En la Convención Nacional Demócrata de julio de 2004, Barack Obama alzó la voz con un discurso dirigido a todos los ciudadanos americanos, sin importar sus ideologías ni inclinaciones políticas. Una frase en particular de esa charla caló hondo en la audiencia: un recuerdo de que, pese a las adversidades y enfrentamientos sufridos en el pasado, algo nos ha empujado siempre a seguir hacia adelante, a no desfallecer. A esto Obama lo llamó «la audacia de la esperanza».
El presente libro es la llamada de Barack Obama para una nueva forma de hacer política. Una política para quienes les hastían los choques de trenes que presenciamos cada día entre opositores. Una política basada en su lugar en la fe, la inclusión y la nobleza de espíritu. Así, explora las fuerzas -desde el miedo a la derrota a la perpetua necesidad de ganar dinero- capaces de corromper a la persona mejor intencionada y los secretos de un equilibrio entre la vida pública y la personal.
Desde el año 2013 se ha abierto en nuestro país un nuevo ciclo inmobiliario. La Gran Recesión iniciada en 2008 llevó al desahucio de cientos de miles de personas, que fueron posteriormente empujadas a un mercado de alquiler con precios cada vez más inflados. Nos hemos convertido así en testigos de la emergencia de una nueva figura social de la crisis, la de los inquilinos precarios, y asociado a esta, de un nuevo problema: la generalización de los desahucios, ahora por impago del alquiler.
Más allá del debate público acerca de la nueva ley de arrendamientos urbanos y de la aparición de nuevos actores como los fondos buitre o las SOCIMI, este libro pretende dibujar una completa cartografía del sistema de la propiedad inmobiliaria en España. En este mapa aparecen los fondos de inversión, la banca, las SOCIMI o la SAREB (el llamado banco malo). También se analiza la persistencia de los desahucios, la eterna carencia de vivienda pública y las nuevas estrategias inmobiliarias de las patronales del sector. Sin embargo, el análisis quedaría del todo incompleto caso de no ubicar en su centro a un actor pocas veces señalado: las extensas clases propietarias que dominan la sociedad española.
La lucha territorial va unida a la del ser humano. Nuestros antepasados más remotos crearon armas para defenderse o atacar y, con el tiempo, una de las primeras clases sociales fue precisamente la del guerrero, aquel que dedicaba su vida al combate: el soldado. Y unido a él, el desarrollo tecnológico del armamento y el estudio de la estrategia militar. Este libro contiene textos con rigor histórico contrastado que presentan datos precisos de cada ejército, armamento, bajas de guerra, etc.