Excepcional puente entre las culturas anglófona y francófona, el historiador Herbert Lottman explora la peculiar -y hasta ahora poco estudiada- relación que unió a Oscar Wilde con París, desde el joven deslumbrado o en el apogeo de su éxito, hasta el desengaño o convaleciente que acabó afirmando que "París es espantoso".
Su personal sensibilidad, su falta de prejuicios y su formación anarquista lo predisponen a algo insólito en aquel momento: entender el sufrimiento de aquellos alemanes dos años después de la derrota. Stig Dagerman, el joven escritor de las letras suecas, emprende, en el otoño de 1946, un viaje por la Alemania destruida, la Alemania en ruinas, como corresponsal del periódico sueco Expresen. Su personal sensibilidad, su falta de prejuicios y su formación anarquista lo predisponen a algo insólito en aquel momento: entender el sufrimiento de aquellos alemanes dos años después de la derrota. Dagerman es capaz de discutir el cinismo del comportamiento de los aliados, con políticas más prontas a favorecer la pervivencia del nazismo que su rechazo.
En noviembre de 2008; mientras el derrumbe financiero global se profundizaba; la entonces octogenaria reina Isabel visitó la Escuela de Economía de Londres y sorprendió a los prestigiosos académicos allí reunidos con una pregunta inocente pero muy aguda: dada la magnitud de la crisis; ¿por qué nadie la había advertido? La pregunta fue directo al corazón de dos grandes fracasos: el del capitalismo occidental; que todavía no se ha recuperado; y el de los economistas; que no entendieron qué estaba pasando. Este libro trata sobre ese doble fracaso y propone salidas completamente innovadoras. Está claro que el sistema actual no funciona: los hogares están endeudados por no poder cubrir sus gastos básicos; el desempleo afecta cada vez a más jóvenes; se ahonda la brecha entre los que más y los que menos tienen; entre las burbujas del sector financiero y el estancamiento de la economía real. Necesitamos pensar otro capitalismo desde los cimientos; para que el objetivo no sea solo redistribuir sino crear riqueza y valor; en un ciclo virtuoso y sustentable.