Pocas naciones insulares han conmovido tanto como Cuba. Desde la embriagadora Habana de Hemingway hasta el Buena Vista Social Club de Ry Cooder, Cuba ha fascinado persistentemente a sus visitantes por su música (del jazz a la rumba), su rica literatura, su arte y danza y quizás, sobre todo, por su audaz experimento de una revolución socialista.
Antoni Kapcia muestra cómo el deshielo en las relaciones entre Cuba y EE. UU. exige ahora una nueva valoración del país y de su historia moderna. Explora con autoridad la "esencia" de la revolución cubana, mostrándola como un fenómeno inconformista ligado no tanto al socialismo o al comunismo sino a una visión idealista del nacionalismo poscolonial. Reevaluando la Crisis de los Misiles Cubanos de 1962, el autor examina las personalidades centrales: no sólo el famoso trío del Che Guevara, Fidel y Raúl Castro y su papel en la formación de las ideas de la revolución sino, aún más atrás, la ideología visionaria de José Martí. El libro de Kapcia reflexiona sobre el futuro de la revolución cuando su gobierno comenzó a ceder el poder a una nueva generación.
Contrariamente a la idea de que la «inferioridad» de la mujer fue instaurada por el judaísmo y el cristianismo, algunas mujeres han desempeñado un papel fundamental desde los tiempos de la Iglesia primitiva. De hecho, si la Iglesia ha sido capaz de sobrevivir a la decadencia escolástica de la Edad Media y a los errores tanto del Renacimiento como de la Reforma ha sido principalmente por mérito de dichas mujeres. Se puede observar entre ellas un vínculo de continuidad siempre creciente y que atraviesa diferentes épocas: desde Hadewijch de Amberes hasta Edith Stein, pasando por Teresa de Ávila, Teresa del Niño Jesús e Isabel de la Trinidad. Cinco místicas, cinco personalidades excepcionales, que impulsan un renacimiento interior necesario para la Iglesia tanto en el pasado como hoy.
La obra, publicada originalmente en francés en 1989, puede ser considerada como el último volumen de una trilogía sobre la femineidad escrita por Bouyer, con un primer volumen de carácter teológico y antropológico, Le Trône de la Sagesse. Essai sur la signification du culte marial (1957), y un segundo de perspectiva eclesiológica, Mystère e ministère de la femme (1976). A través de su carácter testimonial, este libro muestra cómo lo ya anteriormente expuesto en ellos acerca de la vocación de la mujer y su misión en el mundo se ha cumplido y realizado, por la acción del Espíritu, en algunas mujeres que se han convertido en icono y modelo de vida cristiana.
Este libro constituye uno de los documentos más sorprendentes de la historia: el testimonio en primera persona de un asesino en masa cuyas víctimas se cuentan por millones. El autor narra su vida, centrándose sobre todo en su etapa al frente del mayor campo de exterminio que haya existido: Auschwitz-Birkenau. Estamos ante un libro clásico, no por sus virtudes literarias ni por la grandeza de su autor, sino porque después de leer a Höss, negar el Holocausto no solo es inmoral sino estúpido. Aquí no caben interpretaciones porque el culpable confiesa el delito.