"He querido tomar al lector de la mano, hacerle vivir mis años en el Elíseo como si hubiese estado a mi lado a lo largo de todos aquellos acontecimientos".
Nicolas Sarkozy repasa en profundidad su mandato como presidente de Francia.
Una visión íntima y fascinante de la política y el ejercicio del poder.
Un relato personal y sincero que narra los entresijos de la política europea e internacional.
Con reflexiones valientes sobre temas de actualidad.
Con 32 páginas de fotografías a color, muchas de ellas inéditas.
En el territorio de las tierras altas que va desde la cordillera del Himalaya hasta Vietnam y la península de Malaca, se extiende una región que James C. Scott llama Zomia. Marcada por su contraste con las llanuras
fluviales de cultivo de arroz y los primeros Estados que allí se establecen, Zomia se ha desarrollado durante varios milenios como una mezcolanza de pueblos y gentes que, de forma consciente, han establecido sociedades de base igualitaria en oposición a las formas de dominio, servidumbre y esclavitud tan propias de las llanuras civilizadas. La principal característica de estos pueblos es, según Scott, que son «bárbaros por diseño». Su organización social, el entorno montañoso, su horticultura autosuficiente y sus prácticas culturales se han empleado con el fin de proteger a esos mismos pueblos de la intromisión y dominio de los Estados que los circundan.
En una dirección así opuesta a la historia escrita a partir de las civilizaciones agrarias, y luego de los Estados modernos, Scott nos ofrece un importante fragmento de una «historia anarquista» de la humanidad. La novedad de este enfoque es que la historia de Zomia no se presenta como la de unos pueblos apartados y primitivos, sino como una corriente cultural y política consciente, que se opone a las formas de vida estatales, y que en este caso perdura hasta tan tarde como las décadas finales del colonialismo. Zomia, además, no se puede explicar como una excepción en la historia, sino seguramente como una trayectoria casi siempre reconocible justo a los lados de la larga marcha que ha llevado a los Estados a convertirse en la única forma de vida política concebible.
En Humano, demasiado humano se hallan las raíces de una psicología destructiva que busca despertarnos del sueño moderno. Nietzsche, el caminante que habla con su sombra, da los primeros pasos que conducirán a la genealogía de la moral y hacia el nuevo amanecer que supondrá la llegada de Zaratustra. Pocas veces, en la historia del pensamiento, ha reverberado tan intensamente un «temple espiritual» como el de Nietzsche en el presente libro que no solo soporta, orgulloso y feliz, todo el peso del pasado, sino que denuncia los síntomas de la «gran enfermedad» de Occidente.