Una generación de niñas en riesgo por la moda transgénero
Hasta hace apenas unos años, el trastorno de identidad de género —la sensación de grave incomodidad en el sexo biológico propio— era muy infrecuente. Se daba en menos del 0,01 por ciento de la población, aparecía durante los primeros años de infancia y afectaba de manera casi exclusiva a los hombres.
Pero hoy en día, en las universidades, los institutos e incluso las escuelas primarias grupos enteros de amigas afirman ser «transgénero». Son niñas que nunca han experimentado incomodidad alguna con su sexo biológico hasta que alguien da una conferencia en su escuela sobre su experiencia trans, descubren la comunidad de influencers trans en internet o alguien les dice que serán más populares entre sus amigos y en sus redes sociales si se declaran transexuales.
Padres que hasta entonces no habían sospechado nada descubren que sus hijas están enganchadas a estrellas trans de YouTube. Y educadores y terapeutas «afirmadores de género» empujan a chicas que aún no han llegado a la edad adulta a adoptar cambios irreversibles que les afectarán de por vida, como dobles mastectomías y bloqueadores de la pubertad que pueden causar infertilidad permanente.
Abigai Shrier, periodista del Wall Street Journal, ha investigado la moda trans, hablado con las chicas, con sus angustiados padres y los consejeros y médicos que llevan a cabo las transiciones de género, así como con las jóvenes que, al acercarse a la edad adulta, se arrepienten amargamente de haberse sometido a ese proceso en su adolescencia.
Y con ello ha generado una enorme polémica, recibiendo acusaciones de transfobia y peticiones públicas de que se censure el libro. Algo que, afortunadamente, no han conseguido
¿Por qué vivir en sociedad? ¿Por miedo? ¿Por comodidad? ¿O hay quizá alguna razón más profunda? Aranguren analiza cinco grandes respuestas que justifiquen la vida social occidental en el siglo XXI.
La inmensa mayoría de los seres humanos vivimos en sociedad. ¿Por qué? ¿Por el deseo de neutralizar la violencia que sentimos dentro, o la violencia de los demás? ¿Vivir en sociedad mejora al ser humano, o más bien lo degenera? ¿No nos estará robando lo más auténtico de nosotros mismos?
Si fuéramos sociales por necesidad, deberíamos subordinarnos a los fines de la ciudad, o del Estado. ¿Debemos entregar entonces nuestra libertad, a cambio de un proyecto común más importante? Algunos defienden que ese modo de organizarse se ajusta a la vida buena, nos hace mejores, y nos permite entender lo que somos. Si es realmente así, ¿qué responsabilidades genera? ¿Ante quiénes? Desde la creencia, ¿es la vida en común un símbolo de la condición del ser humano como imagen de Dios?
Este libro estudia cinco propuestas (Hobbes, Rousseau, Platón y Aristóteles, y la que propone el cristianismo), sin orden cronológico ni intención académica. Los autores citados sirven de pretexto para compartir ideas y activar el pensamiento crítico del lector en torno a la vida social occidental en el siglo XXI.
Este volumen reúne cuatro ensayos publicados en 1948, durante los años más prolíficos de Georges Blin, maestro de maestros de la crítica literaria francesa. En ellos explora los abismos de la consciencia del poeta, las complicaciones y las contradicciones de su imaginario. También cuestiona algunos aspectos del polémico "Baudelaire" del filósofo francés y le reprocha aquello que no percibió en su poesía.