Un estudio apasionante del más célebre de todos los poemas épicos, de la mano de uno de los principales clasicistas de nuestros tiempos
La Ilíada de Homero, el famoso poema épico ambientado en las orillas de una Troya asediada, explora la divina cólera del héroe Aquiles y cómo esta causó infinitos daños a griegos y troyanos. A pesar de haber sido compuesto hace más de 2600 años, las historias sobre pérdida y duelo, amor y venganza, bajo una vigilancia ineludible por parte del caprichoso panteón griego, siguen siendo un tema fascinante que ha trascendido al imaginario común. Sin embargo, grandes interrogantes prevalecen sobre este enigmático poema: ¿dónde, cómo y cuándo se compuso?
Combinando la pericia detallada de un historiador con la sensibilidad poética de un verdadero maestro de épica, Lane Fox aborda estas cuestiones con gran erudición basándose en otros poemas heroicos compuestos en diversas partes del mundo y en las pruebas cada vez más numerosas y convincentes proporcionadas por la arqueología.
En este homenaje soberbiamente escrito tras cincuenta años de lectura e investigación, Lane Fox nos ofrece un magnífico recorrido por la Ilíada, revelando porqué el poema ha perdurado durante siglos y miles de lectores aún acuden a él año tras año.
Hace veintitrés siglos vivió un muchacho que recibió una herencia formidable de su padre asesinado: el trono de Macedonia, la hegemonía sobre Grecia y el primer ejército profesional de la Antigüedad. Con apenas veintidós años dejó su tierra y a su madre para no volver a verlas jamás, impulsado por la ambición de apoderarse del mayor imperio del mundo, Persia. Durante once años de guerra vivió en el peligro y el combate constantes, luchó en desiertos abrasadores y en montañas nevadas, y a los treinta y tres era el mayor conquistador que ha conocido la historia, emperador de dominios tan vastos como jamás se habían visto. Había recorrido más de 20.000 kilómetros y planeaba continuar hasta el fin del mundo. ¿Cómo sería la realidad actual si hubiera conseguido su sueño? Solo podemos imaginarlo, pero veintitrés siglos después sus hazañas todavía nos asombran.
En lugar de presentar una filosofía de la religión o de informar sobre las numerosas filosofías de la religión que existen, Schaeffler trata de clarificar, a modo de ejemplo, algunas formulaciones de los problemas que en los distintos periodos de la historia.
Cómo hablar y escuchar mejor aborda los misterios de la comunicación humana y brinda herramientas prácticas para mejorar habilidades tanto en la expresión como en la escucha. Diseñado para la educación universitaria en el ámbito de las humanidades, este libro se enfoca en la formación y superación de la comunicación oral.
Esta cuarta edición se construye con un nuevo enfoque que fortalece las capacidades internas de la persona. Se desarrolla en cinco capítulos: los dos primeros fundamentan la comunicación oral; el tercero, totalmente nuevo, expone el lenguaje interior; el cuarto orienta la práctica y, por último, el quinto, también renovado, profundiza en la escucha.
De manera particular, el libro está destinado a los estudiantes universitarios de cualquier carrera, especialmente, las humanísticas y, también a los docentes, los profesionales, los intelectuales, los empleados, los ejecutivos, los padres de familia y en general, a todos aquellos que buscan expresar mejor su pensamiento y su afectividad mediante un discurso más eficiente y significativo.
Insisten en que son solo un grupo de amigos, pero canalizan millones de dólares a través de corporaciones libres de impuestos. Afirman desdeñar la política, pero los congresistas de ambos partidos los describen como la organización religiosa más influyente de Washington. Dicen que no son cristianos sino simplemente creyentes. Detrás de cada Desayuno Nacional de Oración desde 1953 han estado ellos: una red de élite entregada a una religión de poder para los poderosos, un evangelio del capitalismo bíblico, el poder militar y el imperio estadounidense. Son la Familia, la vanguardia del fundamentalismo, que libra una guerra espiritual en los pasillos del poder estadounidense y en todo el mundo. Se consideran los nuevos elegidos: congresistas, generales y dictadores extranjeros que se reúnen en celdas confidenciales para orar y planificar un liderazgo dirigido por Dios, que se ganará no por la fuerza sino mediante una diplomacia silenciosa. Su base es una finca frondosa con vistas al Potomac en Arlington, Virginia, y Jeff Sharlet es el único periodista que ha informado desde dentro de sus muros. La Familia es aproximadamente la otra mitad del poder fundamentalista estadounidense: no sus masas enojadas, sino sus élites sofisticadas.
¿Cómo puede establecerse hoy un nuevo tipo de dictadura? Onfray identificó siete vías: destruir la libertad; empobrecer el lenguaje; abolir la verdad; suprimir la historia; negar la naturaleza; propagar el odio; aspirar al Imperio.
Cada uno de estas vías se compone de acciones concretas:
- Para destruir la libertad, hay que: asegurar la vigilancia perpetua; arruinar la vida personal; suprimir la soledad; regocijarse en las celebraciones obligatorias; uniformizar la opinión; denunciar el crimen de pensamiento.
- Para empobrecer el lenguaje, hay que: utilizar un nuevo lenguaje; emplear un doble lenguaje; destruir las palabras; oralizar el lenguaje; hablar una sola lengua; acabar con los clásicos.
- Para abolir la verdad, hay que: enseñar ideología; utilizar la prensa en beneficio propio; difundir noticias falsas; producir realidad.
- Para abolir la historia, hay que: borrar el pasado; reescribir la historia; inventar la memoria; destruir los libros; industrializar la literatura.
- Para negar la naturaleza, necesitamos: destruir el impulso vital; organizar la frustración sexual; higienizar la vida; procrear médicamente.
- Para propagar el odio, necesitamos: crear un enemigo; fomentar la guerra; psiquiatrizar el pensamiento crítico; acabar con el último hombre.
- Para aspirar al Imperio hay que: formar a los niños; administrar a la oposición; gobernar con las élites; esclavizar mediante el progreso; ocultar el poder.
¿Quién puede decir que no estamos ahí?
Vivimos en la época del desánimo: lo cotidiano parece perder brillo y las promesas del progreso, la tecnología o la democracia no nos entusiasman como antes. Sin embargo, continuamos buscando el encanto de la vida.
El encanto compone una melodía en la que cada elemento encuentra su sitio, otorgándole a la vida otro tono, otro aire… descubrirlo en lo que hacemos es tan esencial como el acto de respirar. Se trata de una necesidad vital. Este libro examina las distintas formas de ese encanto perdido: nuestras relaciones digitales, las esperanzas puestas en la ciencia, el deseo de una sociedad más justa. Sin evitar las contradicciones, plantea una pregunta urgente: ¿es aún posible reencontrar el encanto del mundo?