Tras regresar del exilio, Lenin pronunció el 4 de abril en Petrogrado el discurso que dio el pistoletazo de salida a lo que sería la Revolución de Octubre. El objetivo estaba claro, conseguir todo el poder para los soviets de obreros y campesinos, y Lenin ofreció las herramientas para conquistarlo.
Las famosas Tesis de abril suponen el análisis más lúcido y contundente que se haya hecho sobre los desposeídos rusos. Son, también, un programa de acción para una tarea revolucionaria concreta: el paso de la primera etapa de la revolución, en la que la burguesía detentaba el poder, a la segunda, en la que, una vez desenmascarados los pequeñoburgueses y señalados como traidores a la clase trabajadora, el proletariado y el campesinado tomarían el poder.
Estos dos breves tratados del renombrado cabalista Iosef Gikatilla (1248-1325) se centran en dos de los secretos cabalísticos más fundamentales: la serpiente del Génesis y el Hashmal del libro de Ezequiel.
Gikatilla fue alumno del mítico Abraham Abulafia, y estuvo en estrecha relación con Moisés de León, el presunto autor/recopilador del Sefer haZohar, así como con otros grandes cabalistas de su época. Como escribe el erudito Charles Mopsik, "La abundancia de sus escritos, que tocan todos los temas importantes, atestigua que en su época la Cábala ya era capaz de ofrecer una interpretación total del judaísmo y de plantearse como una alternativa creíble, no sólo a la filosofía, sino también a la exégesis literal y al formalismo legalista de la enseñanza rabínica clásica".
Ésta es la primera vez que el Sod ha Najash y el Sod haHasmal se traducen a una lengua occidental.