Todo lo que siempre quisimos saber sobre las patologías del escritor ruso y nunca nos atrevimos a preguntar.
Dostoievski en las mazmorras del espíritu se revela en la creación de una serie de personajes, por momentos irreales y desmesurados, pero casi siempre contradictorios en su miserable grandeza. Este libro refleja los conflictos sociales del momento junto con la afanosa búsqueda de un mundo interior.
El lector se ve invadido de tal manera por su proximidad que le resulta imposible tomar distancia. En un encuentro dialéctico que no deja reposo para la reflexión.
Esta obra se propone (re)visitar una por una las obras de Dostoievski con esa con la imprescindible distancia crítica, para comprender los personajes, su psicología y su relación con la historia rusa.
El libro se sumerge en las principales revoluciones de la historia, y las emociones que las acompañan: compromiso, determinación, liderazgo, carisma, oportunismo y avaricia.
Este volumen presenta una innovadora exploración de las principales revoluciones (francesa, rusa, china, vietnamita, cubana, iraní y sudafricana). Estudia también las revoluciones árabes más recientes, y proporciona una demostración rigurosa y exhaustiva de cómo implican algo más que el mero colapso y la reconstrucción de un Estado.
Para ello, Mehran Kamrava examina numerosos casos históricos, y presenta la variedad y profundidad de las emociones y motivaciones humanas, tan frecuentes en las revoluciones: desde el compromiso personal hasta el sacrificio, la determinación, la capacidad de liderazgo, el carisma, el oportunismo y la avaricia.
México es uno de los lugares más peligrosos en el mundo para ejercer el periodismo.
En nuestro país, a muchos periodistas ocupados en la cobertura de temas locales se les hostiga, amedrenta y asesina por tomar postura sobre las injusticias que revelan, por señalar el abuso del poder y por dar voz a las inquietudes de su comunidad. Alejandra Ibarra expone en este libro una verdad trágica que llena de dolor e indignación: a numerosos comunicadores en México no se les mata por censura,sino como una forma de castigo por incursionar en la participación política, por señalar la impunidad y corruptelas de funcionarios, alcaldes o aspirantes a gobernadores, por invitar a los ciudadanos a tomar conciencia de los engaños de funcionarios públicos y de las atrocidades del crimen organizado. Y son estos periodistas, que no tienen la atención de los grandes medios de comunicación, a quienes nadie defiende ni se solidariza con su causa, quienes dan su vida por una sociedad mejor.