Cuando la presencia del Espíritu Santo te alcanza, no te empuja...Te abraza. No te invade... Te habita. No te quiebra... Te restaura. Es una llama que arde, pero no se consume, una voz que guía, pero no grita, una compañía que consuela sin condiciones. Y cuando esa presencia entra, todo se ve desde una óptica distinta.
El poderoso Rey Sol no se rinde jamás. Pero el autor nos ofrece otro retrato: el de un príncipe que quería ejercer un oficio, el de jefe de Estado. Es el rey más famoso del panteón nacional francés, y es también una marca comercial, con Versalles. Escribir su vida es un desafío para el historiador, ya que el individuo desaparece tras el mito del monarca absoluto.
Pero es posible hablar de otro Luis XIV, más cercano y real. Recorrer los pasillos del poder nos permitirá descubrir la sensibilidad de un monarca que llora, gime, sufre, titubea, y es capaz de repensar su autoridad durante los años de penuria y miseria. Porque este libro es también la biografía política de un rey que, como ningún otro, quiso no solo reinar, sino gobernar bien a los hombres.