y el deseo de contar lo vivido para cambiar el mundo.
Pero ¿cómo consigue alguien adaptarse a la vida normal tras haber pasado dos décadas en la guerra?
Con humanidad, emoción y una sonrisa en los labios, Hernán recorre en este libro los episodios más importantes de su carrera. Nos permite descubrir así la realidad cotidiana de países como Afganistán, el Congo, Somalia o Palestina.
Desde que se vio obligado a abandonar la primera línea de los conflictos armados a causa de su salud mental, no ha dejado de buscar las claves para llevar una vida con mayor serenidad, templanza y plenitud.
El resultado son estas lecciones: un testimonio vital que nos ayuda a comprender el mundo que nos rodea y a nosotros mismos.
¿Qué pueden decirnos los mejores profesores del mundo sobre nuestros hijos? ¿Qué consejo pueden darnos para ayudarnos a criar niños felices, confiados y afectuosos?
Los profesores pasan mucho tiempo con sus alumnos: hablando, escuchándolos, observándolos y guiándolos. ¿Podrán también enseñarnos a nosotros cómo ayudar a los niños a convertirse en adultos compasivos, contentos y exitosos, así como en ciudadanos conscientes?