Cuando pensamos en los escitas imaginamos un pueblo nómada y bárbaro. En realidad, en su apogeo, los escitas fundaron el primer gran imperio del mundo, que abarcó desde Mongolia y el noreste de China al noroeste de Irán y el Danubio, y que por el sur llegó hasta el mar de Arabia. Su influencia fue decisiva en el surgimiento de la edad clásica en civilizaciones de toda Eurasia, desde el mar Negro hasta China.
En El Imperio escita, el prestigioso historiador Christopher I. Beckwith nos descubre, recurriendo a multitud de fuentes, la historia de este imperio hasta ahora ignorado. Tanto a través de su influencia directa como gracias a la obra de sus sucesores —entre los que se cuentan los imperios persa e indio y los Qin en China—, los escitas y su imperio modelaron el mundo antiguo de una forma sin parangón hasta entonces, en ámbitos tan variados como el armamento, la vestimenta o el gobierno. Inventores del monoteísmo, su impronta es también patente en la religión y la filosofía, con figuras de talla universal como Zoroastro, Buda y Lao-Tse, todos ellos de herencia escita.
Presentamos un recorrido de más de mil quinientos años de historia de la pintura en Japón a través del análisis de sus obras más representativas con la explicación de los principales artistas, estilos y movimientos culturales: un viaje visual desde las primeras expresiones pictóricas en los antiguos túmulos funerarios a la pintura nihonga formulada tras la Restauración Meiji a finales del siglo xix, pasando por los estilos yamatoe, suibokuga, Kano, Rinpa, ukiyoe, etc.
La guía definitiva para comprender la esencia de la pintura japonesa.
Un ensayo clave para entender el fascismo español en todas sus dimensiones.
De todas las dictaduras europeas del siglo xx solo hubo dos «regímenes fascistas» significativos y las diferencias entre ellos eran tan profundas que parecían no pertenecer a la misma tipología política: el italiano original y el nacionalsocialismo alemán.
En España influyó especialmente el fascismo italiano, porque llegó primero y porque era un país más afín que Alemania, aunque realmente no se desarrolló hasta la Segunda República. En esencia, el fascismo español, representado por Falange, era muy débil, y la caída del Gobierno de Mussolini en 1943 también inició un largo proceso de abandono, que se materializó con la transformación de Falange en Movimiento Nacional por Franco, cuyo final no se produjo hasta 1977.
Las figuras de José Antonio Primo de Rivera y Franco confluyeron en un momento crítico de la historia española. La victoria del segundo en la Guerra Civil sirvió, en parte, para difuminar la personalidad y la obra del fundador del fascismo en España.