En este volumen se compilan observaciones, pensamientos y conclusiones de las expediciones que Humboldt realizó a los volcanes y ríos del centro y sur de América; investigaciones sobre el crecimiento poblacional en el aquel entonces Nuevo Continente, el clima de la península ibérica o las tribus y lenguas norteamericanas, así como reportes derivados de investigaciones realizadas por sus colegas en Medio Oriente, disquisiciones sobre el topónimo “América”, revisiones sobre los sistemas de numeración, una narración sobre sus intentos de escalar el Chimborazo, y muchos más fascinantes temas. Asimismo, se encuentra el reconocimiento y agradecimiento a los exploradores, científicos e intelectuales, entre los que se incluía Wilhelm, su hermano, con los que se alió para saber más sobre el mundo y los seres que lo habitan.
Entre estos textos también se puede conocer su postura en contra de la discriminación a los judíos y en contra de la esclavitud. Se trata de un volumen que nos permite conocer el trabajo y el pensamiento del gran científico humanista del siglo XIX.
La obra se propone ofrecer, de forma sintética y con intención didáctica, una semblanza de los principales autores y corrientes de pensamiento jurídico desde la Antigüedad hasta el presente. A través de este recorrido por la Historia del pensamiento jurídico se desvelan también muchas de las claves del debate contemporáneo en torno a los principales retos ético-jurídicos a los que deben enfrentarse tanto los juristas como la ciudadanía en general.
La filosofía, afirmó Sócrates, es el arte de morir El entierro, con sus rituales, es la práctica cultural-simbólica documentada más antigua: todos los humanos han desarrollado técnicas para cuidar y relacionarse con los muertos. La premisa de Hans Ruin en esta obra es que podemos explorar nuestras vidas con los muertos como un a priori existencial transcultural del que emergen las formas básicas de la conciencia histórica. El cuidado de los muertos no solo es el manejo simbólico de los restos mortales, también apunta a un espacio político en el que el vínculo entre los muertos y los vivos mantiene unidas a las sociedades. No existe un ámbito social totalmente ajeno al compartido con los muertos. Aprender a vivir es aprender a habitar en este espacio de forma responsable.