En contadas ocasiones, la historia de una vida es también la historia de una época. Tras jugar un papel importante como comunista bajo el régimen autoritario de Pilsudski, haber ido a la guerra, y haber conocido las cárceles y los gulags de la Unión Soviética, Aleksander Wat logra regresar vivo a su Polonia natal en 1947 para emigrar a Francia en 1958, ya muy enfermo, hastiado del clima asfixiante y opresivo de la falta de libertad. Pero su enfermedad le impedía escribir. Será Czes_aw Mi_osz, conocedor extraordinario de su historia, quien le proponga llevar a cabo una serie de entrevistas que posteriormente transcribiría y que conformarán un libro de memorias fundamental del convulso siglo xx.
El 15 de septiembre de 1916, los soldados alemanes se quedaron petrificados al contemplar cómo monstruos de acero de treinta toneladas armados con cañones y ametralladoras avanzaban sobre sus posiciones en la batalla del Somme. Aunque la mayoría de los carros británicos fueron aniquilados, la irrupción de estos ingenios en la Primera Guerra Mundial provocó un terremoto a nivel mundial. El temblor se dejó sentir también en España, donde el Ejército quiso hacerse con los más letales vehículos.
Bestias de acero es el relato de cómo el Ejército español se dotó con sus primeros medios blindados y organizó sus unidades para las sangrientas guerras de Marruecos. Sin experiencias previas, tocó aprender sobre la marcha cómo se combatía en aquellas cajas talladas en acero. La Guerra Civil sería testigo del primer gran enfrentamiento de la historia entre carros de combate. La posguerra fue el tiempo de sobrevivir, aunque nació la primera gran unidad acorazada: «la Brunete». Posteriormente vendría un periodo de pujanza, de modernización, de eclosión de medios y unidades. Y, tras años de vaivenes, hoy España dispone de un exiguo número de unidades, aunque excelentemente preparadas para afrontar las misiones que les sean encomendadas.
Durante muchos años, Cayetana Fitz-James Stuart, duquesa de Alba, quedó sepultada bajo demasiados estereotipos que no hacían justicia a un personaje fascinante. Este libro rescata a la mujer y al icono que marcó una época, se convirtió en una de las personas más famosas y admiradas del mundo y contribuyó, como pocas, a abrir España a la modernidad. Ella fue el mejor exponente de una aristocracia que se codeaba con escritores y artistas, que abrazaba la cultura y la moda, y que disfrutaba de una vida cosmopolita con amistades por todo el mundo. También fue una mujer que entendió que los títulos no son un privilegio, sino una responsabilidad, y se entregó a miles de obras benéficas.
La duquesa vivió una vida de novela y por estas páginas aparecen paisajes y personajes irrepetibles: de Winston Churchill a la reina Victoria Eugenia o el diseñador Yves Saint Laurent, de Jackie Kennedy a Grace Kelly o Audrey Hepburn, de la Inglaterra de la Segunda Mundial al St. Moritz donde se reunían Onassis y Jean Cocteau, de la España de la dictadura al Estoril del exilio y el Estados Unidos del cine de Hollywood.
Cayetana fue testigo de excepción de momentos históricos decisivos y ella también, discretamente, contribuyó a muchos. Aunque muy pocas veces se haya explicado como merece su implicación directísima en algunos episodios clave de nuestra historia reciente. Hasta ahora.