¿Que nos enseñan los estoicos sobre cómo vivir?
Un libro elegante y profundamente reconfortante que muestra por que el estoicismo es la filosofía de nuestro tiempo.
En los últimos tiempos se habla mucho de esta corriente, pero ¿cómo pensaban realmente sus miembros? John Sellars destila y entrelaza las ideas clave de los tres grandes estoicos romanos (Seneca, Epicteto y Marco Aurelio) ofreciendo tambien instantáneas de sus fascinantes vidas.
Las obras de estos tres grandes tratan fundamentalmente sobre cómo vivir: entender nuestro lugar en el mundo, afrontar las adversidades, hacer un mejor uso del tiempo, controlar nuestras emociones y orientarnos en nuestras relaciones con los demás. Sus ideas pueden, en definitiva, guiarnos en nuestra búsqueda de una existencia más placentera.
José Carlos Ibarra, autor de este volumen, breve pero henchido de sugerentes reflexiones, ha optado por titularlo Desencanto y no Desencantamiento, porque se ha percatado de que la crisis producida por la razón instrumental ha conducido no tanto al desencantamiento del mundo como al desencanto del individuo.
Ibarra nos muestra cómo la decepción que produjo el fracaso del paradigma progresista, impulsado por la burguesía y heredado por el proletariado, centrado en el ideal del avance científico-tecnológico y en las promesas de un cambio en el terreno sociopolítico, se saldó en Alemania con la aparición de la desencantada escuela filosófica pesimista.
Pero más allá de una querella sobre escuelas, definidas por unos principios filosóficos comunes a sus representantes, lo decisivo de este libro es que muestra el caldo de cultivo en el que surge algo que trasciende el típico escolasticismo filosófico: ni más ni menos que un modo muy concreto de pensar, el pesimista.
La teórica política Judith Shklar representa una original y estimulante relectura de la tradición liberal. Lo que a primera vista se presenta como un «liberalismo de mínimos» nos ofrece hoy algo así como la última trinchera en la que protegernos de los nuevos autoritarismos que se nos vienen encima. O, si favorecemos su interpretación más socialdemocrática, un utillaje conceptual sobre el que apoyarnos para evitar y enmendar un ulterior deterioro de la libertad y la igualdad. Su gran aportación reside en permitirnos llegar a comprender con gran cantidad de matices los muchos y diferentes recovecos de la política y los límites de lo que cabe esperar de ella; sin que haya que desertar tampoco de sus aspectos más luminosos.
La esfera pública como el espacio de trato comunicativo de unos con otros es el tema que ha ocupado a Jürgen Habermas a lo largo de toda su trayectoria. Fue el objeto de su primer gran libro, conocido en español como Historia y crítica de la opinión pública, que ya trataba del «cambio estructural de la esfera pública».
Ante el impacto de la globalización y la digitalización, Habermas reflexiona en las tres intervenciones reunidas en este volumen sobre su modelo de democracia deliberativa y las nuevas amenazas a las que se ve enfrentado. Considera que es un imperativo constitucional garantizar una estructura mediática que asegure que la esfera pública sigue siendo inclusiva y que la formación de la voluntad política y de la opinión de los ciudadanos se mantiene en los cauces deliberativos.
Hay en la experiencia de leer una felicidad y libertad que resultan adictivas. La lectura libera. Se extiende a leer la vida, a leer quiénes somos y en dónde estamos. Anima las conversaciones de lector a lector. Se contagia por los lectores en acción: padres, maestros, amigos, escritores, traductores, críticos, editores, tipógrafos, libreros, bibliotecarios y otros promotores del vicio de leer.
Juan Villoro relata en La figura del mundo algunos pasajes memoriosos en torno a su padre, el pensador mexicano-catalán, Luis Villoro. Sin el afán de escribir una biografía en estricto sentido, Juan evoca aquí la vida singular de quien fuera filósofo, luchador social, zapatista y autor de una obra fundamental. En este libro hace una aproximación a una figura a la vez íntima y pública, adentrándose en las complejidades de cualquier vida, narrando con maestría instantes que se desdoblan para entender el ubicuo presente. Recupera así la esencia de un padre quien estuvo presente en la vida familiar de un modo intangible, un padre que debe ser indagado por un hijo que intuye sus afectos y renueva, de este modo, el pasado.
Escrito con gran sensibilidad y agudeza, este libro condensa el asombro y la emotividad de un autor para el que la escritura se convirtió en «una permanente carta al padre».
La academia también cuenta con sus propias estrellas del rock y Slavoj Zizek es una de las más brillantes y rebeldes. Firme luchador contra el sistema, el icónico filósofo muestra en estas implacables reflexiones cómo la violencia está presente en todas partes y cómo, en demasiadas ocasiones, no somos capaces de discernir entre la violencia subjetiva -la más visible- y la objetiva -la invisible, inherente al estado «normal» de las cosas-.
Elige tu propio guion para crear la vida que mereces.
¿Sabías que las historias que operan dentro de ti pueden limitar o potenciar tu vida?
Desde clásicos como Caperucita Roja y Aladino hasta cuentos modernos como Stranger Things, muchas narraciones son reflejos de los historiogramas que hay en tu inconsciente y que te determinan, a veces sin darte cuenta.
Los doce historiogramas de este libro pionero te ofrecen las herramientas para comprender por qué te suceden ciertas cosas, aprender a reconocer los patrones interiores que, sin saberlo, dirigen tus decisiones y a superarlos para vivir la historia que deseas, cambiando así el argumento de tu existencia.
Considerado precursor del ecosocialismo y de las teorías del decrecimiento, el filósofo y periodista de la RDA Wolfgang Harich nadó a contracorriente del pensamiento oficial en los países del Este. Defendió desde el marxismo las tesis del Club de Roma sobre los límites del crecimiento, aunque su propuesta se basaba en plantear un comunismo decrecentista con un Estado fuerte, pues consideraba que la sociedad solo aceptaría restricciones al consumo de bienes mediante mecanismos coercitivos. Ambas corrientes tendieron a converger en las décadas posteriores, siendo la base del ecosocialismo –desde el ámbito más teórico al más activista– que ha llegado a nuestros días: interpretar el desarrollo del capitalismo como una Raubwirtschaft o economía de rapiña continuada y creciente para impulsar la acumulación de capital. Entendidos así, los movimientos sociales a menudo tienen un contenido ecológico al intentar resguardar los recursos naturales fuera de la economía mercantil, y colocarlos bajo control comunitario.