Un testimonio estremecedor sobre los campos de detención chinos creados para someter a una parte de la población.
Perteneciente a la etnia uigur afincada en la región de Xinjiang, al noroeste de China, Gulbahar Haitiwaji emigró a Francia en 2006. Diez años después, en un viaje a su país natal, su vida cambió por completo: la enviaron a un campo de trabajos forzados donde más de un millón de uigures han sido deportados por las autoridades con el pretexto de luchar contra el terrorismo.
En tiempos de profundas crisis entrelazadas (ecológica, desigualdades, migratoria, geopolítica), este libro se interroga por las posibilidades de una educación que se co-construya en común y para (el bien) común. La escuela y todas las educaciones son clave para la imaginación y la construcción de otras realidades, más allá de las lógicas y las soluciones neoliberales y neoconservadoras que conducen la educación al individualismo, la burocracia, la desigualdad, la segregación, o, al odio. Hay alternativas a esas respuestas manageriales, falsamente técnicas y neutrales, a la crisis permanente de la educación que se vive en todo el mundo, pero de forma especialmente cruenta en América Latina y España.
Publicado por primera vez en 1970 en EE. UU., traducido en todo el mundo y con más de seis millones de ejemplares vendidos, Enterrad mi corazón en Wounded Knee comienza con la Larga Marcha de los navajos en 1860 y se cierra en 1980, con la masacre de los sioux en Wounded Knee. A partir de relatos autobiográficos, testimonios grabados y documentación de la época, Dee Brown ofrece un detallado relato de la destrucción sistemática de los indios americanos por «el hombre blanco», y por primera vez, narra estos acontecimientos desde el punto de vista de los nativos.