Un viaje apasionante a través de la historia para descifrar los enigmas petrificados que atesora la ciudad del Vesubio.
¿Sabías que se han encontrado extravagantes grafitis con un oculto mensaje?, ¿o que los muros de una domus conservan un enigma religioso que revolucionó el mundo científico? ¿Y que el Vesubio no erupcionó un 24 de agosto?
Situada más cerca del Vesubio, las cenizas golpearon con mayor fuerza sobre Herculano que quedó sepultada por completo. Por ello, frescos, mosaicos, casas, termas y tabernas están conservadas de forma impecable, mejor aún que en Pompeya, para dejar constancia del lujo que envolvía la ciudad antes de la erupción del volcán.
En estas páginas descubriremos la vida social de sus ciudadanos llegando a ver las facetas más personales y sentimentales, desde sus pertenencias y gustos hasta sus propios cuerpos. Observaremos las grandes estructuras que se han conservado milagrosamente debido al flujo piroclástico del volcán Vesubio expulsado en el año 79 de nuestra era y conoceremos a figuras importantes que han aportado al estudio de la historia romana.
Soldado rojo. Las cosas que llevaban en el macuto los hombres que lucharon la Guerra Civil es una recopilación de textos patrióticos, revolucionarios, motivadores y ejemplarizantes que los dos ejércitos españoles de la Guerra Civil proporcionaban a los combatientes para enardecer su moral. Desde devocionarios católicos a cartillas antifascistas, desde credos militares a decálogos de milicianos, desde himnos marciales a las canciones más populares, todo está recogido en estas obras, que rescatan, ordenan y presentan al lector actual los textos que leyeron los soldados de 1936. Una pequeña joya que nos permite acceder sin intermediarios a la prosa propagandística de nuestra guerra civil.
Eran años de gloria. París vivía la mayor concentración de talentos filosóficos por metro cuadrado que haya conocido en el siglo XX. ¿Qué fue de todo aquello? El 68 fue un sueño europeo de dos décadas. Al despertar, el mundo apareció, como siempre, irreparable.
Llego al tramo final de mi vida con la constancia de haberme equivocado en todo. Lo importante. Y la imposibilidad de borrarlo de mi memoria.
En tierra de nadie, las memorias intelectuales y afectivas del filósofo Gabriel Albiac, da testimonio del fin del mundo que acontece en cada generación, del punto final a tantas ilusiones, espejismos y grandes proyectos transformadores. Paseando entre libros y viejas consignas estudiantiles, rememorando a maestros como Althusser y Foucault o apostillando algunos de los horrores del siglo XX, Albiac expone sin lenitivos su verdad vivida, que es filosofía de la pérdida, y sin pretenderlo nos presta su ejemplo para afrontarla.