Cada época tiene sus neurósis y cada tiempo necesita su psicoterapia. hoy nos enfrentamos con una situación existencial cargada de una falta de sentido y de un gran sentimiento de vacío. La sociedad de la opulencia sólo satisface necesidades, pero no la voluntad de sentido.
El hombre que confundió a su mujer con un sombrero se convirtió inmediatamente en un clásico y consagró a Oliver Sacks como «uno de los grandes escritores clínicos del siglo» (The New York Times). En este libro, Sacks narra veinte historiales médicos de pacientes perdidos en el mundo extraño y aparentemente irremediable de las enfermedades neurológicas. Se trata de casos de individuos, aquejados por inauditas aberraciones de la percepción, y que, sin embargo, poseen insólitos dones artísticos o científicos. El doctor Sacks relata estos casos con pasión humana y gran talento literario. Son estudios que nos permiten acceder al universo de los enfermos nerviosos y comprender su situación. Como gran médico, Sacks nunca pierde de vista el cometido final de la medicina: «el sujeto humano que sufre y lucha». «El doctor Sacks nos muestra el formidable poder de nuestra mente y su delicado equilibrio» (Sunday Times); «Un libro para recomendar a todos: médicos y enfermos, lectores de novelas y de poesía, cultivadores de psicología y de metafísica, vagabundos y sedentarios» (Pietro Citati).
A diferencia de lo que sucede en el sector privado con ánimo de lucro, no siempre es fácil medir cuál es el desempeño social de los proyectos llevados a cabo por organizaciones no gubernamentales, emprendedores sociales, organismos de asistencia social o fundaciones filantrópicas. ¿Qué impacto tiene una inversión cuando su objetivo es combatir la pobreza, mitigar el cambio climático o promover los derechos humanos? ¿Cómo puede medirse? ¿De qué manera se pueden rendir cuentas por los resultados?
Midiendo el cambio social aborda estos dilemas fundamentales que encaran los líderes y los inversores de este sector en pleno crecimiento, con millones de organizaciones sin ánimo de lucro que invierten miles de millones, y en el que las nuevas generaciones de filántropos e inversores no sólo quieren destinar dinero a una causa noble, sino también medir su impacto.