Invierno de 1946. Saint Moritz, Suiza. Dos viejos amigos, Paul Morand y Coco Chanel, se encuentran casualmente. Se conocían desde hacía mucho, compartían el mismo círculo de amistades: Cocteau, Satie, Picasso, Stravinsky, Misia Sert. Pero la guerra puso fin al deslumbrante mundo en el que ambos desplegaban su talento. París, ciudad que ahora los mira con prevención por su actitud durante la Ocupación, ha dejado de ser una fiesta. Coco, voluntariamente exiliada, desgrana sus recuerdos frente a su compañero, que se ocupa de anotarlos al regresar a su habitación. A partir de esas notas, Morand redactó El aire de Chanel, su último libro, dedicado a la mujer que afirmó: «Chanel es ante todo un estilo. Y es que la moda pasa de moda; el estilo, nunca».
En este lugar del mundo, en esa región que recorre de Oriente Medio a Afganistán, hay una revolución en marcha. Es la revolución de las mujeres. Una lucha sin cuartel ni final contra el patriarcado que domina la política, la cultura y la sociedad. A veces, esa lucha es por la mera supervivencia. Otras, una lucha consciente y organizada por defender derechos que se les niegan de forma reiterada. El derecho al aborto, el derecho a una educación, el derecho a un trabajo digno. El derecho a existir libremente.
Después del éxito deWoke, Titania McGrath lleva su talento al ámbito de la no ficción infantil. Dirigido a activistas de entre seis meses y seis años de edad,Mi pequeño libro de activismo interseccional contribuirá a educar a una nueva generación progresista con sus explicaciones sobre la identidad de género, el cambio climático, cómo discutir con criptofascistas... y en una serie de originales y conmovedores capítulos, ejemplifica estos principios en una serie de grandes personalidades de la historia que son una fuente de inspiración: Meghan Markle, Hillary Clinton, Jack Dorsey, Linda Sarsour, Iósif Stalin...