Con las siguientes tres contribuciones de la pluma de mi discípula Tatjana HÖRNLE sobre la dogmática de la determinación de la pena, puede el lector no solo introducirse en la actual discusión alemana, sino también familiarizarse con una tentativa exitosa para garantizar previsibilidad y justicia, en un campo de la ley hasta ahora controlado por la discrecionalidad y la arbitrariedad del juez. La ciencia penal alemana, reconocida mundialmente por sus logros revolucionarios en la sistematización de los supuestos de punibilidad, los que en gran medida fueron aceptados, ha descuidado por completo durante décadas el campo de la medición de la pena, a pesar de que para el acusado -en muchos casos- la pregunta acerca de la determinación de la pena es la decisión judicial más importante; mientras que los presupuestos de punibilidad (determinante para la pregunta sobre si se "condena o absuelve") en la práctica, generalmente, no plantean problemas especiales. Aplicar las reglas dogmáticas del derecho penal a la determinación de la pena, y hacerlas así controlables, es en el presente más importante que nunca.
Cuando se cumplen cien años del nacimiento de Hannah Arendt, reeditamos un documento fundamental para entender no solo la obra y la vida de la gran pensadora alemana sino también la biografía moral, política e intelectual de la segunda mitad del siglo XX.
La correspondencia que la autora de Eichmann en Jerusalén o Los orígenes del totalitarismo mantuvo a lo largo de veinticinco años con Mary McCarthy, una de las novelistas y ensayistas norteamericanas más brillantes del pasado siglo, constituye, en efecto, un diálogo inteligentísimo, edificante, ameno e iluminador sobre la historia y la cultura de Europa y Estados Unidos desde los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial hasta las secuelas de los movimientos del 68, además del emotivo testimonio de una amistad (intensa y vibrante) entre dos de las mujeres más lúcidas de su tiempo.
La palabra «suicidio» ya no es el tabú que era antes. Cada vez son más personas las que se atreven a hablar de esta realidad, y con la esperanza de romper su silencio y ayudar a los que estén pasando por su mismo duelo, Carmen Sánchez Alegre narra su experiencia y sentimientos tras el suicidio de su hermano.
Con el fin de representar un rayo de esperanza, este libro explica la historia de cómo ella y su familia emprendieron un camino de adaptación a esta nueva realidad, y cuenta por qué el duelo por suicidio es tan complicado: además de aceptar la pérdida y reconstruir una vida sin tu ser querido, hay que lidiar con la continua sensación de culpa y las elucubraciones sobre cómo su muerte podía haberse evitado.