UNA CRÓNICA DEL PASADO PARA ENTENDER EL PRESENTE DE NUESTRO MUNDO Y SUS RETOS.
La mejor manera de entender el mundo actual y los retos a los que nos enfrentamos en el futuro es saber cómo hemos llegado hasta aquí. Esta exhaustiva obra explora la historia y las dinámicas de los poderes mundiales desde mediados del siglo XIX, con la voluntad de ir más allá de la mera crónica del pasado e interrogarse sobre las dinámicas globales que nos han hecho evolucionar política, social y económicamente. El resultado es un lúcido relato histórico sobre cómo se han establecido y desarrollado las hegemonías planetarias y las fuerzas que han moldeado el mundo tal y como lo conocemos durante los dos últimos siglos, y también un diálogo fecundo entre el pasado, el presente y el futuro que nos aguarda.
¿Qué le está pasando a la izquierda? En la actualidad, los movimientos de la izquierda organizada parecen estar en grave declive en todo el mundo. Tal vez ello no sea sino un síntoma de un borrado más profundo y problemático, el del "imaginario de la igualdad", que ha sido la principal fuerza motriz de la izquierda global desde su nacimiento. En esta brillante obra, Shlomo Sand propone remontarse a las fuentes de este "imaginario" y estudiar la gestación, las transformaciones y los ajustes de la idea de igualdad a lo largo de más de tres siglos.
«Lector, no quieras ver en este libro una guía, un protocolo, un método, pues no es un compendio de consejos, ni de preceptos, ni de vías para alcanzar meta alguna. Lo que encontrarás en estas páginas serán fragmentos hilvanados, reflexiones de un viejo corredor en las que se mezclan el correr con el dibujar y la orografía con la vida. Correr y dibujar han devenido, con el paso de los años, dos de mis actividades nucleares. Empecé a dibujar casi al mismo tiempo que empecé a correr.
Descubrí la cortísima distancia que separaba la mano de la mirada, el ojo de la pisada, el lápiz de lo que la mente captaba. Dibujar es una manera de mirar despacio. Correr campo a través es percibir el tiempo geológico, entender que todo, incluso lo pétreo, está siempre en constante movimiento. Así que corre a menudo. Trota tranquilo. Déjate llevar por el terreno. Mira cuando corras. Mucho se habla de las piernas y pies del corredor, pero lo fundamental es mirar, atender la orografía. Anciano corredor, cuida tu mirada. Evita las caídas. Pero si caes, no te resistas. Hazte uno con el suelo. No compitas. No corras para obtener triunfo alguno. Cuando corres te descubres. No intentes superarte a ti mismo, no intentes superar al terreno. Respira tranquilo. No hay metas. El horizonte es la meta. El horizonte nunca llega».